3/07/2007

la escuela por la noche

Fuera de la carpa había grupos de personas que hablaban, y en el patio de la escuela se había instalado un vendedor de gaseosas con su tenderete. Los niños, que se habían pasado el día en la escuela, miraban por las ventanas del edificio. Eso me pareció una tontería, pero entonces empecé a preguntarme qué aspecto tendría mi clase de noche, así que me acerqué y, a la luz de la carpa, vi que los pupitres y todo lo demás estaba tan tranquilo como nunca había imaginado que pudiera estarlo una clase. Incluso algunos de los chicos y chicas mayores, los que iban con el señor Farney, miraban a través de las ventanas para ver el aspecto de su clase, y se decían entre sí que parecía encantada.

John Kennedy Toole, La Biblia de neón.

2 comentarios:

sr. magnánimo dijo...

Sería bien chido que todas las escuelas tuvieran por la noche su clase encantada. Como casi todas tienen su leyenda urbana de alumnos y maestros que han muerto y se aparecen por los salones y pasillos no sería descabellado el saloncito con su clase de fantasmas. La pregunta es, ¿qué materias tomarían?

Nicolás Díaz dijo...

Mecánica de fluidos (por aquello del ectoplasma), urbanidad (cuándo y cómo aparecer), historia universal (así puedes negar que eres un maestro muerto y fingirte Pancho Villa, el cura Hidalgo o lo que sea), etc. Claro que, no importa lo mucho que estudien, todos se quedarán de fósiles ahí, hasta que derrumben la escuena y los entierren como Dios manda.