2/22/2013

formidable e insuficiente

De Edgar Morin, El Método 1: la naturaleza de la naturaleza, páginas 301 y 302 en la edición de Cátedra.
La evolución hacia una complejidad cada vez mayor, hasta las organizaciones antropo-sociales, ha multiplicado las finalidades prácticas, pero ha vuelto cada vez más inciertas, equívocas, incluso concurrentes, antagonistas, las dos grandes finalidades, por una parte el vivir, que se polariza sobre el gozar del individuo; por otra parte el trabajo reproductor de la sociedad y de la especie. Ciertamente estas dos finalidades son admirablemente complementarias, pero, ¿se puede subordinar claramente una a otra? Se da la primacía a la reproducción, a la supervivencia de la especie, y se interpretan en este sentido todas las actividades individuales por racionalización a posteriori. Pero se puede invertir la proposición: Lupasco ha sugerido de manera muy pertinente que no sólo se come para vivir, también se vive para comer, es decir, gozar. Cuanta más individualización hay, menos coincidencia y armonía hay entre el vivir y el sobrevivir, y, en el ser humano, la búsqueda del goce llega incluso a inhibir los efectos procreadores de la copulación.

A decir verdad, presentimos que estas dos finalidades biológicas se remiten una a otra sin agotarse, no obstante, “funcionalmente” una en otra.

Estas son arrastradas en el gran bucle rotativo y retroactivo de la vida en el que devienen alternativa o simultáneamente fin y medio una de otra (vivir para comer, comer para vivir, vivir para sobrevivir, sobrevivir para vivir, vivir para reproducirse y reproducirse para vivir). Pero al mismo tiempo estas dos finalidades obedecen cada una a una lógica propia: estas dos lógicas, inseparables y complementarias, tienen al mismo tiempo una potencialidad antagonista presente en todo fenómeno de vida. Y cada una es suficiente para definir una finalidad para la vida.

Aquí surge la paradoja: el ser vivo, la más funcional, la más ricamente especializada, la más finamente multiprogramada de las máquinas, es por ello mismo la máquina más finalizada en metas precisas en sus producciones, realizaciones, comportamientos.

Pero, en tanto que ser y existente, es no finalizable en sus orígenes primeros ni en sus fines globales; la doble finalidad del vivir individual y del ciclo de reproducción está marcada por un vacío y una incertidumbre... Lo que mejor expresa en último término la finalidad de lo vivo es la tautología vivir para vivir; significa que la finalidad de la vida es inmanente a sí misma, sin que pueda definirse fuera de la esfera de la vida. Significa que el Querer-Vivir es una finalidad formidable, testaruda, frenética pero sin fundamento y sin horizonte, significa al mismo tiempo que la finalidad es insuficiente para definir la vida.

1/08/2013

si facebook fuera un país sería japón

Cuando Momus pasó por la sección Truco o trato de Rockdelux (Diciembre 2009).

Facebook se ha convertido en un lugar de consenso donde todo el mundo pasa el día diciendo cosas bonitas a los demás. Es asfixiante: he llegado a identificarme con los trolls. Son un colectivo injustamente despreciado. Tienen una actitud muy artística, aunque se expresen de manera irritante. Serge Gainsbourg o Jacques Brel se pasaron la vida buscando bronca con sus canciones. Eran como trolls con discurso... Tokio para mí es una ciudad libre de estrés. Te la imaginas como la típica urbe infernal del siglo XXI, pero todo el mundo es dulce y tiene un respeto exquisito por tu espacio vital. Por desgracia, la escena cultural es muy floja. Detestan el conflicto y la provocación. Si Facebook fuera un país sería Japón.

12/23/2012

galanes de barrio

La misma situación en dos películas seguidas, esta tarde. Cuando O'Malley conoce a Duquesa le dice que sus ojos son como zafiros, ella responde que eso suena poético pero no es precisamente Shakespeare. "Claro que no, es puro O'Malley", replica el gato de arrabal. Luego Scaramouche: él la piropea y ella pregunta si está citando a Molière, él responde que no, que es puro Moreau (su nombre es Andre Moreau).

12/04/2012

ladyhawke y la democracia mexicana

En julio de 1988 las irregularidades y pretextos durante el conteo de votos no sólo decidieron la suerte de México, también interrumpieron una transmisión de Ladyhawke en Imevisión. En Imevisión las funciones de estreno eran los miércoles pero Ladyhawke no la tuvo a causa de las elecciones: usaron ese tiempo para que Manuel Bartlett nos explicara que México es un águila madrugadora y la democracia un lobo noctívago y por ello es imposible que coincidan. La función del fin de semana (¿era la noche del sábado o la del domingo?) sí sucedió, y dieron casi toda la película, sólo les faltaron unos quince minutos del final. La interrumpieron para hacer un enlace de varias horas con la Comisión Federal Electoral. Esperé despierto hasta las tres de la mañana, lo cual era mucho para mí a los diez años. Por esas horas mamá me convenció de irme a dormir, no habría final de Ladyhawke. Había perdido un perro en las elecciones del 82 y a Ladyhawke en las del 88. Lo recordé en los primeros minutos del primero de diciembre: en Once TV quitaron el final de O Sangue para mostrar a Calderón entregando la bandera a Peña en Palacio Nacional. Cuando terminó la ceremonia en lugar de volver a O Sangue pasaron Traffic. Lo que alcancé a ver de O Sangue me pareció atemporal, podía ocurrir en cualquier momento entre 1960 y 2005, además pensé que la película era de la última década y es del 89. En cuanto a lo de programar Traffic, así se las gastan en el Once: antes del primer debate presidencial dieron el capítulo de Deadly 60 sobre los pejelagartos de la Florida.