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7/29/2011

entrevista: sally whitwell

Sally Whitwell es una pianista y compositora australiana. Este año sacó su primer álbum, Mad Rush: Solo Piano Music of Philip Glass. A propósito de este disco le hice una breve entrevista por correo electrónico.

¿Por qué escogiste a Philip Glass para tu primer álbum?

De hecho fue una sugerencia de mi productor, que grabara música de Philip Glass. Para ser honesta, no tenía tanta experiencia con su música hasta ese momento. Si se trata de minimalistas, he tocado más la música de Steve Reich, Michael Nyman y Arvo Pärt. De todos modos, al investigar la obra de Glass y adentrarme en su música, he desarrollado un gran cariño y admiración por el arte de Glass. Siento que mis oídos se han expandido gracias a esta oportunidad y estoy muy agradecida por ello.

Este disco incluye "Dead Things", de The Hours. ¿Qué películas te gustan por su música?

Los scores que me vienen a la mente primero son el de Jonny Greenwood para There Will be Blood, el score de Yann Tiersen para Amélie, el de Bernard Herrmann para Psycho y el de Philip Glass para The Hours. Cuando los compositores jóvenes aprenden cómo escribir scores les dicen que nadie debería notar su música, que su música debe ser un sirviente para la acción. Eso no me agrada. Me gusta un score que hace notar su presencia, que comenta la acción, como un coro griego, o le otorga significado a un lugar, o un contexto emocional. Un score que es memorable en este sentido puede ser muy poderoso.

Para este disco decidiste memorizar la música. ¿Por qué?

Sencillamente, era la única manera en la que podía prepararme adecuadamente. Memorizar era la única manera que conocía para estar consciente de la arquitectura de la música, la cual considero un aspecto importante de cualquier ejecución. Son muchas páginas de notación las que se usan en la música de Glass, el intérprete no tiene oportunidad de distanciarse y ver la estructura, así que me procuré algunos métodos gráficos para hacerlo. Hice representaciones gráficas de la música en colores llamativos y formas simples. Me funcionó bien.

Has estado en México. ¿Cuál fue tu experiencia?

¡Me encantó estar en México! También vengo de un país que fue colonizado hace cientos de años por una potencia europea. Siempre me ha interesado ver cómo, si es posible, la cultura original y la cultura colonial u Occidental pueden coexistir. Unas naciones lo hacen mejor que otras (debo admitir que Australia no es de los mejores ejemplos). Me presenté en México con Gondwana Voices, un coro de niños de toda Australia, y tuvimos el privilegio de cantar con coros de niños mexicanos y argentinos. Recuerdo cuánto me gustó la engería de la música folklórica mexicana. Conservo un par de discos de música ranchera, a la que me aficioné cuando estuve ahí.

Trabajas con niños y jóvenes. ¿Qué composiciones o grabaciones recomendarías a un pianista joven?

Con jóvenes trabajo más en coros que enseñando piano. Mi consejo para cualquier aspirante a músico es escuchar cualquier cosa, de todo. De pequeña tenía música alrededor todo el tiempo, gracias a mi familia y su gusto ecléctico. Había mucho Beethoven y Schubert, Handel y Tchaikovsky, pero también The Beatles, Glenn Miller, Paul Simon y Frances Yip (mi madre es china, Frances Yip es una estrella en el mundo sinoparlante, ¡es la Barbra Streisand china!). Los mejores músicos que conozco son versátiles y, si comienzas una carrera en la música, mi consejo es mantener la mente abierta con respecto a la música que tocas o escuchas. No ser snob. ¡Date una oportunidad y podría sorprenderte lo que descubres!

¿Qué escuchas aparte de música clásica?

Algo de jazz, Thelonius Monk, Chet Baker, Lambert Hendricks & Ross, Jamie Callum, Paris Combo. Varios estilos de pop, Tori Amos, Rufus Wainwright, Regina Spektor y Ben Folds. Les tengo un cariño especial a The Beatles, también al sonido de David Bowie y Elton John en los años setenta. Recientemente he disfrutado a la banda con la que Philip Gass colaboraba, Polyrock. Muy interesantes. Básicamente, me gusta entrar a YouTube y seguir caminos al azar para hacer descubrimientos. Hay demasiada música allá afuera.

En tu blog llamaste al Stuart "un piano del siglo XXI para pianistas del siglo XXI". ¿Cuáles son las nuevas posibilidades de ese piano?

Es un instrumento único, y Wayne Stuart, el hombre que desarrolló la tecnología de este piano, es un individuo único. Las cuerdas han sido instaladas de manera diferente a las de un piano normal, lo que le da a las cuerdas mucha mayor resonancia, un rango dinámico y una claridad más amplios, tales que no había conocido en ningún otro instrumento. Para decirlo en pocas palabras es un instrumento más flexible, con un mayor rango de color disponible para el pianista. Es el instrumento perfecto para la música de Philip Glass, con su gran rango dinámico y un tono cristalino y brillante. Cuando tuve que tocar en la radio hace unos meses me pusieron enfrente un Steinway Concert Grand, ¡y no era suficientemente bueno! Me las arreglé, pero hubiera preferido el instrumento Stuart & Sons.

¿Cuál es tu siguiente proyecto?

