Como recordará quien no tenga nada mejor que hacer, la ultima vez que mencioné a Santo Tomás (a fuerzas recuperó su santidad, sigue sin armarse caballero) fue a propósito de su iniciación en los misterios del amor con Luneta, el esperado advenimiento de una camada de gatitos y la inevitable castración del culpable.
Eso fue hace tres meses y el embarazo jamás llegó. Quien quiera superar mi vileza deberá presentar pruebas, y aún así no podrá ganarme la primicia. Hoy, ante todos los presentes, patento como forma inédita de la ignominia y la crueldad humanas la castración de un gato estéril.
7 comentarios:
Chale, no te va a traer nada Santa Clos.
Oye, alguien debe haber hecho cosas peores, como negarle dulces a un niño sin dientes, con la buena intención de protegerlo de las caries. O negarle los cigarros a un moribundo por protegerlo del cáncer pulmonar.
No creo que a Tomás le importe mucho su nueva condición. Se la pasan bien chingón, los desgraciados. Pregúntale al Moro :)
Creo que sólo fuiste un instrumento de una voluntad superior que cuida mucho al bueno de Tomás.
Los imagino de amigos, al Moro y a él. Se echarían uno junto al otro por las tardes, a meditar y mascar zacate.
¿Meditar y mascar hierba? Supongo que discutiendo pasajes de Castaneda y Michaux (que, además, debe ser muy popular entre los michos).
hahahahahahahaha,
Don Nick, ¿por qué es usted tan picoso?
lol
de que pues yo nomás lo lamento, por el peso, de que ganan los pobres, (de que se hacen algo menos hábiles), pero supongo que a Don Thom no le importará mucho algo de panzita, el we de que no tiene que salir a jalar y eso..
bueno, mhh
oiga, déjeme le comento que ya empecé con la Srita. Nothomb, y de que me ha dejado boquiabierta, así de que woooooooow
merci par tout
bisou
p. d. le dí click a lo de preview, y me leí..
-definitivamente, de lingüista, me muero de hambre, zhiale!!-
Ah que caray :P. Es cierto, sr. magnánimo, quiénsabe si le importe; es más, no estoy seguro si a los gatos les pueda mucho esas madres.
Nicolás:
Quizá es Luneta la que es estéril, ya te lo dije ayer.
Anyway, los gatos operados se ponen gordos y bellos como mi "Niña", no te mortifiques.
No pasa nada, Nicolás: no te mortifiques.
Seguramente le evitas que le pase lo que a mi Grendel, quien murió por la patria, no por caliente, sino por matar las gallinas del vecino.
Un gatito castrado ya no se lanza a esas aventuras suicidas.
En fin, creo que el minino acaba de entrar al cielo de los gatos por adelantado. Sólo mímalo un poco de más para compensar, ¿no?
Y si quiere recordar viejos tiempos, nunca faltará una Dilia (la del perro) para revivir muertos...
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