10/27/2010

illy bleeding (1960-2010)

Ayer murió Illy Bleeding. Es el nombre que usaba en los escenarios Jaime Keller, cantante del grupo post-punk mexicano Size. El fin de semana tuvo un accidente a bordo de un taxi y no parecía haber sufrido un daño tan grave. Su último aviso en Facebook dice "A principios del mes que viene lanzaremos nuestro doble EP con Madame Records... espero que para entonces esté más que soldada mi costilla para darles un show como todos se merecen".

Se refería a las grabaciones con su nuevo grupo, Illy Bleeding y los Robotes Trucosos, con el que había hecho nuevas canciones y vuelto a grabar canciones de Size. Entre ellas "El diablo en el cuerpo", que ya sonaba en su nueva versión en estaciones de radio del DF.

Para los buenos críticos musicales del país, Size es un referente indispensable del rock mexicano. Sin pedir permiso hicieron post-punk al nivel que se estilaba en el resto del mundo. Hacían canciones en la cresta de lo moderno en una época sin MTV latino, sin internet y sin la etiqueta "Rock en tu idioma".

Aunque Keller no se había alejado de la música tras la desaparición de Size en 1984 (formó parte de varios grupos, ver la entrada de Wikipedia) fue hasta los últimos años cuando se lanzó al rescate de su pasado en Size. No verá la publicación del disco de los Robotes Trucosos ni la versión final del documental Size: Nadie puede vivir con un monstruo.

Size tuvo seguidores y marcó al underground nacional. Las revistas de fines de los ochenta e inicios de los noventa, al menos las que pretendían algo de seriedad, mencionaban al grupo como el pivote de una generación. Pero la celebridad masiva se la quedó la generación inmediatamente posterior. Mientras que los sudamericanos y los españoles hicieron un estandarte de su rock de esa época, Size no era algo que podías comprar en cualquier tienda de discos o pedir en la radio luego de la desaparición del grupo.

Tampoco había videos que los presentaran a las siguientes generaciones, ni solían ser mencionados como un antecedente por los grupos que sí conocieron el éxito nacional. En YouTube se les ha escuchado más que lo que se les escuchó en los años noventa.

Personalmente, me aburren los comentarios del estilo "ha muerto una leyenda" o "el rock nacional de luto". No son inapropiados pero lo mismo dicen de cualquier lelo que muere. Si haces sonar "El diablo en el cuerpo", "Me I Lost You" o "Daily Matrix" en una fiesta, me parece un homenaje más fino. No se trata de poner nada en altares ni hacer de plañidera, sino de hacer las cosas valiosas parte de la vida colectiva. Oprime "play" y que la gente baile. Muy buena vida la suya y gracias por las canciones, Jaime Keller. De pocos se puede decir eso.

P.S. El "álbum perdido" de Size, Nadie puede vivir con un monstruo, finalmente fue publicado en 2018 por Cleopatra Records.

10/20/2010

música en la nube

Apple y Google contra Spotify


Hablábamos aquí, al final de la entrada Música con y sin envase, sobre los servicios de música en streaming (o "en la nube", la que haces sonar en línea sin descargarla). La hipotética carrera para dominar ese mercado es entre Apple y Google. Hipotética porque no hay anuncios oficiales, pero sí evidencia de sus negociaciones con las disqueras. La meta es dar un servicio similar al que varios países europeos conocen desde 2008 con Spotify.

En el caso de Google la carrera podría incluír detenerse un momento en el modelo de iTunes y sólo después entrar al streaming. Una pausa poco comprensible, considerando que la música en streaming a nivel mundial podría dejar en el pasado a iTunes. "Si lo hacen bien esto acelerará la transición de los consumidores, de música que debes tener a un acceso ilimitado a música" dijo en septiembre Ted Cohen, ex ejecutivo de EMI, a Reuters.

En el caso de Apple los rumores no son sólo sobre un nuevo servicio de streaming, también sobre dificultar la entrada de Spotify a Estados Unidos (y de ahí al resto del mundo). ¿Qué tiene que temer Apple si domina el negocio de la música en línea? Basta leer la reseña de Spotify en BoingBoing.net: Dos semanas con Spotify (Veredicto: sencillamente funciona).


El caso Spotify


En los primeros meses de Spotify los comentarios eran que esa cosa tenía truco. Que probablemente era como esas dotcoms de la segunda mitad de los noventa, que aparentaban innovación y buen negocio por un tiempo para ser compradas por una empresa grande, y luego se descubría que no eran rentables.

La estrategia sonaba demasiado bien para ser real. El caso es que no se hundió y mantiene contratos con las cuatro disqueras grandes.

La segunda oleada de sospechas tuvo que ver con esos contratos con disqueras. Si para estar con Spotify necesitas una disquera eso significa un retroceso para la música independiente, esa era la crítica. Pero sucede que si un músico tiene su álbum o sencillo en cualquier sitio de descargas legales, así sea CDBaby, para Spotify cuenta como tener disquera.

Supongo que ese formalismo está ahí sólo para que no suban cualquier jam o improvisación que grabaron una madrugada en estado inconveniente. El extremo en este sentido es que una amiga sólo encuentra ciertos tracks de Billy Childish en Spotify.

Las críticas de este año tenían que ver con la poca ganancia que les quedaba de Spotify a los artistas. El epítome era Lady Gaga: por una de sus canciones tocada millones de veces en ese servicio recibe una cantidad que no alcanza para comprar uno de sus atuendos. La solución sería avisarle "oiga, nadie la obligó a firmar con Universal, si se sale de la disquera se entiende directamente con Spotify y ya no reparte el cheque con nadie".


