1. Había descubierto un lugar llamado Kubrick, sobre Zaragoza. El bar en sí no tenía nada especial, pero tocaron "First of the Gang to Die", "This is Hardcore" y similares, así que pensé en regresar.
2. Una noche de viernes volví, sólo para encontrarme con que tocaban completito un disco de Señor Coconut. Eso de las versiones tropicales de Kraftwerk me hizo gracia hace años, y sólo durante unos minutos, así que salí pitando del lugar. Llegué a la barra de un sitio que no frecuento. Junto a mí, dos tipos hablaban sobre bandas de metal.
3. "No tienen técnica, nada de virtuosos, pero saben hacer canciones, son de mis fravoritos". A su servidor el metal le interesa tanto como la orografía de Luxemburgo, pero no iba a dormir a gusto si no sabía de qué grupo hablaban. Le pregunté al tipo y respondió que Hypocrisy.
4. Ése fue todo el intercambio de información que tuve con el Individuo Metalero. Pero justo en ese momento la Individua Algo Ebria se asomó por la puerta del bar y dijo al Individuo Metalero: "ya nos vamos a la fiesta de Nosequién, vente". Por motivos inexplicables, el Individuo Metalero hizo extensiva a mí la invitación hecha por la Individua Algo Ebria y acabé en casa de Nosequién. No registré la hora, pero cuando salí ya había sol.
5. El domingo, hacia las 3 de la tarde, viendo Ghost Dog por enésima vez. Among the maxims on Lord Naoshige's wall, there was this one: "Matters of great concern should be treated lightly." Master Ittei commented, "Matters of small concern should be treated seriously."
6. Salí al Oxxo por una latota de té verde helado. En la esquina encontré a la Chica del Partido, asistente a la fiesta de Nosequién. "¿Qué haces aquí?", dijo. "Aquí vivo". "Yo voy a las oficinas del partido, a la vuelta. Qué raro que nunca antes te haya visto". Cuando ya se despedía, se volvió para agregar "ve al Iguana más tarde, hay una tocada a beneficio de una chava con cáncer".
7. Cuando llegué a la tocada ésta tenía dos horas de retraso. Y no se veían indicios de que fuera a iniciar pronto. Así que salí del Iguana y entré a la Casa Amarilla, para saludar a Velia.
8. Velia me platicó que esa semana vencía el contrato con su casera, y que no pensaba renovarlo a menos que encontrara roomie. De no encontrar a nadie se mudaría a la calle Amado Nervo con cuatro junkies, compañeros del trabajo. Recordé las enseñanzas de Ghost Dog y sin pensarlo dije que me apuntaba como roomie.
9. Así fue como Velia estuvo a punto de compartir hogar con cuatro personajes de Irvine Welsh, pero acabó con Harvey Pekar.
2 comentarios:
Un día vas a amanecer casado o enlistado en el ejército. O cepillando camellos en el Sahara (y sin ventilador).
Las Austerianas casualidades...
¡Me encantan!
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