7/10/2006

ségo

El ambiente es cálido. El público se ha colocado sobre la pista, con las sillas formando un círculo en cuyo centro está ella, micrófono en mano, vestida con uno de sus clásicos trajes de chaqueta blancos, con zapatos de tacón bastante alto. Las gradas también rebosan. De pronto, un joven se levanta y le dice: “No sé si es correcto lo que voy a decirle, pero es usted incluso más bella en la realidad que en los medios”. Silencio. Sin inmutarse y mirándole directamente a los ojos, ella le responde: “Pues usted tampoco está nada mal”. El País semanal, 9 de julio de 2006.

La coqueta en cuestión es Ségolène Royal, muy probablemente la próxima presidenta de Francia.

7/05/2006

las ofertas artificiales

Hace poco despoticaba aquí sobre la ley de apoyo a la lectura. El Señor Oportuno me envió un artículo de Grabriel Zaid, titulado "Confusiones sobre el mercado del libro" (viene en el número de este mes de Letras Libres), donde explica como funcionan las "ofertas" de las librerías favorecidas por los editores:

La mecánica, muy simplificada, es la siguiente. Supongamos un libro con precio fijo que el editor vende al librero en 65, para que lo venda al público en 100. Cuando no hay precio fijo, el mismo libro se anuncia al público en 120 y se vende a los libreros en 78 (con el mismo descuento del 35%), pero a los favoritos en 60 (con un descuento del 50%). Éstos pueden entonces venderlo a 100, que parece una gran rebaja (sobre el precio de lista de 120), aunque son los mismos 100 que se hubieran pagado con el precio fijo. Pero los demás libreros ya no pueden venderlo a 100, porque no pueden sostenerse con un descuento del 22% en vez del 35%. Tienen que vender más caro, para sacar sus gastos. Ahí está el secreto de las “grandes rebajas”. No se trata de que los favoritos vendan más barato, sino de que los otros vendan más caro. El editor fija los precios de lista (120 en vez de 100) sobre los cuales se hacen las supuestas rebajas (de 120 a 100) y fija los precios al mayoreo (78 y 60), para que sólo sus favoritos puedan hacer las supuestas rebajas.

Que el precio no sea fijo favorece a los favoritos. Venden al mismo precio (100), pero compran más barato (60, en vez de 65). Y no sólo venden con un margen mayor, sino que venden mucho más, lo cual aumenta su rentabilidad. También su poder. Polarizando la concentración del mercado, ganan poder de compra y de venta... Teóricamente, el Estado pudiera vigilar constantemente a cada editor, para evitar las prácticas discriminatorias; o atender las denuncias presentadas por las librerías discriminadas. Pero sería molesto y complicadísimo transparentar los precios del editor al librero. En cambio, los precios al público, a diferencia de los precios al librero, son transparentes. Es más sencillo eliminar la “práctica monopólica relativa” fijando los precios al público, como lo están haciendo muchos países, algunos de los cuales exigen que se imprima el precio en cada ejemplar.


Así las cosas, lo que debemos vigilar es que, tras la aplicación de la ley, los precios unificados se parezcan a los que actualmente tienen Gandhi o El Sótano como ofertas (que son los precios reales de los libros).

Al margen de eso, recordemos que la ley beneficiará a los actuales lectores, pero poco o nada tiene que ver con la promoción de la lectura, aunque la lleve en su nombre. La otra situación a vigilar es cómo se adapta al mercado mexicano: leyes de ese tipo se aplican en España y Alemania, donde hay una librería por cada 8 mil habitantes, mientras que en México hay una por cada 80 mil.

7/04/2006

el ventilador expósito

Tiempo que puede pasar un ventilador abandonado en una acera de Monterrey sin que nadie se lo lleve: por lo menos una hora. Comprobado empíricamente.

La mudanza se realizó gracias a los servicios de Annie Haul, es decir, con la camioneta que Annie tomó sin permiso para cargar mis cosas.

Subimos las cosas, recorrimos el centro, llegamos a mi nuevo domicilio (que está entre el edificio del PAN y un lupanar), descargamos, subimos tres pisos y hasta el final de toda la operación surgió la pregunta: ¿dónde quedó el abanico? Pues en algún lugar cerca de Porfirio Díaz y Washington. Y hasta crees que todavía va a seguir ahí.

Annie insistió en que fuéramos a ver y, mira por donde, ahí estaba la maldita cosa, paradita en medio de la banqueta. Ya sé que esas chunches valen como 100 pesos y que duran un año, pero yo terminé abrazando al ventilador.

de como terminé cambiándome de casa

1. Había descubierto un lugar llamado Kubrick, sobre Zaragoza. El bar en sí no tenía nada especial, pero tocaron "First of the Gang to Die", "This is Hardcore" y similares, así que pensé en regresar.

2. Una noche de viernes volví, sólo para encontrarme con que tocaban completito un disco de Señor Coconut. Eso de las versiones tropicales de Kraftwerk me hizo gracia hace años, y sólo durante unos minutos, así que salí pitando del lugar. Llegué a la barra de un sitio que no frecuento. Junto a mí, dos tipos hablaban sobre bandas de metal.

3. "No tienen técnica, nada de virtuosos, pero saben hacer canciones, son de mis fravoritos". A su servidor el metal le interesa tanto como la orografía de Luxemburgo, pero no iba a dormir a gusto si no sabía de qué grupo hablaban. Le pregunté al tipo y respondió que Hypocrisy.

4. Ése fue todo el intercambio de información que tuve con el Individuo Metalero. Pero justo en ese momento la Individua Algo Ebria se asomó por la puerta del bar y dijo al Individuo Metalero: "ya nos vamos a la fiesta de Nosequién, vente". Por motivos inexplicables, el Individuo Metalero hizo extensiva a mí la invitación hecha por la Individua Algo Ebria y acabé en casa de Nosequién. No registré la hora, pero cuando salí ya había sol.

5. El domingo, hacia las 3 de la tarde, viendo Ghost Dog por enésima vez. Among the maxims on Lord Naoshige's wall, there was this one: "Matters of great concern should be treated lightly." Master Ittei commented, "Matters of small concern should be treated seriously."

6. Salí al Oxxo por una latota de té verde helado. En la esquina encontré a la Chica del Partido, asistente a la fiesta de Nosequién. "¿Qué haces aquí?", dijo. "Aquí vivo". "Yo voy a las oficinas del partido, a la vuelta. Qué raro que nunca antes te haya visto". Cuando ya se despedía, se volvió para agregar "ve al Iguana más tarde, hay una tocada a beneficio de una chava con cáncer".

7. Cuando llegué a la tocada ésta tenía dos horas de retraso. Y no se veían indicios de que fuera a iniciar pronto. Así que salí del Iguana y entré a la Casa Amarilla, para saludar a Velia.

8. Velia me platicó que esa semana vencía el contrato con su casera, y que no pensaba renovarlo a menos que encontrara roomie. De no encontrar a nadie se mudaría a la calle Amado Nervo con cuatro junkies, compañeros del trabajo. Recordé las enseñanzas de Ghost Dog y sin pensarlo dije que me apuntaba como roomie.

9. Así fue como Velia estuvo a punto de compartir hogar con cuatro personajes de Irvine Welsh, pero acabó con Harvey Pekar.