8/28/2008

el regreso de thomas feiner

El grupo sueco Anywhen sacó a la venta “The Opiates” en el año 2001. Siete años después, “The Opiates” es reeditado con dos nuevas canciones por SamadhiSound, el sello de breve pero selecta nómina dirigido por David Sylvian.

Esta vez el disco es acreditado a Thomas Feiner & Anywhen. En la opinión de algunos, incluido el que esto escribe, es un rescate hace justicia a unos de los mejores discos de la década.

¿Cómo cayó en el olvido The Opiates?

La verdad es que el nombre Anywhen se mantiene en portada para que los admiradores del disco lo reconozcan, porque tanto en su primera edición como en ésta, “The Opiates” es obra exclusiva de Feiner (Gotemburgo, 1968), cantante y compositor del grupo.

Fueron una banda, sí, durante sus primeros dos discos, que todavía apuntaban hacia el pop y el rock acostumbrado en esa época. El rumbo impuesto por Feiner para el último disco, y los dos largos años que tomó su grabación, fueron demasiado para los demás, que abandonaron el barco sin hacer mala cara.

“The Opiates” no pasó desapercibido entonces. Recibió buenas críticas en esas revistas “que importan”. Eran eso, buenas, no se decía que era un garbanzo de a libra, un OVNI en la música popular contemporánea.

Cuando un disco es despreciado tiene la oportunidad de redimirse. Si es encumbrado inmediatamente puede caer del pedestal con los años. Si se le llama simplemente “bueno”, y encima la banda se desintegra tras su concepción, corre el riesgo de ser olvidado.

The Siren Songs es una enorme canción con modos de clásico

En su interior hay baladas lentas, cobijadas por cuerdas de la Radio Symphony Orchestra de Varsovia. En rigor, habría que llamar al Feiner del siglo XXI un crooner, pero en el sentido original del término, pues cuando se habla de crooners actuales parece que la etiqueta lleva adjunta una imagen de vida turbia, rudeza o donjuanismo, aunque sean meramente teatrales, esa aura de “hijos de Lee Marvin”.

Y es al mismo tiempo una actualización de ese cancionero. En palabras de Feiner lo suyo habla más de “realizar un trabajo que odias para comprar cosas que no necesitas. Madurar, hacerse respetable… una especie de somnolencia, gente encaminada hacia un rol, comprometiendo sueños, ideales e inspiraciones en el proceso”.

Pero no todo son medios tiempos y nubarrones. El disco abre con The Siren Songs, una enorme canción de amor con modos de clásico. Una voz de barítono nos dice que el amor podría ser el mayor mentiroso, pero esta vez no quiere pensar, quiere entregarse a los cantos de las sirenas, ahogarse si es preciso. De haberla colado en el soundtrack o el concierto correcto se habría propagado como plaga, no merece menos.

Otros proyectos del sello de David Sylvian

Además de esta recuperación de su mejor obra, Feiner planea un nuevo álbum en la disquera de Sylvian.

SamadhiSound publica a cuentagotas pero con mucho cuidado, como si el ex Japan quisiera grabar sólo a gente que admira y puede considerar amigos, un lujo que pocos (como David Tibet en Durtro, o Michael Gira en Young God Records) pueden permitirse.

Ahí está Harold Budd recordándonos una vez más que la belleza es simple. Sylvian escoltado por jazzistas nórdicos en Nine Horses. También las panorámicas frágiles de Akira Rabelais. Una de sus recientes glorias es “Slope”, el debut en solitario de Steve Jansen (¡a los 58 años!), que quizá sea la gran segunda parte a “Secrets of the Beehive” que su hermano Sylvian nunca ha encontrado o no le interesa encontrar.

8/25/2008

un momento totalmente sensato y sagaz

El Sr. Sensato llega a casa del Sr. Sagaz.

-¿Qué es esa rueda que tienes pegada al cinto?
-Le dicen yoyo. Amarras las llaves del coche a esta cuerda, y así nunca se te quedan pegadas.
-Pero no hay llaves en esa cuerda.
(Momento de silencio)
-No. Tendré que ir a casa por el otro juego de llaves.
-Va, yo me quedo a cuidar el carro.

8/05/2008

the conet project: recordings of shortwave numbers stations

Una “numbers station” es una estación de onda corta con transmisiones esporádicas en las que voces mecanizadas leen series de números.

Unas cuantas usan clave morse o palabras completas. Generalmente cuentan con una tonada distintiva que anuncia el inicio y fin de la transmisión, y las ha habido en diversos idiomas: inglés, alemán, español, lenguas eslavas y también de medio oriente.

Los radioaficionados se entretienen cazándolas, clasificándolas y tratando de interpretar sus mensajes desde los años sesenta. Si se tratan de una broma, es una demasiado elaborada (pero bueno, hay quienes han traducido la Biblia a klingon y lolspeak).

Lo que se dice entre los entusiastas del tema es que son mensajes cifrados para espías, y que si son transmitidos abiertamente es porque recurren a claves aleatorias de un solo uso.

Aunque ya hay una metodología para bautizar a las numbers stations en base al idioma que utilizan, las más famosas reciben nombres especiales, y los aficionados llegan al extremo de identificar su fuente y hasta su estación emisora:

La “Lincolnshire Poacher”, supuestamente manejada por el M16, recibió ese nombre por la canción tradicional inglesa que usa como cortinilla; las “Counting Stations” de la CIA son llamadas así por el lento conteo que hay al inicio de cada mensaje; las estaciones “Phonetic Alphabet” del Mossad presentan una voz femenina leyendo grupos de tres palabras (por ejemplo “Alpha… X-Ray… Tango”) seguidos de un uno cuando no hay mensaje, o un dos cuando sí habrá mensaje. (Tomado de una revista Wired de 1997)

Los greatest hits del espionaje internacional

Durante la última década se ha incrementado el interés por estas emisoras gracias a The Conet Project, una caja de cuatro discos editada por el sello británico Irdial, que hace las veces de un “grandes éxitos” de las numbers stations.

Es una selección de 150 grabaciones de plagada de voces robóticas, estática y tonadas de antaño. Ampliamente recomendable si desean soñar con conspiraciones y despertar con la paranoia a tope. Eso, o conseguir un buen sample para sus canciones, como ya han hecho Boards of Canada, Stereolab, 65daysofstatic, Porcupine Tree y Covenant.

The Conet Project ha aparecido sólo en ediciones limitadas y actualmente no queda ni una caja en las bodegas de Irdial Discs, pero el sello promueve la libre distribución de archivos de audio: colocó los discos en archive.org para su descarga gratuita, y anima al público a distribuirlo por su cuenta.

Y si solicitas permiso para usar ésa u otras de sus grabaciones en un cortometraje o canción, te hacen llegar su catálogo completo. Pero si las utilizas sin pedir permiso para incluirlas en un producto que saldrá a la venta, entonces no dudan en demandar, como pasó en el caso de Jeff Tweedy (Wilco).

Aquí van algunos links para saber más sobre el tema:

Un artículo en Radioafición

La "Swedish Rhapsody" en YouTube

Y si de a tiro les parece una necedad todo esto, al menos pueden jugar bingo con las Numbers Stations.