Esta vez el disco es acreditado a Thomas Feiner & Anywhen. En la opinión de algunos, incluido el que esto escribe, es un rescate hace justicia a unos de los mejores discos de la década.
¿Cómo cayó en el olvido The Opiates?
La verdad es que el nombre Anywhen se mantiene en portada para que los admiradores del disco lo reconozcan, porque tanto en su primera edición como en ésta, “The Opiates” es obra exclusiva de Feiner (Gotemburgo, 1968), cantante y compositor del grupo.Fueron una banda, sí, durante sus primeros dos discos, que todavía apuntaban hacia el pop y el rock acostumbrado en esa época. El rumbo impuesto por Feiner para el último disco, y los dos largos años que tomó su grabación, fueron demasiado para los demás, que abandonaron el barco sin hacer mala cara.
“The Opiates” no pasó desapercibido entonces. Recibió buenas críticas en esas revistas “que importan”. Eran eso, buenas, no se decía que era un garbanzo de a libra, un OVNI en la música popular contemporánea.
Cuando un disco es despreciado tiene la oportunidad de redimirse. Si es encumbrado inmediatamente puede caer del pedestal con los años. Si se le llama simplemente “bueno”, y encima la banda se desintegra tras su concepción, corre el riesgo de ser olvidado.
The Siren Songs es una enorme canción con modos de clásico
En su interior hay baladas lentas, cobijadas por cuerdas de la Radio Symphony Orchestra de Varsovia. En rigor, habría que llamar al Feiner del siglo XXI un crooner, pero en el sentido original del término, pues cuando se habla de crooners actuales parece que la etiqueta lleva adjunta una imagen de vida turbia, rudeza o donjuanismo, aunque sean meramente teatrales, esa aura de “hijos de Lee Marvin”.Y es al mismo tiempo una actualización de ese cancionero. En palabras de Feiner lo suyo habla más de “realizar un trabajo que odias para comprar cosas que no necesitas. Madurar, hacerse respetable… una especie de somnolencia, gente encaminada hacia un rol, comprometiendo sueños, ideales e inspiraciones en el proceso”.
Pero no todo son medios tiempos y nubarrones. El disco abre con The Siren Songs, una enorme canción de amor con modos de clásico. Una voz de barítono nos dice que el amor podría ser el mayor mentiroso, pero esta vez no quiere pensar, quiere entregarse a los cantos de las sirenas, ahogarse si es preciso. De haberla colado en el soundtrack o el concierto correcto se habría propagado como plaga, no merece menos.
Otros proyectos del sello de David Sylvian
Además de esta recuperación de su mejor obra, Feiner planea un nuevo álbum en la disquera de Sylvian.SamadhiSound publica a cuentagotas pero con mucho cuidado, como si el ex Japan quisiera grabar sólo a gente que admira y puede considerar amigos, un lujo que pocos (como David Tibet en Durtro, o Michael Gira en Young God Records) pueden permitirse.
Ahí está Harold Budd recordándonos una vez más que la belleza es simple. Sylvian escoltado por jazzistas nórdicos en Nine Horses. También las panorámicas frágiles de Akira Rabelais. Una de sus recientes glorias es “Slope”, el debut en solitario de Steve Jansen (¡a los 58 años!), que quizá sea la gran segunda parte a “Secrets of the Beehive” que su hermano Sylvian nunca ha encontrado o no le interesa encontrar.