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10/22/2014

descartes y los robots

Mas he aquí que, desde la ventana, veo pasar unos hombres por la calle: y digo que veo hombres, como cuando digo que veo cera; sin embargo, lo que en realidad veo son sombreros y capas, que muy bien podrían ocultar meros autómatas, movidos por resortes.

Descartes, Meditaciones metafísicas II-13.

4/28/2014

la isla de la guerra


... el mundo de la antigua Frankie era el mejor de los tres mundos. Coincidía con Berenice en las principales leyes de su creación, pero añadió muchas cosas: un avión y una motocicleta para cada persona, un club mundial con certificados y distintivos, y una mejor ley de la gravedad. No estaba del todo de acuerdo con Berenice en relación a la guerra, y algunas veces dijo que su mundo tendría una Isla de la Guerra y los que quisieran podrían ir y pelear o donar sangre, y ella también podría ir por una temporada con las Women's Army Corps. También cambió las estaciones, dejando fuera al verano y añadiendo mucha nieve. 
Carson McCullers, The Member of the Wedding.
cfr. Battle Royale (Kinji Fukasaku, 2000).



10/20/2013

la ciudad embotellada

Los ciudadanos medievales de Nápoles creían que Virgilio había sido el fundador de la ciudad y que él mismo había depositado un modelo pequeño de Nápoles en una botella de cuello angosto, la cual tenía que ser guardada celosamente para que no cayera en poder de sus enemigos.
Los robots en el mito y en la ciencia, John Cohen (1966).

Conrado de Querfurt, en su visita a Nápoles con el terrible propósito de mermar sus fortificaciones, recolectó varias leyendas sobre Virgilio... "Fue una desgracia notable", escribió, "ser enviados a destruir esos muros que habían sido alzados por el canto de los filósofos. Otra cosa curiosa fue que el modelo de la ciudad, contenido por las artes mágicas de Virgilio en una botella de cuello angosto, no sirvió para salvar a la ciudad de la captura y el saqueo. Pues no sólo nos hemos adueñado de la botella y su contenido, sino también de la ciudad; hemos demolido los muros de acuerdo al mandato imperial sin ese talismán. Debe ser que una rajadura casi imperceptible que encontramos en el cristal fue suficiente para destruir sus virtudes mágicas y hacer a la ciudad suceptible de daño.
Vergil as a Magician, E.W. Bowen (1900).

cfr. The Bottle-City of Kandor.


 

12/03/2012

para pasearse por los aires

Pero el genio, y aun un gran talento, proviene, más bien que de elementos intelectuales y de refinamientos sociales superiores a los ajenos, de la facultad de trasponerlos y transformarlos. Para calentar un líquido con una lámpara eléctrica no se trata de buscar la lámpara eléctrica más fuerte, sino una cuya corriente pueda dejar de alumbrar, para derivarse y dar en vez de luz calor. Para pasearse por los aires no se requiere un automóvil más potente; lo que se necesita es un automóvil que no siga corriendo por la tierra, que corte con una línea vertical la horizontal que seguía, transformando su velocidad en fuerza ascensional.
Marcel Proust, A la sombra de las muchachas en flor.

cfr. El DeLorean de Back to the Future.



1/01/2012

en el día más brillante, en la noche más oscura

Sobrevino una vez un gran temporal y terremoto; abrióse la tierra y apareció una grieta en el mismo lugar en que él apacentaba. Asombrado ante el espectáculo descendió por la hendidura y vio allí, entre otras muchas maravillas que la fábula relata, un caballo de bronce, hueco, con portañuelas, por una de las cuales se agachó a mirar y vio que dentro había un cadáver, de talla al parecer más que humana, que no llevaba sobre sí más que una sortija de oro en la mano; quitósela el pastor y salióse.
Platón, La República.

cfr. El origen de Green Lantern.


8/10/2011

estallaríamos

Este cuerpo nuestro, disfrazado de moléculas agitadas y triviales, se revela todo el tiempo contra esta farsa atroz del durar. Quieren ir a perderse, nuestras moléculas, ¡ricuras!, lo más rápido posible en el universo. Sufren por ser sólo "nosotros", cornudos del infinito. Estallaríamos, si tuviéramos valor; no hacemos sino flaquear día tras día. Nuestra tortura querida está encerrada ahí, atómica, en nuestra propia piel, con nuestro orgullo.
Louis-Ferdinand Céline, Viaje al fin de la noche.

cfr. El origen del Doctor Manhattan.