Tocaré algunas fechas como solista que incluirán, además del repertorio de Philip Glass, obra de Michael Nyman y Yann Tiersen. Ha pasado mucho tiempo (quince años para ser exacta) desde que tocaba como solista. Me intimida un poco pero me emociona al mismo tiempo. También estoy componiendo dos piezas, una para coro infantil y orquesta encargada por la secretaría de educación de mi país, y una obra de varios movimientos para coro de mujeres, coro infantil y orquesta, que será ejecutada en un maravilloso festival australiano llamado Moorambilla en 2012. Estoy muy emocionada con estos nuevos proyectos.

Pueden seguir a Sally Whitwell en Facebook y Tumblr.

12/06/2007

in the nursery: entrevista a klive y nigel humberstone


Hace un mes comentábamos en este blog la visita a Monterrey de In The Nursery, banda compuesta por los gemelos Klive y Nigel Humberstone. En aquella ocasión dejé pasar la oportunidad de entrevistarlos, pero los Humberstone han tenido la amabilidad de responder algunas preguntas por correo ahora que están de regreso en su tierra, Sheffield.

Cuando un grupo decide musicalizar películas suele tomarlo como su actividad secundaria. ¿Cómo explican que ustedes hagan giras más largas y lleguen a un mayor público con estos trabajos?

KH: Siempre fuimos conscientes de que nuestra música tenía cualidades “fílmicas”, ya era así desde 1986, cuando lanzamos el álbum Stormhorse, que considerábamos una “banda sonora para una película imaginaria”. Canalizamos nuestras composiciones en dos proyectos diferentes, nuestros álbumes de estudio y los scores de la serie Optical Music para cine silente. Los festivales de cine internacionales han mostrado mucho interés por nuestros scores, eso que nos ha permitido viajar por todo el mundo con estos filmes. No lo vemos como una actividad secundaria, es otra vertiente de nuestra creación musical.

¿El público de sus presentaciones cinematográficas es diferente al de sus conciertos?

KH: El público varía de una presentación a otra, depende de la película. Mucha gente viene específicamente a ver la película, lo cual significa que habrá un amplio espectro de edades en la audiencia. Algunos fans vienen por la música y ahí descubren el cine silente. Cuando hacemos los scores de la serie Optical Music sólo estamos Nigel y yo, tocando con teclados, bajo, controladores de viento y otros instrumentos que varían según la película. Los conciertos de In The Nursery son distintos, con Dolores en la voz, yo con las percusiones orquestales, David con un tambor militar y Nigel en el teclado y el bajo. Las dos presentaciones son muy diferentes, pero igualmente placenteras para el grupo.

¿Cómo conocieron a Sarah Jay Hawley?

NH: El nombre de Sarah había aparecido en nuestras conversaciones repetidas veces, así que platiqué con ella, para ver la posibilidad de que viniera a nuestro estudio a hacer algunas pruebas. Yo había escuchado su trabajo con Massive Attack, así como sus nuevas canciones y estaba impresionado. Trabajar con Sarah fue un proceso realmente simple y productivo. Nuestro método consistía en que ella llegara sin conocer la música, le presentábamos palabras, frases y motivos mientras escuchaba el track. Con esa base ella formaba la letra de la canción, elaboraba melodías y todo lo que teníamos que hacer era grabar los resultados. Era algo muy directo.

Hubo flautas y cello en Era, su último disco. ¿Cambian estos sonidos orgánicos su proceso de composición y grabación?

KH: Normalmente escribimos las partes para flauta y cello en la computadora y pedimos a nuestros músicos de sesión que graben las piezas e improvisen a partir de ellas, luego trabajamos con esos resultados, escogiendo y descartando partes. Siempre hemos puesto atención en crear música que suene “real”, mezclando la parte puramente electrónica con registros de instrumentos orgánicos.

¿Cuál ha sido su experiencia en México?

KH: En nuestra última visita a México, este noviembre, nos dimos cuenta de que ya habíamos estado ahí seis veces. Nuestra primera vez fue en 1995, nos contactó una organización llamada Arteria. Estaban interesados en presentar a In The Nursery en la Sala Nezahualcóyotl. Fue la primera vez que se presento ahí un grupo que no tocaba música “clásica”. Hemos seguido trabajando con los promotores Carlos y Arturo desde entonces. Tenemos bastante cariño a México, particularmente al DF. Hemos formado amistades duraderas ahí.

Llevan 25 años trabajando juntos. ¿El hecho de que sean hermanos, gemelos, tiene especial relevancia para conseguir una carrera tan larga?

KH: Creo que nunca nos hemos puesto a analizar por qué nuestro método ha funcionado. Es sólo una intención honesta de hacer música juntos. Sí, debe tener mucho que ver con que somos gemelos. Crecimos compartiendo una amistad que nunca ha sido cuestionada y que permanece. Compartimos nuestra primera guitarra eléctrica a los 16 años, y compartimos la experiencia de ver en vivo a bandas como Joy Division, sabiendo que queríamos crear música así… nunca hemos tenido una alternativa al modo en que trabajamos, no conocemos nada mejor ni nada peor.

¿Alguna noticia sobre un nuevo disco?

