3/14/2008

exportando estereotipos

1. A fines de enero, en el Foro Económico Mundial, Emilio Azcárraga Jean anunció que entre el 30 y el 35 por cierto de las ganancias de Televisa provienen del extranjero, y espera que en los siguientes años ese porcentaje aumente. Dos semanas más tarde, esta vez en el IE Global Alumni Forum, Azcárraga explicó que en la televisión abierta mexicana su empresa ya había alcanzado un tope, ya no le es posible aumentar su porcentaje de auditorio. Así que las actuales prioridades de Televisa son concentrarse en las áreas que todavía tienen capacidad de crecimiento en el país (televisión de paga, revistas, etc) y en la venta de programación en escala internacional.

2. El cine de Bollywood, en principio una rareza india de consumo estrictamente local, comienza a filmarse en inglés. También cuenta ahora con mayores presupuestos y mejor producción, pero sin renunciar a las coreografías e ingenuidad (ahora, paradójicamente, buscada) que son la marca de la casa. Y cuando los brasileños notaron que sus favelas eran tan célebres como su futbol o su carnaval, comenzaron a hacer paseos turísticos a los barrios miserables de sus grandes ciudades, los llamados slum tours.

Podemos decir que los iconos reconocibles internacionalmente, sin importar su origen, legitimidad o calidad, están siendo usados como agarraderas por la industria del entretenimiento. Antes el cliché lo dibujaban los de fuera que, al vernos, aislaban los aspectos que les parecían exóticos, grotescos o divertidos. Ahora, si genera ganancias, son señalados desde dentro. “Mira, somos exóticos, grotescos, chistosos, ¿comprarías un recuerdo nuestro?”

3. Las telenovelas siempre han usado estereotipos, pero a las recientes le han dado además una segunda capa de barniz folklórico. En Fuego en la sangre hay charros cantores y romance vernáculo, Central de abasto es un dramón de barrio y La rosa de Guadalupe presenta historias que se nutren de ese sentimiento (más animista que católico) que ve la intervención de la virgen en cada golpe de suerte. Las tres llegaron juntas, y después de que Televisa identificara sus nuevas prioridades. Presentan iconos añejados, que serían al mismo tiempo exóticos y reconocibles como mexicanos (como clichés mexicanos) por un potencial público extranjero.

No nos ocupan aquí la calidad de esa programación, tampoco si efectivamente será adquirida por televisoras de otros países. Mi intención es registrar ese momento, cuando ya no se busca la paridad con la televisión de extranjera sino, por el contrario, acentuar los estereotipos de la propia. Que no carece de relevancia, recordemos que en muchos países la idea general que se tiene de México es la de Televisa.

Recuerdo una escena de El hijo de la novia, película argentina, donde una mujer se oponía a que su hija estudiara en México: “¿Quién la va a educar allá? ¿El profesor Jirafales?”

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