4/22/2008

orvonton en la clausura del simposio de estudios visuales

1. Las presentaciones constantes pueden desgastar con rapidez el repertorio de cualquier banda o proyecto personal. Carlos Pechant, el creador de música electrónica que firma sus grabaciones como Orvonton, tiene una fórmula para esquivar ese desgaste: es prolífico y, encima, su selección e improvisaciones cambian de carácter en cada ocasión, dependiendo del espacio, el público y el ánimo del músico.

Si quieren colocar sus grabaciones en algún estante, sería el de la IDM, ese gran baúl de géneros donde mucho cabe. En cuanto a referentes, va de lo más sereno del ambient a los estallidos frenéticos de Squarepusher y Aphex Twin, pasando por los cruces entre la música de laptop y sonidos más tradicionales, como los que han realizado Venetian Snares y Jaga Jazzist.

Luego de la grabación de su primer álbum y un EP (Tensión Superficial y Orvonton.2), Pechant entró en un período sabático para preparar “Remitente”, el disco del cual escuchamos algunas partes en su presentación del 19 de abril en el Museo de Culturas Populares (Monterrey).

2. El marco era la clausura del II Simposio Internacional de Estudios Visuales, cita organizada por la Facultad de Artes Visuales de la UANL. La presentación de Orvonton inició poco después de las ocho de la noche, en una sala con decorado arbóreo que sería utilizado más adelante por los performers de la compañía Metamórfono.

En uno de los costados se proyectaban videos creados y alterados por Checo Robota (VJ del colectivo Emulación Aleatoria, al que también pertenece Orvonton) que acompañaban la música que Pechant creaba con su lap, dos controladores y un mixer. En presentaciones anteriores Checo había echado mano a imágenes de Pardjanov y Brakhage, pero en esta ocasión combinó diseños abstractos con la obra de Vladimir Kobrin.

Para quienes no hubieran escuchando antes a Orvonton esta fue una buena muestra de sus diversos registros. En lugar de decantarse por uno solo de los subgéneros de la electrónica que maneja, los acomodó en una misma sesión no demasiado extensa, como si se tratara de diversos movimientos de una misma obra.

Arrancó con samples de orquesta, para luego deslizarse hacia el ambient y pasajes de glitch que sonaban como líquidos en ebullición. El frente ambient comenzó a tornarse cada vez más denso y ominoso (aquí fue donde se usaron los videos de Kobrin), pero justo entonces fue alcanzado por una electrónica más amable que ora invitaba a la distensión, ora al baile (aunque quizá la ocasión no era la más propicia para esto último) y piezas de corte académico (escuchen el track “Arpegio de espera”) tocadas por Carlos directamente en un teclado, sin recurrir a audio pregrabado.

En todo caso, yo seguía echando de menos el lado sucio (el más divertido) de Orvonton, cuando son retorcidos los mandos del mixer para producir ritmos espasmódicos y bombos atronadores. Pero no nos falló, sólo lo estaba guardando para el final. El material interpretado provenía de diferentes períodos, pero fue presentado en un contexto y un orden que lo convertía en un solo bloque de música, coherente y cambiante al mismo tiempo.

3. A propósito de “Remitente”, este disco se puede descargar sin costo en archive.org (donde ya rebasó las 1500 descargas) y en el Clinical Archives, netlabel de música “ecléctica e ilógica” (en sus propias palabras).

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