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1/21/2008

el doppelwayo

En el concierto de Jessie Evans el Sr. Sagaz creyó ver a Wayo y lo saludó desde lejos. El supuesto Wayo devolvió el saludo algo molesto. El sábado Wayo apareció en el Café Negro, llegó a saludar al Sagaz y éste le preguntó sobre lo que pasó ese día.

-¿Cómo te fue el jueves, en el Aura?
-¿Cuál Laura?
-En la tocada, la de Jessie.
-Um, no, no estaba ahí. ¿No me viste un poco más alto ese día?
-De hecho, te veías alto.
-Era Néstor, mi doble. Se parece, pero es más alto. Me confunden con él, y viceversa. No es tan malo, a la chica con la que andaba antes la conocí porque me confundieron con él.

7/17/2007

un punto perdido en las arenas de arrakis

El Sr. Sagaz veía la TV la tarde del domingo. El documental era sobre el agarrón entre Ivan Lendl y McEnroe en la final de Roland Garros en 1984. Un trabajo precioso, el director había buscado a todos los involucrados veinte años después, jueces, cronistas, los propios jugadores. Un canoso McEnroe todavía se enfurece cuando le recuerdan esa noche en que ganó los dos primeros sets y terminó perdiendo contra un tipo que detestaba. Y el odio era correspondido: el viejo Lendl que apareció en pantalla no desperdició la oportunidad para hablar pestes del vencido. De acuerdo al narrador, fue esa noche la que marcó muchas de las actuales reglas para controlar a los tenistas en sus reclamos a los jueces.

Y en eso, de golpe, se interrumpió el documental (era en el canal 28, retransmitido del 22) y entró una escena de Dune (la serie de TV, no la película de Lynch), donde se veía a una mujer dando a luz en una caverna fremen. La partera, extasiada, alzó al recién nacido y exclamó "a healthy new warrior for the cause". Y regresó el documental, con McEnroe rabiando porque no le otorgaban un punto que, esa vez, sólo esa vez, sí le pertenecía.

7/06/2007

el ataque del trífido

Caminando anoche por Zaragoza, el Sr. Sagaz sintió de pronto que un leve jalón, proveniente de no se sabía dónde, intentaba detener su avance. Al mismo tiempo vio como una rama de árbol, cobrando vida, se acercarba por atrás a su cabeza. Era un movimiento calculado, seguro, como si el árbol tuviera pleno control de sus extremidades y pudiera atrapar objetos con ellas. Unos segundos después la acción arbórea tuvo explicación: la capucha de la sudadera que usaba el Sagaz contaba con un cordón, para ajustar su tamaño, y un extremo de ese cordón se había quedado prendido de la rama. Al igual que ayer, nuestro amistoso vecino volteó a ambos lados de la calle para comprobar quién había presenciado la pendejada que le acababa de ocurrir (no había nadie). Retiró el cordón, lo guardó en la mochila y siguió su camino. Por cierto, su pierna ya está mejor.

5/30/2007

escasas

Me gusta la palabra escasas. Puede teclearse con una sola mano. Escasas escasas escasas.

5/13/2007

informe de nuestro agente en el golfo

Juan vino de Xalapa en Semana Santa. Contó que la maestra Salmerón ya da menos clases pero la facultad de filosofía sigue bien. Y como había prometido, envió abundantes fotografías de su nueva tierra, de las cuales aquí va una muestra.

4/18/2007

ludovica (1997 - 2007)

Monterrey, 17 de abril de 2007. Falleció Ludovica, el orgullo del criadero de gatos de la familia Tinajero Santiago y el único félido del noreste que ejerció la crítica cinematográfica y la interpretación músical (fungía como instrumento, en el Concierto para gato pillador, alarma de VW y timbales, "Variaciones sobre un tema de Sonic Youth", Op. 17). Se le recuerda asimismo por sus enseñanzas morales, demostradas en la práctica y no mediante proverbios. Le sobreviven un puñado de michitos, sus amos, su amita y un montón de raza que alguna vez la bañó, cargó, acarició o besó. Sus restos reposan junto a un rosal, en el jardín del Sr. Magnánimo.

3/26/2007

cómo robar un warhol

El hombre ha criado a su hijo solo. El niño tendrá unos siete años. Como le interesan los comics el papá lo lleva a una exposición de Warhol (ya, el de las viñetas gigantes era Lichtenstein, pero esto es un sueño, no pregunten). El museo tiene pasillos muy estrechos y las obras están en nichos hundidos en la pared, muy lejos de los visitantes.

