Hoy comienzo mi autoterapia grafológica. Este método (que hace un tiempo me fue sugerido por un amigo loco) parte de la base de una profunda relación entre la letra y los rasgos del carácter, y del presupuesto conductista de que los cambios de conducta pueden producir cambios a nivel psíquico. Cambiando pues la conducta observada en la escritura, se piensa que podría llegarse a cambiar otras cosas en una persona. Mario Levrero.
De El discurso vacío (Trilce, 1996; Interzona, 2006), novela autobiográfica en la que el narrador se propone mejorar su caligrafía y, en consecuencia, su personalidad.
Me hizo recordar los correctivos practicados en la Well-Built City de Jeffrey Ford, donde los fisonomistas (gremio de frenólogos-policías-cirujanos) no sólo diagnosticaban patologías en base a la forma de los rostros, sino que las remediaban interviniendo quirurgicamente esos rostros. Claro que lo de Ford es fantasía, Levrero está hablando de su vida.
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Mahogany - "Supervitesse".
Connectivity! (Darla, 2006)
Video en youtube.com
Video en antville.org
Director: Jonathan Krisel
Productor: Robin Guthrie
10/18/2006
10/13/2006
quizá lo tuyo sea quedarte en casa
Noche de sábado en el Vaqueros, local nicolaíta de orientación vernácula, con todo y duela para square dance. En principio, una sede inexplicable para el Rockampeonato, pero la sala resultó cómoda (considerando el numeroso público, atraído por las entradas gratuitas) y su acústica aceptable.
En el extremo opuesto al escenario se erguía la mesa de los jueces: Héctor Mijangos (director de Noiselab), Miguel Solís e Ileana “La Reclu” Rodríguez (ambos de Reactor 105.7), además de los músicos que apadrinan las eliminatorias: Paco Huidobro, Joselo, los Dynamite y Zoé.
Durante su primera etapa, en julio y agosto, el Rockampeonato Telcel recibió demos de más de 6,000 grupos de todo el país. Con tan abundante material, el jurado realizó una hecatombe que dejó sólo cinco grupos por cada ciudad sede. Y ese 23 de septiembre fue el turno de los regiomontanos.
Al igual que en Guadalajara, a Joselo y su banda se les sumó Meme del Real, primero tocando la melódica y después la batería. Interpretaron “Muérete”, “Cuéntame” y extractos de Lejos, el sucesor de Oso. Antes, el impresentable Jay de la Cueva tomó la guitarra con Los Odio, el proyecto de Paco Huidobro que confirma las sospechas despertadas por Rosa Venus. Los viajes a Júpiter y la bendición de gusanos se acabaron hace una década, ahora Paco se hace el mundano con canciones de ciudad y desamor.
Los Dynamite (franquicia mexicana del post-punk bailable, con fecha de caducidad inminente) mostraron buenas mañas, compensando su escasa originalidad con ritmo contundente. Para cerrar, lo de Zoé con su público. Ocurre lo mismo que con las parejas disfuncionales: si ellos así son felices, ¿a los demás qué nos importa?
Fueron las bandas en competencia las que sembraron dudas: cuando la nueva camada suena menos despierta que los veteranos es que la cosa no va bien. Lo más interesante, por mucho, vino con Los Re# (léase “re sostenido”), que resultó ser el proyecto de dormitorio de Bul, integrante de Album. Su presentación contó con músicos mercenarios y un pop híbrido de eléctrico y digital, que por momentos recordó a The Postal Service.
El noise, lo-fi, surf, electro y demás géneros que mal o bien se practican en esta tierra brillaron por su ausencia. Predominó un sonido “alternativo” (no pensaba volver a usar ese adjetivo) génerico, atorado en las referencias más manidas de los noventa, por cuenta de los grupos Dusan, Telebox, Animalísimo y 60Polo.
Héctor Mijangos (que venía de pasear a Chan Marshall por el DF, maldito) debió sentir pánico, sólo de imaginar a quién de éstos firmaría Noiselab, pues tal es el premio de este certamen. Pero la amenaza se desvaneció esa misma noche: tras la votación, el grupo regiomontano mejor colocado fue 60Polo, con 72.72 puntos, lo que apenas les alcanzó para el cuarto lugar de la tabla general, cuando han pasado tres semifinales y faltan otras siete, más la final en la Ciudad de México.
Es decir, de tres ciudades que habían competido hasta ese momento, Monterrey ocupaba el cuarto lugar. Y, por lo visto esa noche, la calificación era justa.
Apareció en La Rocka No. 41 (octubre 2006).
la falta
1. Hacia las diez de la noche, un Ruta 17 Auditorio devolvía al Sr. Sagaz a su madriguera. El tipo medio leía una revista, medio dormía, medio veía lo que había en torno suyo. Entonces, cuando el camión aceleraba sobre la avenida Morones Prieto, notó algo en el coche que ocupaba el carril de al lado. Era Frau Brenda en el asiento trasero.
El Sr. Sagaz se puso a manotear y a hacer caras. Ya no recuerda si realmente gritó, o si todo se hizo con ademanes y esos movimientos labiales de cuando uno simula gritar pero en realidad no sale ni un susurro, como cuando tenemos ganas de cantar pero estamos en una oficina, o como hacemos al "hablar" con alguien a través de un cristal.
Unos labios dijeron "VOY AL BARRIO, AL BARRIO"
La respuesta, desde el Ruta 17: "YO A CASA, A CA-SA"
Desde el coche: "NO SEAS..." (aquí inserte esa seña que en el resto del Occidente civilizado significa "OK", pero que en nuestras tierras es señal de "culo").
De nuevo desde el 17: "TENGO SUEEEÑO".
Abajo: "CU-LO, CU-LO, CULOOO", repitiéndose durante todo el trayecto, hasta Morones y Cuauhtémoc.
El Sr. Sagaz se puso a manotear y a hacer caras. Ya no recuerda si realmente gritó, o si todo se hizo con ademanes y esos movimientos labiales de cuando uno simula gritar pero en realidad no sale ni un susurro, como cuando tenemos ganas de cantar pero estamos en una oficina, o como hacemos al "hablar" con alguien a través de un cristal.
Unos labios dijeron "VOY AL BARRIO, AL BARRIO"
La respuesta, desde el Ruta 17: "YO A CASA, A CA-SA"
Desde el coche: "NO SEAS..." (aquí inserte esa seña que en el resto del Occidente civilizado significa "OK", pero que en nuestras tierras es señal de "culo").
De nuevo desde el 17: "TENGO SUEEEÑO".
Abajo: "CU-LO, CU-LO, CULOOO", repitiéndose durante todo el trayecto, hasta Morones y Cuauhtémoc.
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