Servicios freemium y premium


Esto último en realidad no es viable, menos para alguien que busca llenar arenas y aparecer en cada talkshow famoso. Sólo sería viable si la música en streaming fuera la norma, y si los proveedores de la música en streaming fueran los que controlaran todo el negocio, desplazando a las disqueras o absorbiéndolas. No es una posibilidad exagerada: actualmente las disqueras no dan con una solución para la debacle en ventas, y en iTunes es Apple quien impone las condiciones y los precios.

Lo que no le dijo Ted Cohen a Reuters es que la transición de los escuchas de la descarga al streaming también depende de qué ofrezca gratis el streaming. En We7 y Spotify el mejor servicio es para los suscriptores, pero se puede acceder a música de manera gratuita, sin sonido de alta fidelidad y con publicidad intercalada. Poseer las ventajas del streaming aunque sea con publicidad sería suficiente para que decayeran las descargas "ilegales".

Y en esta modalidad los socios reciben beneficios de la publicidad pagada (un anuncio en un servicio de streaming respaldado por Apple debería venderse muy bien) y la difusión. De las descargas "ilegales" no reciben ni un centavo. En cuanto a las disqueras, si planean seguir negociando al modo del siglo XX podrían convertirse en una reliquia del siglo XX.

Por lo pronto parece difícil que Apple quiera dar algo gratis con publicidad. Cruzo los dedos para que Google lo haga (tiene años haciéndolo en video y es parte de su éxito). Eso o que Spotify pueda saltar los obstáculos para llegar a todo el mundo.

10/17/2010

dawkins y de waal

La semana anterior vi el documental The Genius of Charles Darwin, escrito y conducido por Richard Dawkins. Terminé con el estómago revuelto. No soy uno de los creacionistas que le mandan hate mail a Dawkins, soy un tipo convencido del proceso evolutivo al que no le caen bien los patanes.

Sólo parte de The Genius of Charles Darwin está dedicada a Darwin. El resto es Dawkins haciendo berrinche porque no toda la humanidad acepta lo mismo que él acepta. Cuestiona a un grupo de adolescentes por no saber lo suficiente de la evolución. Pone cara de perrito regañado mientras lee los insultos que le mandan fanáticos religiosos. Se muestra contrito cuando lo ignora la presidenta de Concerned Women for America.

En cambio, cuando aparece en el documental Frans de Waal, la voz en off nos avisa que este primatólogo holandés ha estado en desacuerdo con las ideas de Dawkins, pero no se dice más sobre el asunto. Ayer de Waal publicó la entrada Morals Without God? en The Stone, el blog de filosofía del New York Times. Aquí una cita:

Uno tiene que ser inmune a los datos para dudar de la evolución, por eso los libros y documentales con la intención de convencer a los escépticos son una pérdida de tiempo. Son útiles para los que están preparados para escuchar, pero no consiguen su objetivo con el público al que van dirigidos.


De Waal dice estar "cansado de esos cuyo sistema de creencias es lo único que los separa de un comportamiento repulsivo", pero propone una fundamentación de la moral que parte del evolucionsimo sin tener problemas con las creencias de nadie. Hay más qué aprender y qué preguntarse en ese artículo que en un infomercial de dos horas de Dawkins.

10/10/2010

hitchcock

Dos respuestas de Alfred Hitchcock en la entrevista que le hizo Fletcher Markle para la televisión canadiense (1964).

-¿Usted no cree que las películas sobre impulsos criminales y las series de televisión sobre el crimen tienen una influencia (negativa) permanente en el espectador?

-Yo diría que tienen influencia en las mentes enfermas, pero no a las mentes sanas. Me recuerda cuando hice Psicosis. Un hombre fue arrestado en Los Angeles por matar a tres mujeres y supuestamente mató a la tercera luego de ver Psicosis, así que recibí llamadas de los periódicos, para que hiciera un comentario al respecto. Mi única pregunta fue "¿Qué película vió antes de matar a la segunda?" Probablemente, antes de matar a la primera todo lo que hizo fue tomar un vaso de leche.

En una ocasión un niño se me acercó en la calle, un niño de unos siete años, y dijo "Mr. Hitchcock, en esa escena del asesinato en Psicosis, ¿qué usó como sangre? ¿Sangre de pollo?" Y le dije "no, jarabe de chocolate". Dijo "OK" y siguió su camino. Nótese que la expresión del niño fue "qué usó como sangre?" No se creyó la sangre.

-Díganos, Mr. Hitchcock, ¿cómo imagina el cine del futuro?

-Veo la posibilidad, en el año 3000, que cuando la gente busque entretenimiento, si es que se necesita entretenimiento entonces, irá a un auditorio en penumbra, habrá una hipnosis masiva, y en lugar de identificarse con un actor en la pantalla, ellos podrán ser esa persona, y cuando compren el boleto podrán elegir qué personaje quieren ser. Vivirán la historia, será imbuida en ellos por algún modo de telepatía, sufrirán las agonías, disfrutarán el romance, y al final se encenderán las luces y ahí terminará todo.

Quizá es un deseo Hitchcock para no lidiar con los actores. Disney tiene el mejor método con actores: si no le gustan, los puede borrar.


Aquí un fragmento de esa misma entrevista.