Estamos componiendo un nuevo score para Optical Music. Esta vez para La pasión de Juana de Arco, la obra mestra que Carl Dreyer realizó en 1928, sobre el juicio y muerte de esta doncella guerrera francesa. La premiere será en abril de 2008 en la catedral de Sheffield, un adecuado tributo a nuestro hogar y al tema del film.

11/23/2006

colder: entrevista a marc nguyen

Hace cuatro años Marc Nguyen, parisino de ascendencia vietnamita, se tomó unas vacaciones en su labor como diseñador gráfico y videoasta (entre sus clientes están Comme des Garçons y Kenzo) para crear canciones con estructura cíclica y una clara fascinación por el post-punk, el krautrock y el dub. Su proyecto se llama Colder y hasta la fecha ha grabado dos discos, Again (2003) y Heat (2005), ambos producidos por Norscq (Jean-Louis Morgère, de The Grief) y publicados por el sello británico Output, la casa europea de LCD Soundsystem y The Rapture, desaparecida hace apenas unos meses.

Imeca Music acaba de sacar la edición mexicana de Heat (con dos canciones nuevas como bonus) y para promocionarlo organizó presentaciones de Colder en el Distrito Federal, Puebla y Monterrey. A esta última plaza llegó Marc Nguyen el 19 de noviembre en condiciones adversas: hubo dificultades con el equipo de sonido del McMullens y un público más frío que el nombre de la banda. Inconvenientes de tocar una noche de domingo y con poca difusión.

Nguyen afrontó el reto y ofreció una sesión breve pero profesional, al final de la cual pude realizar esta breve entrevista. Sabiendo que él se encarga de toda la música en el estudio de grabación, esperaba ver a un chico escondido detrás de un teclado, su laptop y una caja de ritmos, pero llegó con un grupo de apoyo (guitarra, bajo y batería), así que mi primera pregunta fue referente a esa alineación.

Tus discos suenan intimistas, compuestos y grabados sin compañía, pero en el escenario tienes una banda completa. ¿Con cuál de esos dos formatos te identificas más?

Nunca he sido admirador de las bandas que hacen exactamente lo mismo en disco y en vivo. Desde el inicio la idea de Colder era proponer algo diferente en vivo, es más personal en los discos y más abierto en el escenario. Durante la creación y grabación de cada track es un proyecto electrónico, interpretado por una sola persona, pero en esencia son sonidos para un grupo completo, así que tiene sentido el cambio en vivo.

Apareciste en pleno renacimiento del post-punk. Tu música también apunta a los primeros ochenta, pero sin encajar del todo en esa oleada de bandas. ¿Cómo explicas tus diferencias?

Compartimos influencias, pero asimiladas de modos diferentes. Veo a Colder al margen de todo el revival post-punk, para empezar porque no hago esto sólo por el gusto de recrear un sonido de años atrás. Lo principal es ofrecer sentimientos y experiencias propias, después vienen las influencias y estilos.

Sueles mencionar a Einstürzende Neubauten y Coil entre tus favoritos. ¿Cuál fue tu reacción a la muerte de John Balance?

Fue algo muy triste, para mí Coil era uno de los grandes grupos de los ochenta, noventa y lo que va del nuevo siglo. El final de Coil es una gran pérdida para la música.

¿Dónde escucharemos tu música ahora, tras la desaparición de Output Recordings?

Todavía no estoy seguro, tengo algunas pistas pero no podría hablar de ello hasta que se confirme. En esta zona estoy con Imeca Music. Es el primer sello que me invita a Latinoamérica, son ellos quienes nos han abierto las puertas aquí. Ahora, además, corrieron el riesgo de traernos a tocar a la Ciudad de México y otras partes del país. Espero, en un futuro cercano, poder tocar en Brasil, Colombia o Argentina.

¿Estás planeando un nuevo disco?

Sí, para el próximo año. Será un poco distinto, menos electrónico. Todavía no está listo, así que sería difícil describirlo.

7/10/2005

revue noir: entrevista a nicki jaine



Nacida en Asbury Park (Nueva Jersey), Nicki Jaine reside desde hace cinco años en Philadelphia, donde inició su carrera como compositora e intérprete. Tras encargarse del teclado y la guitarra en la gira 2004 de Black Tape for a Blue Girl formó junto al líder de esa banda, Sam Rosenthal, el acto de cabaret oscuro Revue Noir, que ya tiene un sencillo en circulación y prepara un EP para el próximo otoño. Sobre su nuevo grupo, sus influencias y anteriores proyectos comentó algunas cosas en esta entrevista para SN.



¿Como comenzaste a escribir canciones?

Desde muy pequeña hacía canciones. Las trabajaba en mi mente mientras tocaba, cantándolas en voz alta, sólo algunas veces las escribía. En aquel momento no pensaba que realmente estuviera escribiendo canciones, sólo dejaba salir la música y me encantaba.

¿Qué buscas en una canción?

Más que algo tangible y objetivo busco un sentimiento. Es un proceso digno del Dr. Frankenstein: tengo muchas ideas diferentes para letras, puentes, intros, versos, luego los ensamblo en varios modos, hasta que cada parte parece encontrar su lugar y la canción cobra vida.

¿Qué discos cambiaron tu vida?

