5/30/2007

adrian tomine - sleepwalk

Lo único que había leído de Adrian Tomine era su antología 32 Stories, que me había gustado pero era (necesariamente) desigual. Algunos de sus trabajos de juventud incluidos en ese libro eran apenas bosquejos, que podían haberse desarrollado más pacientemente y con mejores trazos.

La semana pasada acudí a Comicastle porque les llegarían nuevos volúmenes de The Complete Crumb, de los cuales no compré ninguno porque se me atravesó Sleepwalk, otra antología de Tomine, mucho más cuidada que la anterior. Y con al menos una historia perfecta.

Se llama "Layover" y ocupa escasas cuatro páginas. Va sobre un tipo que pierde un vuelo y debe quedarse un día más en su ciudad. Pero sucede que, como iba a estar varios meses fuera, ya se había despedido de sus amigos, de su novia, de la familia, y le parece demasiado desgaste emocional dejarse ver de nuevo y repetir las despedidas a la mañana siguiente. Pasa el día como fantasma, cerca de sus conocidos, viéndolos por las ventanas, contemplando cómo viven sin él. Acaba durmiendo en un hotel. No les quito nada contándoles la historia: la anécdota es muy sencilla y, como es costumbre en este autor, no hay clímax. Pero es una historia redonda, magnífica y, a su modo, muy triste.

Más que Carver, con quien se le compara frecuentemente, Tomine me recuerda a Lorrie Moore. Y es que en lo suyo no hay ni pizca de ironía. Parece decir "así va el mundo, hasta el más idiota tuvo un momento que contar, y el más necio tiene algo que lo conecta contigo". Pero todos nos vemos como idiotas y necios, así que fuera de esas viñetas no hacemos nada por enterarnos.

El que me falta ahora es Summer Blonde. No pienso hacer un pedido especial, si lo ven por ahí me echan un grito. O cómprenlo y luego me lo prestan. No hay pierde, es una delicia lo de Adrian Tomine.

5/28/2007

size - go go girl

Mario "La Rayita" lleva un buen tiempo siguiendo las huellas de Carlos Robledo, Walter Schmidt y los demás involucrados en Size (imprescindible y casi olvidada banda mexicana de los ochenta post-punk). El resultado de sus pesquisas se titulará Nadie puede vivir con un monstruo, documental independiente donde también se abordará la historia de Decibel, Casino Shanghai y los demás proyectos cercanos a Size.

En lo que termina la edición del documental, la Raya subió este video de los Size en el programa Noche a noche, conducido por Daniela Romo. Para la trivia: las bailarinas que acompañan al grupo son Pilar Ascarre, Ulalume Zavala (luego vocalista de Casino Shanghai) y Arianne Pellicer (la Nina Punk de Cachún Cachún Ra-Ra).


Size en myspace.com
Size en last.fm

5/25/2007

a muerte súbita

Como nos cortaron el agua, la única forma de aseo que tuve esta mañana fue el rasurado.

Mientras me rasuraba pensé que el tenis actual es un deporte que prefigura costumbres futuras, que el mundo no acaba de asimilarlo porque no está listo para él, atento todavía a los anacronismos de las demás competencias (deportivas y no).

En el tenis no se puede pactar con el rival para obtener ambos un resultado conveniente. La única forma de engañar es arriesgando.

Es apátrida. Los tenistas cambian de residencia y hasta nacionalidad sin que eso marque sus carreras. Cuando Marcelo Ríos se negó a portar la bandera de Chile simplemente estaba siendo congruente, inconscientemente congruente. Sólo la Copa Davis sigue siendo anacrónica, al servicio de la vieja propaganda, como las Olimpiadas y todo choque "benigno" entre potencias.

Se hace por orgullo y por dinero, como los demás deportes. Pero no se finge respeto a un club, tradición o tierra. Y debe ser inevitable sentir amor por tu propia camiseta cuando sabes que no hay otra igual en el mundo (y que la diseñó Stella McCartney).

No hay tal cosa como una temporada. El juego nunca acaba. Cada jugador escoge qué tanto y tan seguido juega.

El "saque as" y la múete súbita, los momentos perfectos, no aparecen unas cuantas veces al año, sino que son frecuentes. La perfección y economía de movimientos como norma.

El improbable día en que el mundo se parezca a Roland Garros o Wimbledon comenzará una nueva Edad de Oro. Y si incluye las falditas blancas, ya podríamos considerarlo el mejor de los mundos posibles.