¿dónde están las mujeres en los grupos?
Laura Sales es crítica de Rockdelux y organizadora del Ladyfest Spain, esto es parte de su artículo en Rockdelux 233.
¿Dónde están las mujeres en en los grupos? ¿Dónde están las críticas musicales? ¿Dónde están las directoras de sellos discográficos?
Las mujeres están ahí, pero sólo entre el público: siguen en gran medida relegadas a un papel pasivo. ¿Y por qué?
La respuesta no es evidente y exige un análisis de conciencia honesto por parte de mujeres y hombres. La culpa no es de un programador de conciertos despistado ni de un malintencionado jefe de redacción. Y el problema tampoco se soluciona con la promulgación de una ley.
Si las mujeres seguimos sin tener igualdad de oportunidades en este terreno, como en tantos otros, es porque bajo la normalidad aparente existen mecanismos de control que hay que analizar para poder combatirlos.
Por ejemplo, escenario concreto: la música independiente es fundamental para la socialización y el desarrollo de la identidad de las y los adolescentes. Sin embargo, la transmisión de conocimientos musicales sigue siendo básicamente masculina, mediante mecanismos sutiles o más evidentes, como jergas técnicas que convierten en esotéricas cosas tan sencillas como pulsar un interruptror.
Por eso en Ladyfest se hacen talleres de guitarra o DJ, porque nos parece importante que las mujeres se transmitan conocimientos entre sí; igual que Le Tigre explican paso a paso en su web el equipo técnico que utilizan.
Y no es que las mujeres seamos tontas o negadas para la técnica, sino que tradicionalmente éste es un campo donde no hemos tenido nada que ganar.
Para los hombres la acumulación de conocimientos es un método muy extendido de conseguir prestigio social, y esto es claramente así en la cultura musical.
Un chico se aprenderá de memoria listas interminables de grupos ignotos de after-punk suizo, cantón por cantón, porque sabe que con ello se va a ganar el respeto de sus colegas (y esto explica que fenómenos como el coleccionismo discográfico sean básicamente masculinos).
En cambio, los conocimientos y la opinión de las mujeres no son tomados tan en serio; y cuando a una mujer se la escucha [hablar sobre música], automáticamente se la considera una mujer atípica.
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