Lo tomé prestado directamente de Jesús, quien observó una vez en uno de sus momentos inspirados: "Aquellos que viven por la espada, por la espada morirán". Lo que no impidió que en otra ocasión ese fanático delicado alzara la voz y bramara: "No penséis que vine a traer paz a la Tierra, no vine a traer paz sino la espada". Y la espada acabó comiéndoselo también a él.
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Leí en Bernanos que la infelicidad es una fuente de bendición. Repliqué en mi libro a este melaza católico que toda felicidad es básicamente un trillado invento cristiano. La felicidad, escribí, es kitsch. No tiene nada que ver con la eudaimonía de los griegos.
Happiness is kitsch
ResponderBorrarMe gusta para estamparlo en una camiseta.
La comprarían lo mismo los hipsters que los goths.
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