1/15/2011

aristóteles y túnez

Zeynep Tufekci acababa de escribir una maravilla en su post anterior. "No estoy de acuerdo en que las protestas en internet no funcionan porque son en internet, la realidad es que, en esta encrucijada de la historia, nada funciona". Ahora le enmienda la plana a todos los que han escrito sobre lo ocurrido en Túnez como una "revolución de Twitter". Ella no escoge tribu, no se va con los que ven a Twitter como un criadero de revoluciones, ni con los académicos que se ufanan de llamar a eso vil ingenuidad. Las cosas no son tan simplonas como escoger un bando, se trata de entender un hecho. Tufekci se va más atrás, mucho más atrás. ¿Se acuerdan de ese señor que hablaba de diferentes causas: material, formal, eficiente y final?

12/15/2010

el maestro y margarita, animación

El maestro y Margarita (la obra más conocida de Mijaíl Bulgakov) ha sido adaptada al cine y la televisión en varias ocasiones. Una de las adaptaciones que encontró más público fue la miniserie dirigida por Vladimir Bortko en 2005. Otra, una película de 1994 dirigida por Yuri Kara con música de Alfred Schnittke, se quedó enlatada: circula en internet desde hace tiempo y será lanzada oficialmente en 2011.

La novedad ahora es un largometraje de animación planeado por el estudio D3 Media Ukraine para el 2012. No he encontrado mucha información sobre él, sólo sé que no hay que confundirlo con la obra en proceso de Terentij Oslyabya, también animada.

Aquí está un avance sin subtítulos. Pueden ver a Poncio Pilatos, a Jesús y, claro, al gato Popota poniendo patas arriba el Moscú de los años treinta.

12/13/2010

los nuevos fisiognomistas

Para los practicantes de la fisiognomía (descartada como ciencia durante el siglo XX) las proporciones del cuerpo, especialmente del rostro, afectan el carácter de un individuo.

En The Physiognomy, la novela fantástica publicada por Jeffrey Ford en 1997, los fisiognomistas son al mismo tiempo policías y cirujanos plásticos. Pueden enviar a alguien a prisión por tener fosas nasales pequeñas, o intervenir quirúrgicamente a un habitante de La Ciudad Bien Construida para "repararlo".

El nombre serio para esta idea es FFH (Facial Feedback Hypotesis). Por fantástica y anticuada que suene, no toda la gente de ciencia la ha abandonado. Por ejemplo, vean el artículo The effects of BOTOX injections on emotional experience publicado este año en la revista Emotion.

Ahí Joshua Davis y Ann Senghas (Barnard College) defienden, como resultado de su investigación, que los pacientes tratados con Botox no sólo tienen menos expresiones faciales, también disminuye su capacidad para sentir emociones. Pueden leer más sobre esa investigación aquí.