Cuando encuentran una pieza pequeña y no tan alejada, el papá la toma por souvenir y se la lleva, nadie se entera. Sin quererlo se han robado un Warhol. Esa noche intentan devolverlo y descubren que es más difícil meter una obra a un museo que sacarla de él. Desde que entran traen a un guardia pisándoles los talones. Esa parte no la veo como espectador, sino desde los ojos del niño o del padre. Sin embargo, no soy yo, sólo estoy viendo desde su perspectiva. Veo cómo se acercan puertas batientes, mientras corren hacia la sala de donde fue tomada la obra. Porque hay que dejarla donde mismo, no sirve ponerla en cualquier parte y salir huyendo del museo. Despierto antes de que lo consigan.

2/22/2007

new adventures in low-fi

1. El sistema de sonido en el Gargas no es nada sofisticado. Son cuatro o cinco bocinas, como las de cualquier aparato casero, distribuidas por varios cuartos. En la sala más cercana a la calle toda la música es monoaural, sólo se escucha un lado de la grabación.

2. Uno esperaría que en el año 40 y tantos después de Phil Spector los efectos de producción musical fueran más elaborados, pero en la práctica hay muchas canciones que dan su mejor golpe con el simple método de arrinconar un sonido: te lo retacan por un solo audífono o una sola bocina y acabas por no saber de dónde viene. Por ejemplo, cada vez que escuchaba "Paris and Rome" de Cranes en el walkman estaba seguro de que junto a mí pasaba una ambulancia.

3. Ahora bien, si en lugar del audífono tienes habitación completa (con pocos muebles y ninguna persona) y el sonido arrinconado es una voz, escucharás esa voz como algo independiente de la música, como si te hablara alguien que no puedes ver. La primera vez ocurrió cuando Jorge estrenó su recopilación de videos de la Warp. Escuchábamos claramente que alguien gritaba desde la calle "¡ya vámonos!" Fue hasta la tercera o cuarta repetición cuando descubrimos que el "ya vámonos" (si es que decía eso) era parte de la grabación.

Pero el premio se lo lleva una versión de "Wicked Game" de intérprete desconocido. Viene en un CD quemado que alguien dejó en la barra, sin lista de tracks. La voz se parece a Joanna Newsom, pero no, no hay ningún cóver de esa canción acreditado a ella. El caso es que al final, haciendo "coro", entran unos berridos desgarradores que se escuchan sólo en la sala cercana a la calle. Jorge pone ese disco cada vez que hay pocos clientes. La última vez un tipo comentó "qué ambiente se traen las viejas de allá, ¿verdad?".

2/15/2007

hay cosas que te fastidian el día

You scored as Friedrich Nietzsche. Well you're an egotistical maniac, and you are so very iconoclastic that you probably are currently lost in a post-modern Jupiter, I mean jungle of self-definition.

Don't let it get you down though, someday, through a willful onslaught of reinterpretation of dated forms and ideas, you will strike on something that passes as remotely new, and people WILL be into it on the basis of how hip it is alone. Also, the average espresso drinker looks up to you.




What Pseudo Historical Figure Best Suits You?
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1/12/2007

hasta febrero

El Sr. Sagaz deja la ciudad y la red durante dos semanas. Nos vemos de nuevo el Día de la Candelaria.

¡están vivos!

- ¿Ya te explicó Mamá lo de los ataques de ansiedad?

- ¿Qué está haciendo?

- Nada grave, si te dice que acomodes objetos de tal o cual forma hazle caso, se pone muy mal si están de cierto modo que se le hace peligroso o feo.

El Pinto y el Sr. Sagaz subían seis pisos de escaleras en la Clínica 25, donde su padre había sido operado inútilmente por segunda vez.

Cuando los médicos describían la situación parecía que admiraran al tumor, como los policías de Michael Mann al hablar de sus adversarios. Lo veían como un gato escondiéndose para no ser bañado, o un hábil terrorista tomando rehenes. "¡No se acerquen! ¡Tengo una vejiga y parte de intestino bajo mi poder, al primer movimiento sospechoso acabo con ellos!"

Cuando los hermanos llegaron al sexto piso, tal como había anunciado el Pinto, el Sr. Sagaz Padre pidió que colocaran tres vasos en línea y retiraran urgentemente una charola. Y sobre las enfermeras tenía algunas hipótesis de paranoia modelo Chomsky. Una vez que le pasaba el acceso de ansiedad se disculpaba por las necedades que pedía.

-No te apures, es de familia. Nosotros también lo tenemos.