Más que un álbum, fue una canción y su video los que más me impactaron. Siendo pequeña vi en MTV el video "Stay", de Shakespeare's Sister. Cuando entró la segunda cantante, con esa voz oscura, hechizante, me sentí completamente intimidada. Pensé "eso quiero hacer cuando crezca". Unos años después llegó otra de las cosas que me marcaría, cuando mi padre me regaló el Aqualung de Jethro Tull. Ese álbum me encantó y ha sido un gran fuente de inspiración.

Cuéntanos algo de tu carrera antes de Revue Noir.

Fue en el verano de 2001 cuando empecé a presentarme en escenarios, formar amistades con otros músicos y explorar más intensamente mi creatividad. Fue un período muy emocionante. Aumentó mi interés en tener una banda, conocí a algunos individuos bastante creativos y así nació Torn Paper Dolls. La energía que sentía en las presentaciones era increíble y teníamos una gran química artística. Desafortunadamente, las cosas no iban tan bien fuera del escenario, lo que llevó al grupo a su fin en el año 2003. Volví a tocar sola poco antes de la desintegración del grupo, fue algo difícil pero lo pasé muy bien abriendo conciertos de amigos como Ego Likeness y Anathema Device.

¿Cómo conociste a Sam Rosenthal?

Fue en la fiesta de navidad que Middle Pillar dio en diciembre de 2003. Un amigo en común nos presentó y pronto nos llevamos bien. El siguiente septiembre me fui de gira con Black Tape for a Blue Girl, lo cual fue una gran experiencia. Luego del tour, Sam y yo comenzamos Revue Noir.

Aunque tienes raíces en distintos géneros musicales, has sido bienvenida por la escena gótica. ¿Eso ayuda a mostrar tu música o lo hace más difícil, al ponerte una etiqueta?

Uno de mis primeros shows fue en el Club Nostradamus de Filadelfia, abriéndole a Carfax Abbey. Estaba algo nerviosa, porque Carfax Abbey es una banda gótica talentosa y bien establecida en su escena, y ahí estaba yo, ¡una chica sola con su guitarra acústica! A los chicos de Carfax Abbey, sus amigos, el público, a todos les encantó y así entré en ese medio.

Me considero afortunada por haber encontrado ese espacio. He conocido algunos de los individuos más creativos y brillantes, y también algunos de mis mejores amigos, en la escena gótica. Claro que también tengo grandes amigos fuera de ella. Es casi inevitable que te etiqueten. Puede ser útil y al mismo tiempo limitante. Busco rodearme de gente creativa e inspiradora con distintas inclinaciones artísticas, trato de no pensar mucho en las etiquetas.

¿De qué trata "A Girl, A Smoke"?

Es sobre el final de una amistad muy significativa para mi. Una persona que me recomendó leer a Bukowski y hacer la gira con Black Tape. Cosas que iniciaron juntas y terminaron también juntas. Fue una interesante combinación de sucesos, no estaban directamente conectados, pero encajaban juntos de una manera única.

Cada reseña del single de Revue Noir incluye la palabra "cabaret". ¿Qué te dice ese término?

La primera vez que vi la palabra cabaret usada para describir lo que hacía fue en una reseña de hace tres años. En los conciertos la gente empezó a hablarme de Marlene Dietrich y Lotte Lenya, comparándolas con lo que yo hacía. Así que busqué algunos de sus discos, renté Morocco y El ángel azul y me encantó lo que escuché y observé ahí. Me siento conectada a algunos elementos de lo que hacían Dietrich y Lenya, era emocionante que la gente encontrará algo de ellas en lo que yo interpretaba.

No creo poder dar una definición clara de lo que esa palabra significa para mí, pero definitivamente tiene un espíritu y una energía particulares.

Ute Lemper encontró muy buena acogida con el cancionero de Kurt Weill. The Dresden Dolls y el último disco de Lydia Lunch han despertado bastante atención. ¿Por qué crees que la gente esté volviendo a interesarse en el sonido de cabaret?

No estoy segura del porqué, pero me parece genial.

Hay un par de citas de Bataille en el perfil de la banda en MySpace, ¿qué más te gusta leer? ¿Cómo afectan la literatura tu obra?

Fue Sam quien puso esas citas. Las cosas que leo tienen un impacto muy fuerte en mi vida, y por ende en mi trabajo. El año pasado disfrute particularmente Catch 22 (de Joseph Heller) y un par de biografías, de Albert Einsten y Marlene Dietrich. Me encantan las novelas distópicas y adoro a Kurt Vonnegut. Mis lecturas juegan un papel importante en quien soy y cómo veo el mundo.

La actual alineación de Revue Noir incluye a Meredith Yayanos, de The Vanity Set. ¿Cómo se hicieron de tan buena violinista? ¿Conoces personalmente a Jim Sclavunos (The Vanity Set, Nick Cave & the Bad Seeds)?

¡Meredith es magnífica! Hace dos años vi en vivo a The Vanity Set y me dejaron en trance. Meredith me asombró. Cuando Sam y yo regresamos del Halo Star Tour, el pasado otoño, enviamos e-mails a nuestros amigos, buscando integrantes para Revue Noir. Uno de nuestros amigos le pasó el mensaje a Amanda Palmer de Dresden Dolls, quien se lo pasó a Meredith y ella me contactó. Todo salió de maravilla.

