11/02/2006

azul, tóxico, con sabor a ceniza

1. Todavía entre sueños, el Señor Sagaz escuchó que Sonia le preguntaba algo. No entendió, o no recuerda si entendió, o entendió y por eso respondió lo que respondió: "azul".

Lo siguiente que hizo, un poco más despierto, fue relatarle lo que había estado soñando.

2. "Estábamos los dos en el Barrio Antiguo, en un bar diminuto, apenas un cuarto. Alambiques y toneles. Una señora me ofreció vino, dijo que era bueno, que aunque no fuera de Jalisco era bueno y me ofreció una copa. El contenido de la copa parecía vino tinto, pero sabía a shampoo. Le di un trago, otro, pensé en darle el avión a la mujer, decirle que sí, que su vino estaba bueno aunque no fuera de Jalisco. Pero me ganó el asco y confesé que aquello sabía a shampoo".

"Luego llegamos a un parque. Un zoológico sin jaulas, en pleno centro. Había guardias, vestidos de negro, pero no jaulas. No vimos a los demás animales, sólo al león, que en algún momento saltó por encima de mí para alcanzar un sitio más alto donde descansar. Eventualmente, el león bajó y atrapó mi mano derecha en sus fauces. En el sueño esto no era doloroso, sólo atemorizante. El león no mordía, no arrancaba, sólo mantenía mi mano dentro de su hocico. Yo estaba espantadísimo, tú buscabas ayuda. Finalmente, un guardia dijo 'tranquilo, cálmate y te dejará ir'. Así lo hice y así lo hizo el león"

4. —Entonces, a ti que no te compren tu león- dijo Sonia.
—¿Qué habías preguntado cuando respondí azul?
—No recuerdo, pero sí, dijiste que azul.

5. Esta tarde, en la Biblioteca, un chico pidió prácticamente todos los libros que había sobre vinos. Era un alumno de primer semestre, en realidad no tiene ninguna materia que lo haga investigar tanto. Ahí se pasó toda la tarde, con los libros vinateros abiertos y desperdigados sobre una mesa, leyendo.

—¿Qué buscas?
—El nombre de un vino. Era azul, sabía a ceniza y era tóxico. Lo prohibieron hace mucho, por eso, por tóxico.

Más tarde, el Sr. Sagaz escuchó al chico preguntando a la maestra de enología por el vino. "No, no tengo idea de qué estés hablando. Si lo encuentras, me avisas", dijo la mujer.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

hahahaha, y de que yo todo el día me la pasé pensando en personas, cosas, ideas y sueños azules (pitufos, moras, el hotmail, pastillas para el baño..de esas de purifik, los ojos de Peter Hasse, los chicles de menta..) y yo.. no, no, no era eso..
y quizá tenemos conversaciones oníricas de que están muy fuera del alcance de la conciencia diurna.. (!) hahahahaha, pero no se me ocurrió que fuera un vinito.. mhh, aunque de hecho, es usual en el color del veneno.. :O, tóxico, como un ácido, y sabor ceniza.. como sólo un vino azul, tóxico y con sabor a ceniza puede ser..
mmhh y no se me fue de la cabeza tampoco la imagen de un león, mordizqueando la mano de Don Nick.. oiga, ¿no nos pondría algo el señor barman que vende los boletos de Peaches?..
jajaja
besos, se cuida

sr. magnánimo dijo...

Ya está, sr Sagaz.

Ocupas ir al psiquiatra. Neta que nomás tú y mi abuela tienen sueños tan mafufos.

Oriam Aocho dijo...

Se me hace que esa noche cenaste tacos de trompito, porque esas ondas si están bien raras. O tal vez comiste talquepaques bañados y te fuiste a jetar de volada.

Los misterios de la vida, caray...

Anónimo dijo...

jajajaja, la verdad es que Rob Gordon tiene algo de razón.... ;)

Nicolás Díaz dijo...

Los poderes extra sensoriales del Sr. Sensato son la neta: precisamente, había cenado tlaquepaques :P

Oriam Aocho dijo...

Gracias, petite.