8/16/2007

la tiendita de los horrores 2

La más reciente experiencia del Sr. Sagaz con Chafimsa, la proveedora editorial que podría haber sido inventada por Alfred Kubin.

-Chafimsa, buenas tardes.
-Quiero verificar la disponibilidad de un libro.
-Lo comunico a ventas, un momento.

Y la chica colgó. En lugar de transferir la llamada. Colgó.

Segundo intento.

-Chafimsa, buenas tardes.
-Comuníqueme con uno de los vendedores, por favor.
-Un momento.

En lugar de música tienen estática de espera. Debajo de la estática, casi inaudible, hay algo que parece música. Luego de cinco minutos el Sagaz descubrió que aquello era Radio Nuevo León muy mal sintonizada.

Más espera. ¿Un gemido? Regresa la estática musical. Contesta el vendedor y el Sr. Sagaz pregunta por el libro.

-Sí, aquí lo tenemos.
-¿Hasta qué hora puedo pasar por él?
-No, digo, lo tenemos en sistema, pero no está en la tienda. Lo podemos mandar pedir.
-¿Cuánto tardaría?
-Una semana.
-Está bien, lo ocupo hasta el viernes de la siguiente semana.
-Pero quizá ya no se pueda pedir, a veces los tenemos en sistema pero ya no nos llegan, tengo que confirmarlo.
-¿Cuándo me podría dar la confirmación?
-En una semana, cuando mucho.


Horas más tarde, en la Biblioteca donde labora el Sagaz.

-¿Qué pasó con el libro, lo encontraste?
-El único proveedor en la ciudad es Chafimsa.
-Eso es un no, ¿verdad?

8/13/2007

tony wilson (1950 - 2007)


Como Dylan tomando la guitarra eléctrica en Newport, o los primeros agarrones entre sound systems en Jamaica, lo que pasó en Manchester a fines de los setenta (y de manera atenuada durante la siguiente década) fue decisivo para la historia de la música popular. El rock tuvo ahí y entonces un renacimiento: la refundición de todo su pasado en el post-punk, el gran semillero de los subgéneros por venir. Uno de los principales promotores de esa escena fue Tony Wilson, quien falleció el pasado viernes.

Para los padres de familia de Manchester era sólo un conductor televisivo. Para sus hijos, el tipo que desenterraba a los grupos más arriesgados y les daba una disquera sin contratos (Factory Records), un escenario (The Hacienda) y espacios en la televisión.

La suya fue una historia grande para el rock, pero no para su cuenta de ahorros. Ian Curtis, el cantante de Joy Division (la gran joya de Factory), se ahorcó en vísperas de la gira por Estados Unidos que hubiera llevado al grupo al reconocimiento masivo. Los sobrevivientes del grupo se transformaron en New Order, impecable cruce entre el rock y la música de baile que conoció el éxito en las listas y entre la crítica, pero que en la cúspide de su carrera dejó a Tony esperando durante tres años para editar un nuevo disco. Lo de los Happy Mondays fue un asunto aparte: patrocinar cualquier proyecto de Shaun Ryder era un suicidio financiero. Para rematar, el famoso club fundado por Wilson, The Hacienda, siempre estaba abarrotado pero los clientes lo dejaban sin ganancias porque preferían meterse éxtasis a comprarle alcohol.

La mejor introducción a su vida y obra es la película 24 Hour Party People (Michael Winterbottom, 2002), retrato de la escena mancuniana en el que se narran momentos trágicos y desencuentros violentos con aire de comedia, sin que por ello el mito pierda lustre. Tony Wilson tendría después un pequeño papel en A Cock and Bull Story, la adaptación de Tristram Shandy filmada por Winterbottom, donde él y Steve Coogan (el comediante que hacía de Wilson en 24 Hour Party People) se interpretan a sí mismos. La última gran empresa de Tony también estuvo relacionada con el cine: coprodujo Control, la biopic sobre Ian Curtis que Anton Corbijn presentó en el último festival de Cannes. Los avances de Control disponibles en YouTube no son muy alentadores, pero tampoco sería la primera película recomendable con un trailer desafortunado.

Wilson lidiaba contra un cáncer de riñón desde el año anterior, por lo que fue operado y recibió quimioterapia, sin conseguir que su estado mejorara. Finalmente, fue un ataque al corazón lo que lo venció, la tarde del 10 de agosto. De acuerdo a las declaraciones que hizo poco antes de morir, no se sentía satisfecho con sus logros y seguía planeando nuevos proyectos. No alcanzó a ver el estreno comercial de Control, ni la versión ampliada del festival In The City (el “South by Southwest británico”, organizado por él y su compañera).


PD. Si no hubiera muerto Tony Wilson hoy estaría hablando sobre la tocada de las Ninetynine en Monterrey. Ocurrió el sábado y hasta el momento es mi segundo concierto favorito de este año, sólo por debajo de The Whitest Boy Alive.

8/10/2007

tony wilson (1950 - 2007)

Entré a MySpace para enviar un boletín, de la tocada de esta noche en el Garage. Cuando lo envié y regresé a la página de inicio había un nuevo boletín de Warren Ellis: murió Tony Wilson, el hombre detrás de Factory Records (Joy Division, Happy Mondays, todo el asunto Madchester) y el club The Hacienda, quien fuera interpretado por Steve Coogan en 24 Hour Party People.

De momento la biblioteca es un caos y no da tiempo, pero espero subir algo sobre él este lunes.