-De niña no podía dejar de hacer listas mentalmente: actores treintones (Stiller, Sandler...), alineaciones de grupos (quién el bajo, quién la guitarra...) y así. Luego no podía dormir hasta que las pasaba a mi libreta. Si olvidaba un nombre antes de escribirlo, me arruinaba el día. Tenía las libretas de la primaria llenas de esas listas.

-Yo, cada tres o cuatro meses debo deshacerme de los libros que no volveré a leer. Y en cuanto decido que entran en esa categoría no son sólo prescindibles, es una emergencia, hay que deshacerse de ellos al momento. Generalmente los dejo en las casetas telefónicas, porque llevarlos a vender a Guerrero es un lío, los libreros siempre quieren regatear el precio.

Tendido en su cama de hospital, el Sr. Sagaz Padre se quedó viendo a sus retoños. Por la forma en que torcía la boca podríamos especular lo que pasaba por su cabeza. "Chingado, he engendrado un par de monstruos".

1/05/2007

hacienda del muerto


—¿Cómo sabes que vamos mal?
—¿Ves esa montaña que estamos dejando atrás? Bueno, deberíamos estar acercándonos a ella.

Maya giró el coche en mitad de la carretera y corrigió el rumbo. Tardaron tres horas en hacer un recorrido que normalmente toma 40 minutos. Avanzaron en todas las direcciones equivocadas que encontraron, preguntaron a soldados, conductores y mecánicos, en medio de un vendaval que amenazaba con levantar al Sr. Sagaz del suelo.

Al final, una angosta carretera que se prolonga durante diez kilómetros en el desierto y que sólo sirve para llegar al casco abandonado de una hacienda, presumido como monumento histórico por las autoridades, adornado con latas de cerveza y restos de picnics. Un foso con llantas en llamas daba la bienvenida.

Dicen que en los muros de este lugar se ha escrito la Historia. Por lo que encontraron Maya y el Sr. Sagaz, parece que la Historia tiene una ortografía horrenda y sólo sabe poner cosas como "Toño y Beba se aman". Diez minutos después ya iban de regreso a Monterrey.

12/25/2006

otro reno navideño

Cuando eran pequeños, el Sr. Sagaz y su hermana eran llamados Mandril y Mandrilillo por sus padres. En algún momento ella contrajo sarampión o varicela, una cosa de ésas, con las que te llenas de manchitas, con lo que su sobrenombre se extendió a Mandrilillo Pinto. Eventualmente la mandrilez pasó y ella terminó siendo El Pinto, nombre que conserva hasta hoy.

Tras pasar la Nochebuena atrincherados frente a la TV, viendo un amplio surtido de películas Hallmark, los hermanos recibieron la Navidad viendo "Las cuarenta chicas más cachondas que se han ligado a un rockstar", un conteo transmitido por VH1. Mientras Tommy Lee aparecía por segunda o tercera ocasión involucrado con alguna rubia pechugona, el Sr. Sagaz recordó el regalo que había recibido del Sr. Sensato.

Sr. Sagaz: El engendro me pasó Twin Peaks, toda la primera temporada.

El Pinto: ¿Es la serie que le gustaba a Mamá?

Sr. Sagaz: No, la que dices es Northern Exposure, era como un Twin Peaks para todo público. La que tenía un reno paseando por un pueblito canadiense en los créditos.

El Pinto: El reno también salía en la serie, ponían una toma de él caminando por el pueblo cuando había cambio de escena, o cuando iban a cambiar la trama.

Sr. Sagaz: Se me hace que lo ponían para obviar las escenas de sexo. Después de cada faje, en lugar de una toma de la chimenea o de la ventana.

El conteo de VH1 llegó en ese momento a una joven modelo enredada con Rod Stewart. La chica tenía como veinte años menos que él. Una de las entrevistadas (reporteras de revistas de chismes, cantantes en el retiro) se mostró asombrada, "¿Cómo pueden pasar tanto tiempo juntos? El podría ser su padre. ¿De qué pueden platicar si vienen de dos épocas muy distintas?"

El Pinto: Esa gente no platica, sólo se dedica a ver pasar al reno.

12/12/2006

...o aventurera

La barra del Gargas. El Sr. Sagaz cuenta a Isadora las condiciones en las que volvió Santo Tomás. Jorge, el cantinero, interrumpe la conversación.

Jorge: A ver, el que volvió pintado, ¿es el mismo que la otra vez encontraste con una bolsa de Gigante como capa?

Sr. Sagaz: El mismo.

Jorge: Güey, tu gato no es mujeriego. Es travesti.

12/11/2006

el aventurero

Por lo visto Santo Tomás está al tanto de este blog y lo que conté la semana pasada lo condujo a una crisis severa.

