El hombre ha criado a su hijo solo. El niño tendrá unos siete años. Como le interesan los comics el papá lo lleva a una exposición de Warhol (ya, el de las viñetas gigantes era Lichtenstein, pero esto es un sueño, no pregunten). El museo tiene pasillos muy estrechos y las obras están en nichos hundidos en la pared, muy lejos de los visitantes.
Cuando encuentran una pieza pequeña y no tan alejada, el papá la toma por souvenir y se la lleva, nadie se entera. Sin quererlo se han robado un Warhol. Esa noche intentan devolverlo y descubren que es más difícil meter una obra a un museo que sacarla de él. Desde que entran traen a un guardia pisándoles los talones. Esa parte no la veo como espectador, sino desde los ojos del niño o del padre. Sin embargo, no soy yo, sólo estoy viendo desde su perspectiva. Veo cómo se acercan puertas batientes, mientras corren hacia la sala de donde fue tomada la obra. Porque hay que dejarla donde mismo, no sirve ponerla en cualquier parte y salir huyendo del museo. Despierto antes de que lo consigan.
3 comentarios:
Hubiera sido màs chido aùn que despertaras con el Warhol en las manos... una vez mi amiga Lupita soñò que hablaba con el Silvio Rodríguez en una playa cubana, y despertò con arena en los ojos.
Ahì quedarà como proyecto por hacer el fundar entre la raza un museo con un proyecto original... serìa un buen trabajo de equipo.
Gracias por acompañarnos el sábado, y por acompañar al Jimmy en sus descabellados relatos europeos.
Estuvo muy chido el sábado, D.
Lo feo sería soñar que uno está en una playa cubana y despertar en un bote rumbo a Miami.
Si un hombre sueña que habla con Silvio Rodríguez en una playa cubana, y se lleva un puñado de arena como prueba de que estuvo ahí, y al despertar se encuentra a la deriva sobre un bote, en altamar y hacia Miami, ¿entonces qué?
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