Paula Temple hacía techno para consumo propio. Chris McCormack la conoció en un foro de internet y la convenció de publicar lo que hacía. Poco después John Peel y Jeff Mills tocaban esa música. Tan bueno fue el arranque que ella lo celebró dejando la carrera: los siguientes años los dedicó a proyectos comunitarios en Leeds. Fue echada, a traición, de la organización que había fundado y quiso saber si, diez años después, el mundo seguía interesado en el techno. El mundo le respondió que sí. En realidad el mundo ahora estaba interesado en todo y en cualquier cosa, siempre que supieras dónde y cómo presentarla.
Paula dejó Leeds por Berlín y creó su sello. Le preguntaron qué ideas tenía para este sello y ella dijo que A Cyborg Manifesto de Donna Haraway era importante en su ideario. Ese ensayo que examina a la humanidad usando al cyborg como mapa. Un cyborg que no teme existir "con identidades parciales y adoptando puntos de vista contradictorios". Eso dice el manifiesto de Haraway. "Damos prioridad a cuerpos e identidades hechas invisibles a pesar de su talento". Eso dice el manifiesto de Paula.
Ahora viaja con un supergrupo llamado Decon/Recon. Deconstruir y reconstruir. La alineación actual es la que grabó el EP Decon/Recon #1 (Noise Manifesto, 2015) y no se repetirá en próximas entregas. El término “supergrupo” lo estoy tomando de la tradición rockista, que no de la música electrónica. Llamamos así al grupo formado por músicos que ya eran conocidos con otras bandas. Pero Decon/Recon aspira a disolver la identidad de cada integrante. En esos tracks no debe quedar claro qué viene de cada parte. Más wikigrupo que supergrupo.
Reúnen sonidos en una carpeta. Cada uno toma de la carpeta y hace un track completo con eso. Los tracks no llevan autor individual, sólo se entiende que salieron de Decon/Recon. Ahí están, además de Paula, la británica Planningtorock, el sueco Olof Dreijer y la francesa rRoxymore. Es decir, hay dos que alguna vez colaboraron con The Knife y uno que formó parte de ese grupo. El EP es interesante pero no se compara con lo que consiguen en vivo.
Llenan una mesa larga con cacharrería digital. A ocho manos sueltan sonidos que los demás deben retomar, arropar y devolver para seguir el proceso. Ocurre al momento pero también es historia actualizada. Ya suena a lo que Sheffield aprendió del sonido de Düsseldorf. Ya suena a lo que Detroit aprendió de Sheffield. Ya suena a lo que Berlín aprendió de Detroit. De pronto rRoxymore trae algo más antiguo, de músicas de mediados del siglo XX. De pronto Planningtorock toma el micrófono y produce una voz andrógina del pop futuro. Se toma a tragos rápidos un destilado de décadas.
Esta gente está usando sus alias menos conocidos, para separar estas presentaciones de su trabajo previo. Los carteles de sus presentaciones en México hicieron, sin querer, mucho más por desdibujar su pasado. En los festivales Mutek y Cervantino se anunció una noche de electrónica alemana. Berlín es la base de operaciones, pero nadie del sello es originario de Alemania. Mucho más misterioso fue el cartel de la presentación en Monterrey. Sólo tenía los nombres de Paula Temple y el sello Noise Manifesto (y Lena Willikens, que canceló). Ni sus viejos alias, ni sus nuevos alias. Tampoco el nombre Decon/Recon. Así el Café Iguana de Monterrey tuvo su primer cartel que no decía por ningún lado el nombre del acto principal. Mira, tú: son las identidades parciales y contradictorias de Haraway.
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