Conociendo sus pocas luces, no me extrañaría que el minino pensara que la visita al veterinario había sido para embellecerlo (a Tomás, no al veterinario) o para despuntarle los bigotes, que bastante torcidos los tiene. Al descubrir por este medio el propósito, cumplido, de la operación, él, siempre tan gato de su casa, se fugó y vagó por las calles del centro durante tres días con sus noches.

Desconozco cómo regresó, también el por qué, si me ha perdonado o sencillamente sintió hambre. Regresó bastante flaco, despeinado y con el pecho, el cuello y parte del lomo cubiertos con una pintura rojiza. Si se tratara de algún otro estaría seguro de que se ha batido en duelo y vuelve bañado en la sangre de su víctima, con lo que automáticamente lo nombraría caballero. Pero no tiene ni un rasguño. Y si nunca ha sido muy belicoso menos va a serlo ahora de castrato. De hecho, el tono de rojo me parece bastante familiar: es el mismo que deja el lipstick sobre los cuellos de las camisas. Éste ya no debería sentir esas pulsiones, pero igual se entregó a la juerga y las mujeres. Por puro despecho. Ni santo ni caballero andante, éste es un Don Juan o un simple patán de barrio. Al rato tendré que ir a recogerlo a Sin City Villagrán o los tugurios de Colón. El que va a acabar de santo seré yo, cargando con la cruz de criar a un bicho tan vil como el que me ha tocado.

11/16/2006

el viaje de pedro al oeste


Durante la madrugada el Sr. Sagaz soñó la mejor película mexicana de todos los tiempos. No era una película que existiera en el mundo real. Ni siquiera aparecían actores conocidos (y eso que en sueños uno cuenta con presupuesto ilimatado para superproducciones).

Soñó algunas secuencias de la película, pero también una revista donde venían fotos muy grandes de los escenarios, y los comentarios del director por televisión. Todo un gran despliegue de mercadotecnia onírica.

El título era El viaje de Pedro al Oeste, en otros momentos era sólo Pedro va al Oeste. Ocurría en una casa con pisos de arena, cada habitación era un arenero enorme. Eso estaba plagiado directamente de Stalker, pero en ningún momento se apareció un Tarkovsky soñado para reclamar.

Los muebles eran de marfil y todo parecía viejísimo pero elegante. En algún momento pasó flotando un sirviente robot, similar a los platillos de Milagro en la Calle 8. No es la primera vez que esos bichos aparecen en los sueños del Sr. Sagaz. En otras ocasiones han sido hostiles, pero esta vez la maquinita parecía bien domesticada.

En la casa vivían niños, niñas, mujeres jóvenes y ancianas, pero ningún hombre adulto. No había nada abiertamente erótico, pero las muchachas vestían cosas muy ligeras y el tono general era de despreocupación y placer. Los diálogos, ahora irrecuperables, eran más de película para televisión, incluso infantil. Sencillos, limpios, directos.

Los escenarios mostrados en la revista pertenecían a El viaje de Pedro al oeste, pero también de otras películas del mismo director. En una de las imágenes podía apreciarse un escenario nocturno del tamaño de todo un desierto, con monumentos de roca erguidos en mitad de la nada. Después, por TV, el director explicó que en realidad él era arquitecto y lo único que disfrutaba era la creación de los escenarios, lo de dirigir no le emocionaba.

Terminada la perorata del director, el Sr. Sagaz creyó despertar. Estaba en la casa de su madre y ella veía la TV. Él le contaba lo que había soñado, "la mejor película en la historia del cine mexicano". "Eso que soñaste se parece a la que estoy viendo ahorita -aquí la madre pronunciaba un título de film- yo creo que lo soñaste porque dormido escuchabas los diálogos". En eso, el Sr. Sagaz despertó realmente, en su habitación normal y sólida de la vigilia. Recordó todos los detalles durante algunos minutos. Ahora sólo conserva este bosquejo.

11/02/2006

azul, tóxico, con sabor a ceniza

1. Todavía entre sueños, el Señor Sagaz escuchó que Sonia le preguntaba algo. No entendió, o no recuerda si entendió, o entendió y por eso respondió lo que respondió: "azul".

Lo siguiente que hizo, un poco más despierto, fue relatarle lo que había estado soñando.

2. "Estábamos los dos en el Barrio Antiguo, en un bar diminuto, apenas un cuarto. Alambiques y toneles. Una señora me ofreció vino, dijo que era bueno, que aunque no fuera de Jalisco era bueno y me ofreció una copa. El contenido de la copa parecía vino tinto, pero sabía a shampoo. Le di un trago, otro, pensé en darle el avión a la mujer, decirle que sí, que su vino estaba bueno aunque no fuera de Jalisco. Pero me ganó el asco y confesé que aquello sabía a shampoo".

