6/13/2013

parásitos emocionales

En el blog de HUP, James Dawes desarrolla lo dicho por Paul Bloom en "The Case Against Empathy".

Ese interés por los otros que llamamos empatía podría ser un mal disfraz del narcisismo e incluso del voyeurismo. Pensamos que nuestra atención a las historias traumáticas de otros se debe a que somos criaturas solidarias, a que la empatía nos obliga. Pero quizá nos atraen las historias de sufrimiento porque tenemos una (insegura) necesidad de demostrarnos, a través de una respuesta empática, nuestra valía moral. O quizá nos atraen las historias de sufrimiento porque algunos de nosotros tenemos el privilegio de estar aburridos. Como dijo Eva Hoffman al criticar el interés en las historias de sobrevivientes del Holocausto: sentimos "envidia de significación". Tomamos prestado de la tragedia de otros para darle propósito y emoción a nuestros días vacíos. Somos parásitos emocionales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo más chistoso es que la humanidad asocie constantemente sufrimiento con significado. De ahí que los que consideramos "los grandes clásicos" (o "los grandes cínicos" como deberíamos llamarlos) del cine, la música, la literatura y el arte estén más en el drama que en la comedia.