Aunque durante su existencia recibieron buenas críticas, su importancia no fue claramente comprendida hasta la aparición de su segundo disco, Closer, en julio de 1980. Para entonces ya era muy tarde: Ian Curtis, autor de las letras y cantante del grupo, se había suicidado dos meses antes. El 18 de mayo de este año llegamos al cuarto de siglo sin Ian Curtis.
Un cantante atípico
El carácter de Ian Kevin Curtis (Manchester, 1956) tenía poco que ver con el medio del rock. Casado desde los 19 años con su novia de la escuela, Deborah Woodruffe, tomó un empleo en la Manpower Services Commission, donde asesoraba a discapacitados para que consiguieran o conservaran un empleo. El propio Ian padecía epilepsia, pero mantuvo su afección en secreto hasta que sus ataques se hicieron más frecuentes, en sus últimos dos años de vida.
No se conoce ninguna fotografía en la que aparezca con atuendo de rock star, votaba por los conservadores (hablamos del alba de la era Tatcher) y en 16 de abril de 1979 se convirtió en padre, con el nacimiento de Natalie Curtis.
Era lector de J.G. Ballard y William Burroughs, y durante la adolescencia admiró a The Velvet Underground, David Bowie e Iggy Pop. Formó su grupo junto a Bernard Sumner y Peter Hook al comenzar 1977 (el baterista Stephen Morris llegaría en agosto).
Stiff Kittens, Warsaw y Joy Division
Fueron Stiff Kittens por un día, luego Warsaw (por “Warsawa”, de Bowie) y finalmente Joy Division, nombre que Curtis sacó del libro Casa de Muñecas de Karol Cetinsky. La “división del gozo” era, en los campos de concentración, el grupo de prisioneras forzadas a complacer a los oficiales de las SS.
Una lírica que hacía eco del desencanto y ansiedad de la Inglaterra post-industrial, el único bajo que sonaba como guitarra principal y los acordes lacerantes de Sumner serían el sello distintivo de Joy Division. Luego llegarían el sintetizador y con él las atmósferas densas e inquietantes.
Unknown Pleasures (1979)
En junio de 1979 publicaron Unknown Pleasures, su primer disco de larga duración. Rechazaron la oferta de la Warner para distribuirlo en los Estados Unidos, pero se sintieron a sus anchas en Factory Records, el sello de Tony Wilson donde, si bien no se daban anticipos, tampoco había contratos.
John Peel fue otro de los que reconocieron el valor del grupo, que en su segunda visita a los estudios de la BBC tocó “Love Will Tear Us Apart”. A raíz de esa presentación el tema llegaría a ser muy popular, a pesar de no aparecer todavía en ningún disco.
Esa canción y el anuncio de que su siguiente disco también sería producido por Martin Hannet, quien había dado a Unknown Pleasures una textura áspera y ominosa, elevaron altamente las expectativas de su segundo álbum.
La amistad con Genesis P-Orridge
Pero Ian no estaba para esos asuntos: mientras su rostro cubría la portada de New Musical Express, fue diagnosticado definitivamente como epiléptico. Las luces estrobo de los escenarios hicieron más frecuentes los ataques y varios conciertos de Joy Division terminaron prematuramente, en medio de las quejas del auditorio.
Además, a fines de 1979 Curtis comenzó a relacionarse una chica belga llamada Annik Honoré, lo que le trajo serios problemas con Deborah, quien solicitó el divorcio en abril de 1980. La conducta de Curtis era cada vez más errática y depresiva.
A pesar de lo grave de su condición, los que lo rodeaban parecían convencidos de que era algo pasajero. Uno de los pocos confidentes que tuvo fue Genesis P. Orridge, de Throbbing Gristle (uno de los creadores del concepto “música industrial”), con quien sostuvo una amistad telefónica y epistolar.
Hasta la fecha Genesis no sabe cómo consiguió su número el cantante de Joy Division, pero recuerda especialmente la llamada que le hizo la noche del 17 de mayo de 1980:
Estaba aturdido, angustiado, furioso y gravemente deprimido. Le parecía que de alguna manera había dejado que las cosas escaparan de su control, que nadie a su alrededor le importaba lo que él quería, lo que él necesitaba. Y lo más urgente en ese momento era que no quería salir de gira ni estar en Joy Division.