"Luego llegamos a un parque. Un zoológico sin jaulas, en pleno centro. Había guardias, vestidos de negro, pero no jaulas. No vimos a los demás animales, sólo al león, que en algún momento saltó por encima de mí para alcanzar un sitio más alto donde descansar. Eventualmente, el león bajó y atrapó mi mano derecha en sus fauces. En el sueño esto no era doloroso, sólo atemorizante. El león no mordía, no arrancaba, sólo mantenía mi mano dentro de su hocico. Yo estaba espantadísimo, tú buscabas ayuda. Finalmente, un guardia dijo 'tranquilo, cálmate y te dejará ir'. Así lo hice y así lo hizo el león"

4. —Entonces, a ti que no te compren tu león- dijo Sonia.
—¿Qué habías preguntado cuando respondí azul?
—No recuerdo, pero sí, dijiste que azul.

5. Esta tarde, en la Biblioteca, un chico pidió prácticamente todos los libros que había sobre vinos. Era un alumno de primer semestre, en realidad no tiene ninguna materia que lo haga investigar tanto. Ahí se pasó toda la tarde, con los libros vinateros abiertos y desperdigados sobre una mesa, leyendo.

—¿Qué buscas?
—El nombre de un vino. Era azul, sabía a ceniza y era tóxico. Lo prohibieron hace mucho, por eso, por tóxico.

Más tarde, el Sr. Sagaz escuchó al chico preguntando a la maestra de enología por el vino. "No, no tengo idea de qué estés hablando. Si lo encuentras, me avisas", dijo la mujer.

10/13/2006

la falta

1. Hacia las diez de la noche, un Ruta 17 Auditorio devolvía al Sr. Sagaz a su madriguera. El tipo medio leía una revista, medio dormía, medio veía lo que había en torno suyo. Entonces, cuando el camión aceleraba sobre la avenida Morones Prieto, notó algo en el coche que ocupaba el carril de al lado. Era Frau Brenda en el asiento trasero.

El Sr. Sagaz se puso a manotear y a hacer caras. Ya no recuerda si realmente gritó, o si todo se hizo con ademanes y esos movimientos labiales de cuando uno simula gritar pero en realidad no sale ni un susurro, como cuando tenemos ganas de cantar pero estamos en una oficina, o como hacemos al "hablar" con alguien a través de un cristal.

Unos labios dijeron "VOY AL BARRIO, AL BARRIO"
La respuesta, desde el Ruta 17: "YO A CASA, A CA-SA"
Desde el coche: "NO SEAS..." (aquí inserte esa seña que en el resto del Occidente civilizado significa "OK", pero que en nuestras tierras es señal de "culo").
De nuevo desde el 17: "TENGO SUEEEÑO".
Abajo: "CU-LO, CU-LO, CULOOO", repitiéndose durante todo el trayecto, hasta Morones y Cuauhtémoc.

10/05/2006

el muerto y el fuego

1. Casi nada despierta a Velia. Puede dormir a mediodía, en medio de una fiesta o con la TV encendida. Ayer, sin embargo, despertó de golpe.

Recuerda tres balazos, quizá cuatro. Todavía no acababa de reponerse cuando escuchó que alguien trataba de abrir la puerta. No tocaban, tampoco hacían sonar el timbre, sólo intentaban girar la perilla. Resultó que era una amiga suya, la que sale con un luchador, no recuerdo el nombre. De ella, el del luchador es inolvidable.

La chica venía de la Plaza de los Enamorados y estaba por cruzar Escobedo, cuando balearon al abogado. No quiso saber nada, corrió los metros que le faltaban y a zancadas llegó al tercer piso. Los detalles los supieron por la TV.


2. Fue esa misma mujer la que dio el aviso cuando se incendió el cine Reforma. Su casa está más lejos de Madero que la nuestra, pero olió la quemazón antes que nosotros, así que llamó para comprobar que todo estaba bien. Para variar, nosotros ni sabíamos que se había quemado el cine.


3. Creo que los dos carecemos de olfato, algo muy práctico cuando se tienen dos gatos en casa, pero poco afortunado para escapar de desastres. Y, olfato o no olfato, de todos modos no me entero de nada. Sin el "¿supiste lo que pasó ahora?" de Velia podría pasar mi vida entera ahí sin saber que la ciudad se está cayendo a pedacitos.


4. Sólo espero que un día la pregunta no sea "¿supiste lo que te pasó ahora?". Porque sospecho que muerto seré igual de despistado y tendrán que avisarme.