1/25/2011

hartémonos

Christoph Schlingensief pide chotear las ideologías

En el documental Christoph Schlingensief and his films, Schlingensief (1960-2010) explica su modo de meter una película en el mundo. Si una ideología insatisfecha y nociva sobrevive de una generación a otra, cualquier día nos puede explotar en la cara.

Por eso hay que chotearlas, exagerarlas, hasta que a nadie le queden ganas de volverlas a usar. En su cine la caída de los nazis es un episodio ridículo y la reunificación de Alemania un refrito de The Texas Chainsaw Massacre.


Patton Oswalt quiere el a-pop-calipsis

En el muy citado Wake Up, Geek Culture, Time to Die Patton Oswalt pide la llegada del A-pop-calipsis: "Para salvar la cultura pop, debemos hacer que la actual cultura pop sea insufrible".

Que se harte de refritos, homenajes, trivias y coleccionismo. Que el efecto Seinfield no divierte caiga sobre todo.

1/24/2011

¿seguro que se equivocan?

1. Un fragmento de la entrada The Way: An Ecological World-View, by Edward Goldsmith del blog de Akshay Ahuja. La traducción es mía.

Goldsmith no puede proveer el tipo de evidencia que satisfacería una parte de mi cerebro. Un sentimiento parecido de insatisfacción intelectual sucede cuando los teólogos discuten con filósofos ateos, o los defensores del diseño inteligente discuten con darwinistas. Los primeros simplemente se ven estúpidos: no tienen una explicación para lidiar con el otro, sólo un sentimiento de que algo crucial está siendo olvidado en la perspectiva del otro, y aunque yo también necesite de ese tipo de explicaciones, no estoy seguro de que se equivoquen.

Así un ecologista puede ser incapaz de decir exactamente qué le hará un nuevo compuesto químico a nuestros cuerpos y a la naturaleza en los siguientes cien años. En cambio, podrá aconsejar precaución antes de que introduzcamos sustancias que no tienen precedente en nuestro ecosistema. Inevitablemente parecerá atolondrado comparado con un científico que ha realizado pruebas de laboratorio que no encuentran ninguna evidencia de riesgo, hasta que veinte años después la gente descubra que todas las lombrices están muriendo (o las abejas, o las golondrinas) y que esto tiene inesperadas y exponenciales consecuencias para la biósfera. Sólo cuando toda el sistema comienza a colapsarse podemos ver cómo lo hemos perturbado.


2. Esta precaución que se toma Ahuja me recordó el reciente jaleo con respecto a los signos del Zodiaco. Todo comenzó por una entrada en Gawker que luego fue citada por Salon y minutos después era trending topic en Twitter. Iba sobre las investigaciones de una sociedad astronómica de Minnesota, que supuestamente dejaban en ridículo a los astrólogos por no saber que la Tierra, con el paso de los siglos, había cambiado de posición en relación a las estrellas.

Los comentarios a ese post, ya fueran de astrólogos o de gente sin prisa por condenar a la astrología, aclararon que el título ("Los signos del Zodiaco cambian debido a la rotación de la tierra") era incorrecto. El tema no era la rotación sino la precesión. Y que la astrología no desconocía ese cambio, por ello hay varios modelos del Zodiaco. En este caso, los que argumentaban sin saber eran los enemigos de la superstición.

1/21/2011

kant y los eléctricos

Otro signo de su decadencia intelectual fue la debilidad con que comenzó a argumentar. La electricidad le ofrecía una explicación para todo. Por aquel tiempo se estaba produciendo en Viena, Basilea, Copenhague y otras ciudades distantes una inusitada mortandad de gatos. Como los gatos eran animales especialmente eléctricos, atribuyó naturalmente esa epidemia a la electricidad.

Thomas de Quincey, Los últimos días de Emmanuel Kant.