No conozco a Jim personalmente. Meredith nos presentó luego de una actuación de The Vanity Set, sólo lo salude y le dije lo mucho que me gustaba su banda. Fue muy agradable, ojalá podamos vernos de nuevo.

¿Qué planes tienes con Revue Noir para este año?

¡Hay tantas cosas! Estamos grabando un EP, filmando un video, escribiendo nuevas canciones, haciendo presentaciones, diseñando la página web, es un momento muy emocionante.

¿Algo que quieras decir a nuestros lectores?

Haz lo que amas y no temas los riesgos. Apenas nos alcanza el tiempo para disfrutar de las cosas y la gente que amamos, así que hay que hacerlo mientras podamos. Haz algo atrevido, excitante, algo completamente ridículo, sólo por el gusto de hacerlo, por disfrutar de estar vivo.

Muchas gracias por esta entrevista y buena suerte con Revue Noir.

Muchas gracias a ti.


revuenoir.com
nickijaine.com

Apareció en Sonitus Noctis No. 12 (Julio 2005)

7/07/2005

la barranca: entrevista a josé manuel aguilera

1 de julio de 2005. Café Iguana, Monterrey.

La Barranca llega a diez años de vida en uno de sus mejores momentos. Siempre con José Manuel Aguilera al frente, su actual alineación, con Alejandro Otaola (Santa Sabina) en la guitarra y los hermanos José María y Alonso Arreola (nietos del escritor jalisciense) en batería y bajo, es quizá la más compacta y de técnica más depurada que haya tenido. Y también la más creativa: luego del prolongado silencio entre Rueda de los tiempos (1999) y Denzura (2003), el grupo entró al ritmo de un disco por año, si consideramos el EP Cielo protector de 2004 y su nueva grabación, El fluir, que verá la luz a fines de agosto. Afortunadamente para nosotros, en medio de esta racha se dieron tiempo para dejar el 1 de julio uno de los mejores conciertos que se han visto este año en Monterrey, ciudad en la que se han presentado en contadas ocasiones.


1. Rueda de prensa en el Café Iguana


Miércoles 29 de junio, once de la mañana. Una hora poco usual para entrar al Café Iguana, donde tendrá lugar el encuentro de José Manuel Aguilera y Alejandro Otaola, recién llegados del aeropuerto, con la prensa regiomontana. Los integrantes de Círculos de Nada (banda local con siete años en los escenarios, encargada de abrir el concierto) ajustan los últimos detalles, mientras a todo mundo se le van los ojos con la reportera del canal 12. José Manuel, siempre de gafas oscuras, y un Alex algo desmañanado pero atento, llegaron poco después de la hora concertada, para responder a una sesión donde hubo preguntas de rutina (a las que sólo podían responder como lo han hecho antes), pero también algunas pistas sobre El fluir.

¿Cómo llegan a su décimo aniversario?

José Manuel Aguilera: A nosotros mismos nos sorprende, creo que La Barranca y en general los grupos que se mueven de manera independiente en este país, siempre estamos más preocupados por lo que sucede en el momento y lo que vamos a hacer hacia adelante. La Barranca no es un grupo nostálgico, que mire hacia atrás y trate de repetir las cosas que ya hizo, siempre estamos tratando de movernos hacia delante, pero resulta que el tiempo se va acumulando y de pronto te das cuenta que ya pasaron diez años desde que hicimos el primer disco. Nos sorprende, pero nos da un pretexto para celebrar: a veces es importante decir "hemos hecho estas cosas y bien vale la pena echar una mirada hacia atrás" y celebrarlo de alguna manera. Y nuestra manera de celebrarlo es tocar.

¿Qué podemos esperar del concierto de este viernes?

JMA: Sentimos que La Barranca tiene una deuda con el público de Monterrey, hace un rato que no hemos venido a tocar. Tenemos muchos conocidos y amigos aquí, entre músicos y público, y desde hace rato sentíamos que teníamos que venir a hacer un concierto de La Barranca y esto de los diez años nos da un pretexto para eso. Queremos hacer un concierto que abarque no solo lo que La Barranca ha hecho en el pasado, sino también lo que está haciendo ahora e incluso dar una muestra de lo que vendrá. A principios de año estuvimos grabando un disco, justamente aquí en la ciudad de Monterrey, disco que va a aparecer a finales de agosto, se llama El fluir. Queremos aprovechar este concierto para tocar algunas piezas de este disco por ahora inédito, eso y compartir el escenario con Círculos de Nada, que es una banda que nos ha demostrado su generosidad de manera muy patente, y eso es algo que a La Barranca realmente la conmueve. Todos esos elementos se juntan para este viernes en la noche.

¿Cómo fue la producción del nuevo disco?

