6/27/2011

la segunda vida de la revista pulp y la radionovela

Entre los años veinte y cincuenta del siglo pasado, dos espacios habituales para la ciencia ficción y la fantasía eran las revistas económicas y los programas de radio. Casi un siglo después esos géneros están adoptando un híbrido de la revista pulp y la radionovela, esta vez en línea.


Clarkesworld Magazine

El premio Hugo para una revista semi-profesional era tradicionalmente ganado por Locus. El Hugo 2010 lo ganó Clarkesworld, una revista en línea. Y prácticamente todos los cuentos nominados en los últimos premios Hugo provenían de revistas parecidas a ésta.

Su formato es muy sencillo, cada mes tienen una nueva portada, dos cuentos y dos podcasts donde se narran esos cuentos. Así que lo mismo puedes escuchar el cuento mientras conduces o leerlo en los ratos libres en el trabajo. Una característica de este sitio es la gran cantidad de escritoras jóvenes que publica, como Genevieve Valentine y Nnedi Okorafor.


Lightspeed Magazine

Como dije, hay más sitios con esta combinación de texto más podcast. Uno de los más profesionales es Lightspeed Magazine con cuentos de Bruce Sterling y Orson Scott Card. Lightspeed está dedicado exclusivamente a la CF, pero tiene un sitio hermano titulado Fantasy Magazine, donde han publicado historias de Jeffrey Ford y George R.R. Martin. Otro sitio dedicado a la fantasía es Beneath Ceaseless Skies.

Las revistas que he mencionado tienen base en los Estados Unidos, pero ya se está expandiendo su influencia, como puede verse en la sudafricana Something Wicked. La brasileña Hyperpulp acaba de sacar su número uno y podría seguir el mismo camino. Conozco varios sitios en español con cuentos de CF y fantasía, pero no recuerdo ninguno con este formato.

6/10/2011

la habitación del piso 3 1/2

Un hombre entró al edificio pasadas las nueve de la noche. Subió las escaleras y caminó hasta el fondo del pasillo, a la escalera que lleva a la azotea. Siguió subiendo. No lo conocemos y tampoco tenemos idea de qué busca en la azotea a esa hora. Subí esperando encontrar lo mismo una fiesta improvisada, alguien herido escondiéndose o un ladrón demasiado cínico. Llegué al último escalón y ya no había azotea. Había una puerta de madera, detrás de la cual sonaba un televisor. Todavía no regresaba a mi departamento y ya estaba pensando en una escena de la película Reconstrucción: edificios que cambian sin previo aviso. Si en el proceso conoces a Maria Bonnevie te parece raro pero tiene sentido. Así, gratuitamente, sólo es raro.

5/06/2011

burro negro en la lluvia

De una entrevista con Robert Bresson en Transatlantic Review (verano de 1973).

—En Au hasard Balthazar conseguiste una relación entrañable entre el animal y los seres humanos.


—Para empezar yo no quería un burro muy listo. No le puedes decir a un burro que mire a la derecha o a la izquierda. Puse las imágenes del burro en ciertos momentos de la película y la edición da la impresión de que el burro ama a la chica. Hicimos (la escena de) la muerte con una droga. Pero no sabía qué iba a pasar. El veterinario dijo que una vez que le das una pastilla a un animal no sabes que pasará. Tal vez se largará galopando, tal vez se dormirá. Me sentía ansioso porque quedaba poco tiempo. Pero todo resultó de milagro. Sólo se durmió muy lentamente, se veía como si estuviera muerto. A los cinco minutos se levantó de nuevo. Es difícil trabajar así. Alguien como Kubrick tiene mucho dinero y todo lo que necesita. Sólo debe encargarse de las actuaciones, todo lo demás lo hace otra gente.

Al preparar la filmación de Balthazar le pedí al productor un burro negro. Para mí el burro verdadero es el burro de mi infancia, todo negro con la nariz blanca. Pero no tenían burro negro. Entonces, dos o tres días antes de iniciar la filmación, ahí estaba este burro negro. En las locaciones el clima estaba empeorando y yo quería ir al sur, pero antes había que hacer una escena en la que el burro quedaba empapado en la lluvia. La lluvia era un efecto hecho con una máquina. El hombre a cargo de él dijo, "no lo mojes o se resfriará". Entonces fuimos al sur y el burro estaba rojo. Lo habían teñido, como el cabello de una mujer, en la luz del sur se le notaba lo rojizo. Uno de mis asistentes tuvo que ponerle polvo negro todos los días.