A las ocho de la mañana del sábado estaba almorzando barbacoa y tequila con José Manuel Aguilera, Alex Otaola y el resto de su grupo en la casa de sabrá-Dios-quién. Todo empezó cuando pasé antes del concierto por el bar donde trabaja Velia, para preguntarle si ocuparía ayuda con su mudanza, y me dijo que los de La Barranca llegarían ahí luego del concierto. Así que allá fui luego del concierto y unas horas después ya estaba en esa casa, sin tener ni idea de en qué parte de la ciudad andaba.
José Manuel se veía mortalmente cansado (encima su avión a las 11 de la mañana), pero soportaba de buena gana el acoso del sector femenino del lugar. Se había pasado la noche canturreando esa canción de Gianluca Grignani (sí, esa), y en algún momento le pasaron una guitarra y ya se la aventó completa.
El único momento en que platicamos fue cuando estábamos taqueando la barbacoa ("está buena esta madre") y quise confirmar si había sido él quien cantó "Oración Caribe" con Steven Brown aquella noche de 1994 (eso fue antes de La Barranca, entonces yo no lo había oído ni visto nunca). "Sí, si yo me acordaba que ya había tocado entonces en Monterrey. No supe ni quién nos invitó a ese lugar, pero ahí andaba con Steven".
Cuando vi que ya caía de sueño me despedí y salí buscando una avenida para tomar un taxi. Seguía sin tener idea de dónde estaba. Caminé media cuadra y en la esquina encontré La Famosa, el negocio de jugos y frutas donde el Sr. Sensato y un servidor éramos clientes asiduos cuando teníamos como 18 años. No éramos naturistas, nos gustaba Montse, la cajera.
Al llegar casa dormí como tronco y no me levanté hasta las cuatro.
...
En la noche Bere y yo intentamos pescar la última película en los cines de Plaza Real. Como sólo quedaba una función de La guerra de los mundos volvimos a la calle a buscar qué hacer. Y así fue como nos metimos a apostar al Caliente por primera vez. Nos quedamos en la sala de bingo. Bere empezó a reírse cuando tomamos asiento: "¿Es ésa la Nena Delgado?" Sí era, y mientras todo mundo se emocionaba mirando los tableros y marcando números la señora mantuvo la misma expresión de aburrimiento.
Nosotros compartíamos mesa con una señora que iba con tres chicos. Eran su sobrino y dos amigos: los habían dejado plantados para una fiesta y mejor se los trajo para iniciarlos en el noble arte del azar. Cuando uno de los chicos se ganó la tabla completa (cinco mil pesos) le dijo a sus compinches "¡sobres, de aquí al table!". La tía puso cara de quizá no haber hecho lo mejor para los muchachos.
Para la una de la mañana ya estábamos rumbo al centro. La cosa era adictiva y no ganamos nada, pero da ese gusto de meterse donde no pensaste que acabarías el día.
4 comentarios:
Tacos! Tequila! Aguilera! You're going to be SO VERY DEAD when I go back to Mty.
Sí... era la Nena Delgado con expresión de "parabajez", jaja...
Pos ya veo que andabas bien acompañado el sabado en la mañana, mano jejeje. Pero bueno, de eso se trataba, no??
chido machin!!
hola jack :P
me encantan tus travesías :)
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