Pero el genio, y aun un gran talento, proviene, más bien que de elementos intelectuales y de refinamientos sociales superiores a los ajenos, de la facultad de trasponerlos y transformarlos. Para calentar un líquido con una lámpara eléctrica no se trata de buscar la lámpara eléctrica más fuerte, sino una cuya corriente pueda dejar de alumbrar, para derivarse y dar en vez de luz calor. Para pasearse por los aires no se requiere un automóvil más potente; lo que se necesita es un automóvil que no siga corriendo por la tierra, que corte con una línea vertical la horizontal que seguía, transformando su velocidad en fuerza ascensional.
Marcel Proust, A la sombra de las muchachas en flor.
cfr. El DeLorean de Back to the Future.
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