3/29/2005

sucedió esta semana santa

Reunión en casa. Lamentamos tener únicamente 10 botellas de cerveza. Gaby salió por cigarros y volvió con una hielera llena de envases de Sol e Indio.

—¿Y eso?
—Alguien la dejó en la esquina.

...

Digo a la casera que una amiga quiere rentar uno de los cuartos. Me muestra el único que queda libre, que no se ha rentado en el último año y casi nunca abre. Entramos a tiempo para ver que el ventilador de techo estaba suspendido de un solo alambre, pronto a estrellarse contra el piso.

3/21/2005

fanny y alexander

En la adolescencia, las películas se volvían míticas cuando las pescaba de madrugada, sin saber sus títulos, y luego no podía volver a saber de ellas por ningún medio.

En la infancia, eran las que esperaba junto con mamá y luego me queda dormido sin ver la última mitad, así que ella me las contaba a la mañana siguiente.

En esa categoría estuvieron Cuatro moscas sobre el terciopelo gris, Enemigo Mío (aunque ahora se retracte, a la que le gustaban las de terror y CF era a ella y me lo pegó) y, especialmente, Fanny y Alexander.

La pasaron muy noche, en Imevisión, dividida en dos partes en dos días seguidos. Entonces era raro que una película reciente llegara a la televisión, así que la anunciaron con bombo y platillo y ahí estábamos esperándola desde una hora antes.

Claro que los dos días me quedé dormido y mamá me la contó mientras desayunaba para ir a la escuela. Tenía muchos de los detalles que apreciaba entonces y sigo apreciando ahora, mundos particulares, áticos, antigüedades, disfraces y marionetas. Sigo sin verla.

La tenían en venta en Gandhi la semana pasada, pero estaba algo cara y preferí The Sweet Hereafter (hasta ahora descubrí que una de las canciones que canta Sarah Polley es de Jane Siberry).

Es bueno guardar algunos pendientes por años, que provoquen expectación.

sueño

Volvió a aparecer en un sueño del sábado, así que ya es el primer personaje onírico recurrente que tengo. Recurrente y que no existe en la vigilia, quiero decir.

Es el cantante de una boyband que nunca la hizo. Es alcohólico. Lo encuentro tirado en la calle, con el traje que usa para sus presentaciones: camiseta violeta, jeans de diseñador, botas puntiagudas, fishnet en los brazos. La dos veces dijo que le habían dado oportunidad de cantar en una explanada de la universidad y me dio un volante de su presentación.

La última vez yo huía junto con un niño. Habían matado a su padre y el asesino seguía dentro de la casa, así que yo lo sacaba de ahí y escapábamos por anchas calles nocturnas. El asesino nos perseguía (nunca lo vi), lanzando proyectiles que describían trayectorías oblicuas y se incrustaban en los postes de luz. El cantante estaba tirado junto a una camioneta. Nos detuvimos un momento para que nos soltara su perorata y luego seguí corriendo. Pero el niño (que era japonés) ya no estaba.