18 de mayo de 1980
Precisamente, en dos días Joy Division saldría rumbo a su primera gira por los Estados Unidos, la antesala del reconocimiento masivo. Algo que no animaba mucho a Curtis, pues estaría recibiendo los reflectores precisamente cuando su estabilidad emocional tocaba fondo.
Esa noche Ian canceló varios compromisos y fue a su casa, en el 77 de Barton Street, Macclesfield. Deborah trabajaba en la barra de una disco y había dejado a la pequeña Natalie en casa de los abuelos. Ian la esperó viendo Strozsek, de Werner Herzog, y una vez que ella llegó la convenció de que pasara la noche con sus padres, para acompañar a Natalie. Cuando Deborah volvió al día siguiente lo encontró colgando del techo de la cocina. En el tocadiscos sonaba The Idiot de Iggy Pop.
De acuerdo a los reportes, Ian Curtis se quitó la vida en la mañana del domingo 18 de mayo de 1980. Pocos días después su cuerpo fue cremado. Por orden de Deborah, en la loza que recuerda su muerte en el cementerio de Macclesfield fue inscrita la frase “Love Will Tear Us Apart”.
New Order, 24 Hour Party People y Control
Es sabido lo que pasó con el grupo: los miembros sobrevivientes reformaron su estilo, se convirtieron en New Order y conquistaron el mundo. Hasta la fecha incluyen canciones de Joy Division en sus conciertos.
Algunos de los cientos de grupos que han interpretado las canciones de Ian Curtis son Nine Inch Nails, 10000 Maniacs, Codeine, Low, Human Drama, Lycia, Xiu Xiu y Kirlian Camera. A esto hay que sumar la influencia del estilo interpretativo de Curtis en todo el goth rock y el actual renacimiento del post-punk.
En el cine, Ian fue uno de los personajes centrales de 24 Hour Party People, la radiografía de la escena mancuniana filmada por Michael Winterbottom (aunque Joy Division no eran propiamente de Manchester, ahí se encontraba su base de operaciones).
Actualmente el director Anton Corbijn (autor del video de “Atmosphere” y de casi toda la videografía de Depeche Mode) planea llevar a la pantalla la vida de Ian con el título Control. Tony Wilson y Deborah Woodruffe son los productores y el guión se basará en Touching From a Distance, la biografía del cantante publicada por Deborah en 1995. Se habla de Jude Law como el principal candidato para interpretar Curtis.
25 años después
Ian tendría ahora 48 años. Si alguien hubiera hecho caso a las advertencias de Genesis P. Orridge, quien llamó a sus conocidos en Manchester para avisar que el chico estaba realmente mal.
Probablemente no hubiera servido de mucho, pues Curtis hubiera entrado en crisis de nuevo bajo las presiones de la gira. O quizá sí, y ahora estaríamos escuchando las canciones que nunca llegó a escribir. Parte del encanto que encontramos en el primer álbum de Interpol provino de esa necesidad de escuchar algo con una fuerte influencia de Joy Division.
Divagar sobre el hubiera es inútil. Por lo menos, no dejen pasar el 18 de mayo de 2005 sin escuchar la voz de Ian.
Yo ya tengo mi selección. La primera canción de Joy Division que escuché, una noche de 1993, cuando la radio regiomontana todavía transmitía el programa Hi-Tech de Pablo Flores. Desde entonces esa canción ha estado en cada recopilación que he hecho para viajar o regalar. Algo se quiebra despacito al pensar que esa primera vez fue hace doce años. Y se siente más raro pensar que, no importa a qué edad muera, siempre seré más viejo que el autor de esas líneas:
People like you find it easy
Aching to see, walking on air
Hunting by rivers, through the streets,
Every corner abandoned to soon
Set down with due care
Don't walk away in silence
Don't walk away
Apareció en Sonitus Noctis No. 10 (Abril 2005)
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