3/09/2014

en retirada

Se dice que Darío, cuando quiso subyugar a los escitas, dirigió muchos reproches a su rey por verle siempre retroceder y esquivar el combate. Indatirses, que así se llamaba el escita, le contestó que no tenía miedo de él ni de hombre alguno, sino que tal era el modo de pelear de su nación, la cual no poseía tierra cultivada, ciudad ni casas que defender para evitar que el enemigo las aprovechase. Y añadió que, si tanto apetito tenía Darío de ella, podía acercarse al lugar de las antiguas sepulturas escitas, y allí encontraría con quién departir hasta saciarse.

Montaigne, De la constancia.

3/05/2014

de cómo the king in yellow se hizo el libro más descargado de project gutenberg

Nic Pizzolatto entrevistado a unos días de que termine su serie de TV:
The King In Yellow está ahí porque es una historia sobre una historia, una que enloquece a la gente. Todo True Detective se compone de relatos dudosos. Desde la idea de Cohle de que la identidad es sólo un cuento que nos contamos, pasando por los relatos de hombría que Hart hace de sí mismo, hasta la historia no siempre verídica que le están contando a los detectives que los investigan. Tuvo sentido, al menos para mí, aludir a un relato externo que supuestamente produce locura o, como prefiero decirlo, iluminación demente. Cuando hice eso una especie de lenguaje secundario se formó en los guiones, en el que la noción de horror cósmico se hizo una parte muy real del ambiente, por lo menos para los que conocen la obra de Chambers.

no para nosotros

Pronto descubrimos que este poema es una especie de oda, como la oda a la inmortalidad de Wordsworth o la oda a la melancolía de Keats, un poema en el cual la primera persona habla por todos nosotros y habla no para enseñar sino para entender. Y tal como tomamos seriamente las declaraciones de Wordsworth y Keats, aquí, cuando Eliot/Prufrock dice I have heard the mermaids singing each to each./ I do not think that they will sing to me, debemos tomarlo tan en serio como tomamos a cualquier poeta. Si llevara el dobladillo de fuera y paseara por la playa sin cohibirse, todo estaría bien. Sería un novelista, quizá, o un poeta menor, comentando el paisaje marino. Si las sirenas le cantaran como las musas hacían con Homero, todo estaría bien. Él anotaría sus palabras y sería el portavoz de la comunidad. Pero no, ha escuchado a las sirenas cantar y por lo tanto no puede regresar a su antigua vida; pero, como no le estaban cantando a él, sino cantando para ellas mismas, está en la poco envidiable posición de vivir sabiendo que lo que daría significado a su vida existe, pero no puede escucharlo. Como dijo Kafka, "existe la salvación, pero no para nosotros".

Gabriel Josipovici, What Ever Happened to Modernism?