JMA: En los últimos discos habíamos utilizado mucho el estudio como herramienta de arreglos, incluso de creación, dándonos lujos que sólo puedes tener en el estudio, como poner muchas cosas que tú ni tocas: invitar a un cuarteto de cuerdas, un trompetista, un pianista, poner secuencias. Todo ese trabajo de arreglos y repostería que hay en el estudio es muy rico, sin embargo no nos gusta casarnos con una idea. En Cielo Protector llegamos a donde queríamos en ese sentido, era tiempo de cambiar. La idea detrás del nuevo disco era renunciar a todo eso, recuperar el sonido que tenemos en vivo, que está basado simplemente en dos guitarras, bajo, una batería y una voz. Por eso buscábamos un estudio grande que nos permitiera tocar a todos juntos, grabando la misma canción todos al mismo tiempo, porque en el otro proceso es cosa por cosa, es un proceso muy quirúrgico, que no tengo nada contra él, arroja otros resultados y son chidos, pero ahora teníamos la necesidad de abandonar eso y regresar a una cuestión más directa, más cruda, más de grupo, pero por supuesto regresar ahí con todo lo que hemos aprendido haciendo los discos de la otra manera. Ésas son las cosas que están detrás de El Fluir.

Alejandro Otaola: Al estar tocando en vivo cosas de los discos anteriores, frente a la energía que genera el público, como en muchos momentos dependíamos de las secuencias, a veces decíamos "cabrón, se siente bien lenta, como si trajeras grilletes", porque traes otro tipo de prendón. Empezamos a decir con algunas canciones "¿qué tal si le quitamos las secuencias?, ¿qué pasa si entre nosotros cuatro nos repartimos las sonoridades que están ahí y las reducimos a la mínima versión que podamos interpretar?" Y luego nos dimos cuenta de que las canciones que habían pasado por ese proceso eran las que más disfrutábamos tocar. Como que ahora las canciones las retiramos en un punto en el que no estaban tan llenas de cosas y teníamos que reducirlas a lo que había ahí, con los arreglos esenciales que necesitaba la canción, que los íbamos a tocar entre nosotros. Eso que habíamos logrado con canciones que ya existían, hacérselo a éstas, que todavía no existían. El sonido es más directo, porque se reduce a los instrumentos que somos en el escenario. No es exactamente un disco en vivo, pero es lo más cercano. Además con esas canciones, como ninguna tiene secuencia, si llegamos durante el concierto a cierto ímpetu, cierta energía, ese concierto es el que nos va a determinar cómo se interpreta esa canción ese día, no la secuencia, que es lo que pasaba antes. Es como una nueva Barranca.


2. En corto

Terminada la rueda, José Manuel se deja querer. Fotos, autógrafos y charla con cada fan, reportero y amigo que se acerca. En medio del asedio se dio tiempo para responder algunas preguntas para SN.

El año pasado escribiste en tu blog que a la hora de componer o improvisar, todos en La Barranca tendían hacia sonidos de jazz, funk y progresivo, que quizá ya era hora de probar otras cosas. ¿Lo hicieron con El fluir?

Muchas veces como músicos creamos mecanismos que son más ideales que reales, pero que nos ayudan a operar. Por ejemplo, decir eso que puse ahí, no sé en qué medida lo cumplimos o no, lo que sí te puedo decir es que nos sirvió para trabajar en una dirección, fue como poner una bandera imaginaria y decir "vamos a caminar hacia allá". No sé en qué medida llegamos y no sé si después esa bandera la vamos a retomar y la vamos a hacer válida para otra cosa. Creo que son mecanismos que uno hace para moverse artísticamente y desde ese punto de vista me parecen válidos.

En discos anteriores has rescatado cosas de la música popular mexicana, algo de danzón, algo de ranchero, pero siempre apuntando a décadas anteriores. ¿La música popular actual no te merece ningún respeto?

No cabrón, la veo en un punto muy bajo. La música popular que se está haciendo ahorita en México, creo que si tú la comparas con lo que se hizo antes, pues vamos en reversa. Por supuesto, siempre hay excepciones, cualquier generalización es exagerada, pero sí creo que pocas cosas de la música popular de ahora merecen respeto. Hicimos un homenaje a los Tigres del Norte ("La banda del carro rojo"), no sólo por los Tigres, sino por toda una tradición de música de corridos, norteña, creo que ahí hay algunas cosas rescatables. Los diamantes siempre están escondidos y hay que saberlos encontrar en todo tipo de música. Pero en general está en un nivel bajísimo.

Uno pensaría que es más fácil conseguir un estudio en su ciudad, ¿cómo terminaron grabando El fluir en Monterrey?

Sí, hay más estudios en la Ciudad de México, pero fue una combinación de cosas: queríamos salirnos de la Ciudad de México porque, cuando estás ahí, aunque al hacer un disco pases mucho tiempo en el estudio, nunca acabas de desconectarte de tus actividades, de tu vida privada: que te habló la abuelita, o la novia. Entonces había que desconectarse del D.F. Ya tomada esa decisión, ¿a dónde nos vamos? Nosotros pensábamos irnos al Gabacho, pero el ingeniero que trabaja con nosotros, que ha estado cerca de La Barranca desde hace dos o tres discos, había venido a hacer un trabajo al estudio El Cielo, aquí en Monterrey y dijo "pues ese estudio está tan chingón como cualquiera de Los Ángeles", y la verdad a mí me gusta más mi país que Los Ángeles (risas). Salía mucho más caro irse para allá y finalmente pensamos que lo podíamos hacer aquí. Y queríamos un lugar donde pudiéramos tocar todos al mismo tiempo, y los estudios a los que teníamos acceso en México o Guadalajara, de algunos cuates, permiten hacer cosas muy chidas, pero no tienen cuartos grandes, con esas posibilidades, para hacerlo todos juntos, y en El Cielo sí había esa chance. Fue una serie de cosas, y el destino, también.

