11/06/2006

come, armageddon, come!

Ya me dan flojera los sermones para rescatar el libro y la lectura. Y los llamados a despertar la conciencia crítica siempre me han parecido más sopechosos que las campañas de Wal Mart (¡ese smiley tiene una motosierra!). Que la gente lea lo que quiera, o que no lea, o que encuentre la sabiduria en los videojuegos y sean santos anacoretas que jamás dejen su habitación, instalados en el nirvana del Play Station. Mejor para ellos y mejor para todos. Mientras no se metan en eso amenazados con una pistola en la sien, podemos decir que cada quien escoge lo que se merece y actúa en consecuencia.

Pero también estoy hasta la madre de la sociología de café, donde se sueltan estadísticas, tendencias y diagnósticos sin más referente que algo que alguien quizá leyó y a lo mejor entendió en una revista que acaso se llamaba así. Hay dos encuestas recientes, con nombre y fecha, para conservar en el bolsillo, para sacar en caso de emergencia si alguien se pone a evangelizar en el Vip's en los días por venir. La del IMJ es hermosa. Los bienpensantes se arrepentirán de haber excomulgado a los jóvenes noventeros por apáticos y autodestructivos. Los nuevos encima son ñoños. Que vivan México y "eso de la democracia".


La juventud mexicana es cada vez más conservadora, toma cada vez menos decisiones por sí misma y se preocupa poco por lo que ocurre fuera de su vida privada. Es el diagnóstico de José Antonio Pérez Islas, director de Investigación y Estudios del Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ), tras conocer los resultados de la encuesta aplicada en el 2005 en todo el País entre mexicanos de 12 a 29 años.

"La encuesta pone en duda el mito de que la juventud es la portadora del cambio y la transformadora de las estructuras. La realidad es que tenemos una juventud muy conservadora", comentó en entrevista. La Encuesta Nacional de la Juventud arrojó que casi el 50 por ciento de los consultados se considera "católico practicanate", proporción que en el 2000 era de 39 por ciento.

El 44 por ciento declaró haber tenido relaciones sexuales, 11 por ciento menos que en la encuesta de hace seis años. Alrededor de 7 de 10 encuestados dijeron compartir los valores morales y religiosos de sus padres, así como sus puntos de vista sobre la educación, el trabajo y el dinero.

El aborto es injustificable para el 56 por ciento, la homosexualidad para el 49 por ciento y el divorcio para el 43 por ciento. Más de la mitad reprobó las relaciones sexuales fuera del matrimonio y el 60 por ciento el consumo de mariguana.
El Norte, 5 de noviembre de 2006.



De acuerdo con la Encuesta Nacional de Lectura 2006 (ENL), efectuada por iniciativa del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), en México se leen en promedio 2.9 libros al año. En tanto que 33.5 por ciento de las personas encuestadas dijeron no leer ningún libro al año. Ese porcentaje de 2.9 supera el 0.5 que hasta hace poco se manejaba oficial y extraoficialmente. Sin embargo, la situación no está para lanzar las campanas al vuelo. Por ejemplo: 40 por ciento de quienes declararon leer o haber leído alguna vez, no recordaron un título.

Entre ese universo de lectores, el libro más mencionado fue La Biblia (4 por ciento), seguido de Juventud en éxtasis (de Carlos Cuauhtémoc Sánchez), Don Quijote (Miguel de Cervantes) y Cien años de soledad (Gabriel García Márquez). Cada uno alcanzó 1.2 por ciento de las menciones. Otros de los títulos más mencionados fueron Cañitas, El Principito, Harry Potter y Volar sobre el pantano. Por tipo de lectura, la encuesta arroja los siguientes resultados: 42.5 por ciento de los entrevistados acostumbra (o acostumbraba) leer textos escolares; 22.2 por ciento, libros de historia; 18.7 por ciento, novelas; 16 por ciento, libros de superación personal; 14.7 lee biografías; 13.6, enciclopedias; 13.4 frecuenta libros científicos y técnicos; 11.3, cuentos, y 8.7 libros religiosos.

En el rubro de "Autopercepción y gusto por la lectura", 15.4 por ciento dio que le gusta mucho leer; 33.3 señaló simplemente que le gusta; a 36 por ciento le gusta "poco", y a 15.3 no le gusta leer. La mayor parte de quienes no lee (69 por ciento) lo atribuyeron a la "falta de tiempo"; 30.4 dijo que porque no les gusta; 19.1 prefiere otras actividades recreativas; sólo 14.6 dio como razón para no leer que "los libros y revistas cuestan mucho dinero".
La Jornada, sábado 28 de octubre de 2006.

"Leí un libro el año pasado, pero ya no me acuerdo cómo se llamaba... ¡ah, sí, El Quijote!". ¿Quién dice que para levantar los índices de lectura se requiere el abaratamiento de los libros y una reforma educativa? Basta con un puñado de ciudadanos patrañeros.

11/04/2006

hellblazer no. 221

John Constantine: I know a lot about art, but I don't know what I like.

Nicola White: I'd like a t-shirt with that on it. Could give it to critics at openings.

John Constantine: You should hang around. I'm coming out with gems like that all the time.

11/02/2006

azul, tóxico, con sabor a ceniza

1. Todavía entre sueños, el Señor Sagaz escuchó que Sonia le preguntaba algo. No entendió, o no recuerda si entendió, o entendió y por eso respondió lo que respondió: "azul".

Lo siguiente que hizo, un poco más despierto, fue relatarle lo que había estado soñando.

2. "Estábamos los dos en el Barrio Antiguo, en un bar diminuto, apenas un cuarto. Alambiques y toneles. Una señora me ofreció vino, dijo que era bueno, que aunque no fuera de Jalisco era bueno y me ofreció una copa. El contenido de la copa parecía vino tinto, pero sabía a shampoo. Le di un trago, otro, pensé en darle el avión a la mujer, decirle que sí, que su vino estaba bueno aunque no fuera de Jalisco. Pero me ganó el asco y confesé que aquello sabía a shampoo".

"Luego llegamos a un parque. Un zoológico sin jaulas, en pleno centro. Había guardias, vestidos de negro, pero no jaulas. No vimos a los demás animales, sólo al león, que en algún momento saltó por encima de mí para alcanzar un sitio más alto donde descansar. Eventualmente, el león bajó y atrapó mi mano derecha en sus fauces. En el sueño esto no era doloroso, sólo atemorizante. El león no mordía, no arrancaba, sólo mantenía mi mano dentro de su hocico. Yo estaba espantadísimo, tú buscabas ayuda. Finalmente, un guardia dijo 'tranquilo, cálmate y te dejará ir'. Así lo hice y así lo hizo el león"

4. —Entonces, a ti que no te compren tu león- dijo Sonia.
—¿Qué habías preguntado cuando respondí azul?
—No recuerdo, pero sí, dijiste que azul.

5. Esta tarde, en la Biblioteca, un chico pidió prácticamente todos los libros que había sobre vinos. Era un alumno de primer semestre, en realidad no tiene ninguna materia que lo haga investigar tanto. Ahí se pasó toda la tarde, con los libros vinateros abiertos y desperdigados sobre una mesa, leyendo.

—¿Qué buscas?
—El nombre de un vino. Era azul, sabía a ceniza y era tóxico. Lo prohibieron hace mucho, por eso, por tóxico.

Más tarde, el Sr. Sagaz escuchó al chico preguntando a la maestra de enología por el vino. "No, no tengo idea de qué estés hablando. Si lo encuentras, me avisas", dijo la mujer.