10/09/2009

towers growing at night

"It´s so strange. You know? Since the quake."
"But they've built it all back now. Haven't they?"
"Sure, but they did it all so fast, mostly with that nanotech, that just grows. Eddie got in there before the dust had settled. Told me you could see those towers growing at night. Rooms up top like a honeycomb, and walls just sealing themselves over, one after another. Said it was like watching a candle melt, but in reverse. That's too scary, doesn't make a sound."

William Gibson, Idoru.

10/06/2009

pizza y yogurt

Hace años, cuando Juan Ángel estaba por irse a Xalapa, le comenté que yo recordaba sobre todo dos cosas de esa ciudad: la niebla cerrada que no deja ver nada por las noches y los negocios donde se vendía pizza y yogurt. Cuando él llegó allá dijo que de la niebla había desaparecido en los últimos años (del mismo modo que en Monterrey cada vez tenemos una temporada de frío más corta) pero que los expendios de pizza y yogurt seguían ahí.

No quiero decir que entre muchos otros productos vendieran esos dos. Eran locales pequeños, casi siempre un simple cuarto, donde no se vendía nada más que pizza casera y botes de un litro de yogurt. La idea no era que comieras eso al mismo tiempo, mucho menos que bañaras la pizza de yogurt. Sencillamente eso era lo que se vendía en tales locales.

Eso lo ví hacia 1999 y no había encontrado una explicación hasta anoche. Por motivos de trabajo estaba leyendo un manual de análisis sensorial para restaurantes, desarrollado por dos doctores cubanos. Cuando hablan de los patrones de consumo de alimentos ponen un ejemplo de su país: cómo el gobierno introdujo el hábito de consumir pizza y yogurt. Y parece que sí, que en los setenta (los años del subsidio de la Unión Soviética) se promovió precisamente el consumo de esos dos productos. ¿Un cubano introdujo esa combinación a Veracruz? ¿Quizá un jarocho que pasó un tiempo en la isla? No sería la primera influencia de la isla sobre las costumbres veracruzanas.

9/28/2009

la música de gatsby

No había sentido necesidad de leer The Great Gatsby hasta que apareció en The Guardian un artículo sobre Breakfast at Tiffany's (la película, y cómo ésta tiene un peso cultural propio, independiente de la novela de Capote) en la que Sarah Churchwell señalaba algunas similitudes entre Holly Golightly y el Jay Gatsby de Fitzgerald. El tema daba para más y unos días después Wayne Gooderham preguntaba ¿Es Holly Golightly el Gran Gatsby travestido?. Ese mismo día pasé por las librerías de viejo y ahí estaba una edición de Scribner de The Great Gatsby en 20 pesos.

Terminé de leerla anoche. Es todo lo que dicen de ella, además de ser muy sencilla. Como Gatsby se distingue por vivir en una fiesta continua (o más bien organizando una fiesta continua, pues la mayoría de los invitados -y no invitados- no lo ven nunca) las canciones tienen un papel especial en la historia. Ya que no conocía ninguna de las que menciona Fitzgerald me puse a buscarlas y aquí las tienen. Es como escuchar la versión 1922 de Now That's What I Call Music: The Love Nest, Ain't We Got Fun, Three O'Clock in the Morning, Beale Street Blues. Un beneficio más de esta búsqueda: dar con Victrola Jazz, un canal de YouTube con canciones de los años veinte tomadas directamente de un fonógrafo.

9/23/2009

alebrije

Brenda Zenizo me contó que había hecho un alebrije, en el taller de alebrijes de Óscar Carreño. Me imaginaba uno de los típicos, pero el plan de Bren era un poco diferente.

9/18/2009

alisita, la niña de los rosenbaum

A propósito de dos nuevas biografías, Jonathan Chait publicó en The New Republic un perfil de Ayn Rand ("Wealthcare", 14 de septiembre de 2009) y la influencia de sus ideas en la derecha estadounidense, particularmente en teoría económica. La nota es extensa y clara, pero lo que más me llamó la atención fue esta anécdota de la infancia de Alisa Rosenbaum (aka Ayn Rand).

Anne C. Heller, in her skillful life of Rand, traces the roots of Rand's philosophy to an even earlier age. Around the age of five, Alissa Rosenbaum's mother instructed her to put away some of her toys for a year. She offered up her favorite possessions, thinking of the joy that she would feel when she got them back after a long wait. When the year had passed, she asked her mother for the toys, only to be told she had given them away to an orphanage. Heller remarks that "this may have been Rand's first encounter with injustice masquerading as what she would later acidly call ‘altruism.’ " (The anti-government activist Grover Norquist has told a similar story from childhood, in which his father would steal bites of his ice cream cone, labelling each bite "sales tax" or "income tax." The psychological link between a certain form of childhood deprivation and extreme libertarianism awaits serious study.)


Si no es real, es un mito que explica bastante bien el modo en que Rand y su gente veían al mundo. También me recuerda cada historia sobre padres que han querido dar a sus niños tempranas lecciones sobre la injusticia del mundo. Michael Ende contaba que un conocido suyo le quitaba la silla a su niño, para que cayera y se golpeara, supuestamente para enseñarlo a "no confiar ni en su propio padre". Resultado: para la adolescencia el chico ya estaba internado en la casa de la risa.