2/22/2007

new adventures in low-fi

1. El sistema de sonido en el Gargas no es nada sofisticado. Son cuatro o cinco bocinas, como las de cualquier aparato casero, distribuidas por varios cuartos. En la sala más cercana a la calle toda la música es monoaural, sólo se escucha un lado de la grabación.

2. Uno esperaría que en el año 40 y tantos después de Phil Spector los efectos de producción musical fueran más elaborados, pero en la práctica hay muchas canciones que dan su mejor golpe con el simple método de arrinconar un sonido: te lo retacan por un solo audífono o una sola bocina y acabas por no saber de dónde viene. Por ejemplo, cada vez que escuchaba "Paris and Rome" de Cranes en el walkman estaba seguro de que junto a mí pasaba una ambulancia.

3. Ahora bien, si en lugar del audífono tienes habitación completa (con pocos muebles y ninguna persona) y el sonido arrinconado es una voz, escucharás esa voz como algo independiente de la música, como si te hablara alguien que no puedes ver. La primera vez ocurrió cuando Jorge estrenó su recopilación de videos de la Warp. Escuchábamos claramente que alguien gritaba desde la calle "¡ya vámonos!" Fue hasta la tercera o cuarta repetición cuando descubrimos que el "ya vámonos" (si es que decía eso) era parte de la grabación.

Pero el premio se lo lleva una versión de "Wicked Game" de intérprete desconocido. Viene en un CD quemado que alguien dejó en la barra, sin lista de tracks. La voz se parece a Joanna Newsom, pero no, no hay ningún cóver de esa canción acreditado a ella. El caso es que al final, haciendo "coro", entran unos berridos desgarradores que se escuchan sólo en la sala cercana a la calle. Jorge pone ese disco cada vez que hay pocos clientes. La última vez un tipo comentó "qué ambiente se traen las viejas de allá, ¿verdad?".

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un efecto similar, aunque en un contexto enteramente distinto, lo dan los dispositivos (por lo general un botoncito que se apachurra y se desapachurra) para acentuar las bajas frecuencias de una grabación. La raza de esta ciudad suele escuchar sus grabaciones con el dispositivo de los bajos activado, para que la música retumbe más padre. A unos diez metros de distancia aquello efectivamente parece música. Pero conforme te alejas, la música desaparece paulatinamente y, digamos a unos 100 metros, sólo se oyen las frecuencias bajas, por lo general el tam tam sincopado de las percusiones. Y nada más. Imposible, a esa distancia, identificar la canción que se está tocando. Sólo tambores, con ritmo, como queriendo cifrar un mensaje. Como leer a Joseph Conrad y estar metido en el corazón del África, así mero.

Oriam Aocho dijo...

Hay un momento, en la canción de Suzanne Vega "Luka", dónde se oye alguien que habla. Después de que Suzanne Vega dice: "Just don´t ask me what it was", se escucha esa voz, pero no he sabido decifrar bien lo que dice. Ah, para escucharlo necesitas audífonos.

Me pasó con otra canción que pasaban en el radio, pero no sé que rola era.

Anónimo dijo...

En el nuevo disco de Yuridia en todas las canciones se oye una ruca que canta bien feo.

Nicolás Díaz dijo...

Jejejejeje

Berenice dijo...

Sí sé de que versión de Wicked Game hablas, yo la tengo por ahí perdida entre mi música en la computadora. No sé si en el servidor para descargas haya estado bien el título e intérprete de la canción (ya sabes que a veces están equivocados), pero dice "Wicked Game-Faith No More"... así está la cosa.