Ya has grabado un disco firmado con tu nombre (Yendo al cine solo, 2001), pero en él tocan compañeros de La Barranca y antiguos colaboradores. ¿Cuál es la diferencia entre un disco de José Manuel Aguilera y uno de La Barranca si la gente alrededor de él es la misma?

El disco acabó siendo así por ellos mismos, pero no era la intención (risas). Era una idea medio egoísta, hacer un disco solo, usando loops y muchas técnicas que utilizan en el hip-hop, pero en vez de un güey rapeando poner una guitarra, ése era el principio conceptual. Pero en el camino alguien dijo "yo quiero tocar en ésa", "y yo en esta otra".

Y realmente suena distinto...

Sí, la idea era de otra naturaleza. Esa forma de usar la guitarra, además estaba el concepto del cine. La participación de todos esos músicos fue más limitada, no porque acostumbre limitarlos, sino que así se planteo la cosa. Era que llegaran y tocaran lo que yo les pedía. Y en un disco de un grupo hay no sólo intercambio de ideas, sino choques, fricciones, y tienes que formar consenso. Ésa creo que es la diferencia. Ese disco también sirvió para darme cuenta de que no me gusta trabajar así, que prefiero trabajar en equipo, jugar ping pong con alguien, no con la pared (risas). Hacer un disco solo es algo que ya no tengo tan visualizado. Ese disco, además, era uno que quería hacer desde hace muchísimo tiempo. De hecho, el primer disco que yo quería hacer en mi vida era ése. Pero siempre fue primero el grupo y otros proyectos, y este disco se quedaba atrás. De pronto se presentaron las circunstancias y el tiempo, y fue así que tomé la decisión de hacerlo, pero es un disco que ya tenía visualizado. Incluso algunas piezas las tenía ya. A veces pienso en hacer otro así, pero ya no lo veo tan cerquita, eso se queda ahí en las sombras por ahora.

¿Habrá algún día otro disco de Ninerain?


La verdad lo veo muy difícil. Volvió Tuxedomoon. Además, antes yo trabajaba de una manera diferente, en la que compartía muchos proyectos, estaba con La Barranca, con Ninerain, de pronto con los Jaguares. Es una manera chingona de desarrollarte como músico, pero creo que también hay momentos. Yo sentí hace un par de años que La Barranca necesitaba atención total, porque estaba ese cambio, muy fuerte, de la salida de Fong y André, había que afianzar al nuevo grupo y por eso decidí ya no seguir con Ninerain. Todavía estoy en contacto con ellos. Siempre fue muy difícil juntarnos, vivían en lugares diferentes. El jaranero, por ejemplo, siempre estuvo en Cuernavaca, Steven Brown unos ratos vivía aquí, otros en Oaxaca y otros se iba a Italia o no sé dónde chingados, nunca estábamos realmente juntos. Pero creo que lo que hicimos obedeció a un momento. Y a mí me gusta lo que hicimos, sobre todo el segundo disco, que por una locura grabamos en La Habana (risas) y bueno, quedó algo que a mi me gusta, chido. Lo veo muy difícil que hagamos otro disco, pero no está descartado.

¿Qué te pareció Cabin in the Sky?


No lo he oído (ríe). Incluso fueron a tocar a México y no pude ir. Sólo te puedo decir que realmente nunca fui fan de Tuxedomoon. Conocí a Steven y Nicolas más por cosas personales. Fuimos amigos antes de escuchar lo que cada quien hacía, ya hasta después de estar tocando ellos me rolaron algunos discos de Tuxedomoon, pero no tenía yo antecedentes de ellos.


3. El concierto.

Dos horas y media (incluyendo los tres encores) sin tregua, sustentadas principalmente en tomas de El fuego de la noche, Rueda de los tiempos y Denzura (aunque de La tempestad no pudieron dejar guardada "Día negro").

Algunas cimas de la noche: "El alacrán", con José Manuel bañado en luz blanca y cada garganta coreando, el final de "No mentalices" con líneas de "Bésame mucho", y un "Estallido interno" dedicado "a todos los que no pudieron acompañarnos esta noche". El amargo danzón de "La fuga de Rubén" (una de las pocas en las que todavía usan secuencias) y la inesperada versión del "Heart-Shaped Box" de Nirvana (con letra improvisada para la ocasión) fueron otros de los grandes momentos de la velada, que llegó a su fin cerca de las tres de la mañana. Lo impagable, el estreno de "Pare de sufrir" y "El fluir", que confirmaron lo dicho durante la rueda de prensa: la nueva Barranca es de canciones sin filigranas, directas y crudas. Un sonido que, si tomamos "Quémate lento" como antecedente, tiene algo de vuelta a los orígenes, y permite el lucimiento de la gran sección rítmica que conforman los Arreola.

