El del requinto era mi padre, que murió el año pasado. La otra guitarra la tocaba Chilo, que murió la semana pasada. Ya sólo les falta que muera el bajista para que toquen allá arriba, dijo uno de los hijos de Chilo. El bajista era amigo de infancia de mi padre, se conocieron en los scouts. Luego fue compañero de preparatoria de mi madre. No cayó en la cuenta de que los conocía a los dos hasta que fue a la boda. No le hizo mucha gracia el comentario del chico.
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