11/17/2004

balance

Si no recuerdan a Coil eran esos dos chistosos embarrados de mierda (no es metáfora) en la galería de la Nave. Cuando todavía me topaba a Adrián en su puesto de discos una de las preguntas habituales era "¿Y de Coil no traerás nada?". La respuesta habitual: "los discos de World Serpent están carísimos, y nadie los busca". Luego quebró World Serpent. Y el sábado pasado desapareció la mitad de Coil. John Balance, ebrio, cayó del segundo piso de su casa. Y ahí quedó.

11/11/2004

everybody is free (to wear sunscreen)

Me quedé dormido poco después de medianoche.

Lo sé porque después del himno nacional programaron "Everybody is free (to Wear Sunscreen)", pero no recuerdo haber escuchado el final. No había vuelto a oírla desde sus días de gloria, cuando era pedida casi a diario en Nación Alternativa.

Ese texto comenzó a circular en internet en julio de 1997, presentado como una lectura de Kurt Vonnegut (Slaughterhouse Five, Breakfast of Champions) ante estudiantes del MIT. Poco después se descubrió que se trataba en realidad de una columna de Mary Schimich, del Chicago Tribune, pero ya para entonces el texto estaba desperdigado por toda la red.

(Se trata de un caso parecido al de "Instantes", el melcochoso poema equívocamente atribuido a Borges. Paradójicamente, una encuesta reveló que ése era el poema de Borges más recordado por sus compatriotas. Todavía se pueden encontrar sitios que lo ofrecen como auténtico)

Después de revelada la farsa, Luhrman le puso voz de un instructor e imágenes de videos educativos de los sesenta, y así la convirtió en un éxito de más de siete minutos de duración.

Una de las facultades de la duermevela es que suspende los prejuicios: anoche noté que, en medio de ese tufo a obviedad que desprende, el texto contiene algunos consejos que, si son tomados en serio, pueden aliviar un poco la angustia adolescente. Claro que nadie está menos dispuesto a tomar consejos que un adolescente. Y lo más seguro es que así deba ser.

11/08/2004

ende

¿Piensa que es casualidad si, angustiado, tiene usted de pronto entre las manos, justo en el momento adecuado, el libro adecuado, lo abre justo por la página adecuada, y encuentra exactamente la respuesta adecuada?

¿Existe de verdad, o ha existido alguna vez, una ciudad llamada Moscú, tal y como la describe Tolstoi, una ciudad llamada Berlín, de la que habla Fontane, una ciudad llamada París, como la que describe Maupassant?

¿Puede usted pensar algo para lo que no exista una palabra?

¿Qué quiere usted decir cuando afirma que ha "entendido" una poesía?

¿Qué puede impulsar a un nihilista a querer convencer a otros de la propia opinión de que nada tiene sentido?

¿Por qué escribe la gente voluminosas novelas sobre el hecho de que ya no sea posible escribir novelas?

¿Qué proceso electroquímico de nuestro cerebro habrá producido el pensamiento de que los pensamientos no son otra cosa que procesos electroquímicos de nuestro cerebro?

¿Hay libros que le hacen a uno enfermar o recobrar la salud?

¿Ha observado usted también que un hada le satisface a cada persona tres deseos en el curso de su vida?


Tomado de "Cuarenta y cuatro preguntas al amable lector" de Michael Ende, texto encontrado en su escritorio después de la muerte del autor. La última pregunta es ¿Comprobará usted si han sido de verdad cuarenta y cuatro preguntas o se fía de mi palabra? Sigo sin contarlas.