2/19/2010

rags to riches

Estoy convencido de que la creciente pobreza de símbolos tiene un sentido. Ese desarrollo tiene una consecuencia interna. Todo aquello en lo cual no se pensaba y que por lo tanto carece de conexión con la conciencia que sigue evolucionando se ha perdido. Si intentáramos cubrir el vacío que queda con aparatosos ropajes orientales, como hacen los teósofos, seríamos infieles a nuestra propia historia. No es posible empobrecerse hasta llegar a ser un mendigo, para posar después como uno de esos reyes hindúes del teatro. Creo que es mucho mejor reconocer decididamente esa pobreza espiritual de la falta de símbolos que simular una posesión cuyos herederos legítimos de ningún modo somos. Somos, sí, los legítimos herederos del simbolismo cristiano, pero de alguna manera hemos malgastado ese patrimonio. Hemos dejado que se desmoronara la casa que nuestros padres construyeron, y ahora intentamos irrumpir en palacios orientales que nuestros padres nunca llegaron a conocer.
C.G. Jung, Arquetipos e inconsciente colectivo.

cfr. The Love Guru (2008).

5/27/2008

those we don't speak of

Hasta entonces los adolescentes estaban aterrorizados por las apariciones de las máscaras. Una de estas los persigue a latigazos. Excitados por el iniciador, lo detienen, lo someten, lo desarman, le desgarran la ropa, le quitan la mascara: en él reconocen a un anciano de la tribu. En lo sucesivo pertenecen al otro campo. Infunden miedo. Untados de blanco y enmascarados a su vez, encarnan los espíritus de los muertos, asustan a los no iniciados, violentan y atacan a quienes atrapan o consideran culpables. Con frecuencia, permanecen constituidos en hermandades semisecretas o pasan por una segunda iniciación que los afilia a ellas... Toda sociedad secreta posee su fetiche distintivo y su máscara protectora. Cada miembro de una cofradía inferior cree que la mascara guardiana de la sociedad superior es un ser sobrenatural, mientras que conoce demasiado bien la naturaleza del que protege la suya.
Roger Caillois, en Los juegos y los hombres, hablando de pueblos como los lobo de Alto Volta (hoy Burkina Faso).

cfr. The Village (Shyamalan, 2004) .



10/28/2006

hay que comprarle su león

Cuando un esquimal tiene una acusación que hacer contra otro, le reta a una porfía de tambor o de cantos. La tribu o el clan se reúne en fiesta, muy bien vestidos todos y con el mejor humor. Los contendientes se espetan canciones burlescas con acompañamiento de tambor, achacándose sus respectivas fechorías. No se hace diferencia alguna entre inclupación fundada, sátira que provoca risa y pura calumnia. Un cantante mencionaba, por ejemplo, a todos los hombres que en una época de hambre fueron comidos por la mujer y suegra del contrario, lo que impresionó de tal modo a la concurrencia, que prorrumpió en llanto. Este disparo de canciones se acompaña de torturas y golpes: se le resopla al otro directamente en la cara, se le golpea con la frente, se le cierra la boca, se le ata a la estaca de la tienda, y todo esto el culpable lo tiene que aguantar, tranquilamente y hasta con una sonrisa burlona. Los espectadores cantan el estribillo de la canción, aplauden y encorajinan a las partes. Otros se sientan y duermen. Durante las pausas, las partes contendientes se tratan como buenos amigos... Lo más importante es que esta costumbre, en las tribus que la practican, ocupa el lugar de la decisión judicial. Estas tribus no conocen, fuera de estas luchas, otro tipo de decisión judicial.
J. Huizinga, Homo Ludens: el juego y la cultura.
cfr. Las coplas de Infante y Negrete en Dos tipos de cuidado (1953).



8/05/2006

una posesión

Las personas tenían solamente un libro, y nada más, ni televisión ni otras diversiones, así que leían muy cuidadosamente varias veces el mismo libro. El número de lectores era alto, y muy atento. Era la única fuente de conocimiento sobre el mundo. Usted tiene que entender esto en la tradición literaria rusa, y los rusos son grandes lectores, es también la tradición oriental de aprender de memoria, tanto poesía como prosa. Ésta es la relación más íntima entre la literatura y sus lectores: ellos tratan el texto como una parte de ellos mismos, como una posesión.
Ryszard Kapuscinski.

cfr.  La última escena de Fahrenheit 451 (Truffaut, 1966).