Apareció en Sonitus Noctis No. 12 (Julio 2005)

4/02/2005

edison woods: entrevista a julia frodahl

Escuchando los sutiles paisajes sonoros de Edison Woods difícilmente deducirías que este ensamble (piano, cellos, saxofón barítono, guitarra, bajo y batería) tiene como base de operaciones el tumultuoso Brooklyn.

Vinculados en un principio con el slow-core y el pop de cámara con resonancias oscuras, Edison Woods terminaron por ser inclasificables. El grupo se formó en febrero de 2000 y editó su primer disco, homónimo, en el sello canadiense Endearing (2002). A éste siguió el sobresaliente Seven Principles of Leave no Trace (Glitterhouse, 2003), donde contaron con el apoyo de Mark Van Hoen (Mojave 3, Seefeel) y Alan Weatherhead (Sparklehorse) en la mezcla y producción, además de la guitarra de Simon Raymonde (Cocteau Twins) en la canción "Brooklyn Flowers". Actualmente están a punto de publicar su tercer álbum, Nest of Machines.

Aunque su ocupación principal es la música, su actividad se extiende al teatro, el performance y las instalaciones artísticas. Toda su obra está plagada de detalles que revelan su carácter féerico y etéreo. Cada caja de su segundo disco contenía una auténtica pluma negra de ave. Su página web y las imágenes de sus discos son obra de la artista neoyorquina Carla Gannis, y si quieres suscribirte a su mailing list debes enviar un mensaje con el título "Good Luck Charm", para recibir como respuesta un montón de letras eme y la aclaración "those are birds".

Julia Frodahl, la compositora, pianista y cantante de Edison Woods contestó a las siguientes preguntas para SN.

¿De dónde vienes?

Vengo de un pequeño pueblo al norte de California, del que recuerdo principalmente sus extraños salones de two-step con órganos Wurlitzer.


En las reseñas de tu álbum debut se mencionaba frecuentemente la influencia de Bowles y cummings. ¿Qué encuentras en esos autores? ¿Siguen siendo una influencia?

Las palabras de cummings son como la lluvia, una multitud de gotas formando un triste y hermoso océano. Creo que siempre será una influencia para mi. Crear algo sutil y al mismo tiempo cargado de pensamiento me parece una idea maravillosa.

¿Qué lees en estos días?

Estoy leyendo Cielo abierto de Paul Virilio, y El amor loco de André Breton.

Edison Woods tuvo un buen primer álbum, pero la evolución mostrada en Seven Principles of Leave No Trace excedió toda expectativa. ¿Qué ocurrió durante ese año?

Gracias. Me gusta cambiar… y obviamente los cambios que hay en mi persona se reflejan en mi trabajo. Es cierto, muchas cosas pasaron en ese período de transición, el tiempo entre las dos grabaciones. En parte, quería lograr cierta música que me reconfortara durante esa época de cambios. Y otras veces hacía música para reconfortar a alguien más. Creo que trabajo tal como lo hacía Louise Bourgeois en su serie Insomnia. Louise dibujaba toda la noche para arrullarse y poder dormir. Ahora todos podemos disfrutar de esos arrullos de papel que creó para conciliar el sueño.

Las letras de Edison Woods te hacen sonar completamente abierta y vulnerable. ¿No te atemoriza escribir este tipo de canciones, considerando que estás abriendo tu corazón y tu mente ante desconocidos?

De hecho, creo que hay una gran ironía en esa situación de ser vulnerable. Sé que parece atemorizante, pero la verdad me atemoriza más guardarme mis opiniones, porque cuando uno se oculta lo hace principalmente por miedo. Hace falta valor para ser vulnerable. Y es mucho menos atemorizante que dejarse dominar por el miedo. A fin de cuentas, te permite llegar a alguna parte.

¿Cómo es Simon Raymonde en persona?

Simon es amable y apacible, un músico muy intuitivo.

Vemos que cuidas hasta el más mínimo detalle en tu música y todo lo que hay alrededor de ella. ¿Cuál es tu idea de creación? ¿Qué responsabilidades implica traer al mundo una nueva obra de arte?

Quiero estar plenamente consciente de lo que aporto al mundo de los demás. Sí hago que un público voltee hacia mí, quiero tener algo que ofrecer que recompense ese tiempo y atención, desde todos los medios posibles.

Dinos algo sobre tu participación en el teatro y el performance, y cómo se refleja en tus presentaciones con Edison Woods.

En nuestras presentaciones busco cuestionar no sólo las formas en que la música es compuesta, sino también cómo es ejectuada y percibida. Así que hay un elemento teatral en cada uno de nuestros conciertos. Creamos un entorno completo en el que la audiencia puede perderse junto con nosotros, y suspender durante unos momentos las mortificaciones de la vida cotidiana.

¿Ha cambiado el sonido de Edison Woods para Nest of Machines?

Diría que tiene, por lo menos, el doble de diferencias que las que hubo entre los primeros dos álbumes.


Te agradezco la entrevista, por supuesto, pero sobre todo te agradezco el haber grabado un disco en el que todos podemos escapar del tedio y la desesperación de estos tiempos.

Fue un placer, Nicolás, gracias.

edisonwoods.net

Apareció en Sonitus Noctis No. 10 (Abril 2005).