4/24/2009

ballard y el sentido de la vida (si es que lo hay)

Alguna vez hablamos aquí sobre la biblioteca de Lucien, ese sitio al que van a parar los libros que fueron planeados o soñados pero que nunca llegaron a ser escritos. Esta mañana se anunció que Lucien tiene un volumen más para su colección, y se trata de uno con un título impagable, ideal para un libro que nunca existirá: “Conversaciones con mi médico (El sentido de la vida, si es que lo hay)”.

Iba a ser el último libro de JG Ballard, quien murió el pasado 19 de abril. El texto ya había sido discutido y planeado con sus editores, pero el cáncer que padecía le impidió seguir trabajando. Sólo eso queda, el título, un título magnífico.

Mark Dery afirma que hay párrafos de Ballard que develan la condición posmoderna mejor que todos los libros de Lyotard puestos en filita. Jonathan Lethem lo llamaba “el escritor de distopías para puristas”. Él mismo se definió en una entrevista como “un hombre de una simpleza serena y completa”.

No estaba siendo modesto ni sarcástico: los tres hijos que crió solo (luego de enviudar) y sus colegas lo recuerdan como un tipo amable y tranquilo que vivió casi medio siglo en la misma casa, viajando lo menos posible. Un modo de vida muy poco ballardiano, en el sentido en que los críticos literarios usan el adjetivo. O quizá sí, demasiado ballardiano: recuerden que en “Running Wild”, una de sus novelas cortas, la locura se desataba en un entorno de ésos, aséptico y apacible.


Ballard no dejó de hacer ciencia ficción, o nunca la hizo

En los diversos obituarios que se han hecho a lo largo de esta semana, suele presentársele como un autor que comenzó en la ciencia ficción pero eventualmente amplió sus ambiciones. Sin ser falsa, esa imagen me parece desenfocada.

Ya sea porque se encuentran en un campo para prisioneros, comparten un modo atípico de obtener placer (“Crash”), viven bajo la influencia de un mesías suburbano (“Compañía de sueños ilimitada”) o están aislados del mundo en un edén de lujos y saber (“Running Wild”), los personajes de Ballard suelen aparecer encapsulados, habitan una burbuja que suspende las normas habituales. A veces han sido forzados a ello, otras lo buscan aunque eso implique arriesgar sus vidas.

En todo caso no son muy diferentes de los exploradores y científicos de sus viejos cuentos de CF. No dejó de hacer CF, o nunca la hizo. En realidad, no debían importarle esa clase de distinciones, como tampoco le importaba trazar una frontera clara entre realidad y ficción: sus libros de memorias están novelados, sus novelas alimentadas con experiencias personales.

¿Alguien sabe cuándo editan por acá sus Cuentos Completos?

4/02/2009

la pepsi vampiro

Esta mañana había un vendaval. Las persianas y las puestas temblaban, yo dormía veinte minutos, luego pasaba otros diez despierto y vuelta a empezar. En una de esas cabezeadas soñé con la Pepsi vampiro.

Estaba en el balcón de un hotel, viendo una ciudad que no conozco. Había luna llena y un silencio perfecto. Unos puntitos aparecieron en el círculo de la luna y comenzaron a acercarse. Eran un montón de murciélagos de cuerda. No se les veía el mecanismo, pero no volaban como animales ni como máquinas de alta tecnología, sino que se estremecían como juguetes de cuerda. Uno de los murciélagos se separo de la formación y se dirigió hacia mi balcón. Aterrizó en el centro del cuarto con la misma torpeza con la que lo hacen los albatros en los documentales (no sabemos, podría ser simple miedo a la cámara, capaz que solitos aterrizan bien chido). Las alas dejaron de vibrar: el murciélago de plástico se abrió en dos y dejó ver en su interior una Pepsi, fría y lista para tomarse. Desperté antes de poder abrirla.

2/10/2009

la fundación de asimov al cine

Habrá una adaptación cinematográfica de "Fundación", la novela de Isaac Asimov. Eso lo sabíamos desde el año pasado, son las expectativas las que han cambiado mucho: originalmente tendría a los productores de "El Señor de los Anillos" (Bob Shaye y Michael Lynne) y sería dirigida por Alex Proyas, pero Columbia les ganó los derechos y la dejó en manos de Roland Emmerich.

Supongo que a Emmerich ("Independence Day", "Godzilla", etc.) sólo le contaron que la película era sobre el fin de la civilización y ya está alucinando secuencias de planetas explotando.

Dejando de lado la decepción que significa ver a Emmerich en el proyecto, lo más extraño es que hubiera varios estudios peleándose los derechos de "Fundación". Los libros de Asimov, y sobre todo la serie de las Fundaciones, tienen muy poco de lo que gusta a los estudios para hacer grandes películas veraniegas de CF.

De hecho, tienen poco de lo que gusta a cualquier guionista, sin importar el tamaño de su presupuesto, el género de la película o el público al que aspire.


Isaac Asimov es un autor de ideas y acciones

No es casual que, a pesar de la fama de este autor (fallecido en 1992) haya pocas adaptaciones de sus libros, y las pocas que hay (como "Yo Robot") tomen poco de los libros.

En el caso de Asimov estas alteraciones no son una traición, son casi una necesidad. En sus historias hay ideas (muchas muy interesantes) y acciones, pero los personajes que las piensan y realizan tienen pocos matices, y los escenarios que tales personajes habitan son descritos con gran economía de lenguaje. Para rematar, prácticamente no hay mujeres.

¿Cómo se adapta eso al cine? Pues inventando la mayor parte, porque el espectador necesita creerse los personajes y sus motivos, verlos dudar y fallar, interactuar con su entorno, no simplemente funcionar como instrumentos de la Historia en el mundo. Desde ya siento piedad por el guionista al que le dejen este paquetote.


Los casos de Enki Bilal y William Gibson

Hay todavía otro problema: que el público sienta demasiado déjà vu al verla. Cuando se estrenó "Immortel" (Enki Bilal, 2004) uno de los comentarios repetidos por críticos y espectadores fue que parecía una versión con humor negro de "El Quinto Elemento", cuando fue Luc Besson quien tomó préstamos del cómic de Enki Bilal.

De igual manera, si Chris Cunningham hubiera logrado su versión de "Neuromante", él y William Gibson habrían enfermado cuando el auditorio reconociera mucho de "Matrix" y "Swordfish" en ella (cuando el caso, de nuevo, es el contrario).

Con "Fundación" no se trata de una o dos películas que han tomado ideas de esa novela: prácticamente toda la CF cinematográfica y televisiva con imperios o repúblicas galácticos está en deuda con "Fundación". Sin ir lejos, Coruscant, el planeta capital de Star Wars, está calcado del Trantor de Asimov.

Pensándolo bien, no es mala idea que se haga la película. Podría causar un cisma en las iglesias jedi y trekkie del mundo, cuando sus fieles identifiquen la fuente de la que bebían sus ídolos.