9/30/2004

hp

the turntable has been drinking.
El 5 de octubre verá la luz el nuevo disco de Tom Waits, Real Gone. Waits lleva años trabajando con su esposa (sí, el héroe de los desencantados tiene un matrimonio feliz y duradero), pero esta vez metió a toda la familia: Casey, su hijo de 18 años, pone percusiones y tornamesa a algunas de las canciones. Y como los monstruos se llevan bien entre ellos también participa Les Claypool. Por cierto, el catálogo de Anti está de miedo, sus otros lanzamientos recientes son el álbum póstumo de Elliott Smith, el doble de Nick Cave y el último de Neko Case.

...

standing quiet in the rain
La página de HP dice que esta campaña se lanzó el año pasado, yo acabo de ver el anuncio el domingo. Me quedé embobado. Hewlett Packard, la fotografía digital y Pictures of You de The Cure.

9/23/2004

emma

Novedades:

Ya está en línea el número 5 de SN. Es el que más me ha gustado hasta la fecha. El siguiente es el de Halloween.

Hoy salió Universal Audio, el nuevo de The Delgados. Ya no hay sección de cuerdas, sólo el grupo de base y la voz de Emma Pollock. Pero siempre habrá curiosidad por ver qué hace la autora de ese pedazo de canción que es "Woke from dreaming".

aldea

Todos los critiquillos flojos hundieron al Shyamalan por la misma razón: usar de nuevo ese twist al final de la historia. ¿De verdad no sabíamos que lo haría de nuevo? ¿A poco no nos gustaron Sexto sentido, El protegido y Señales, que tenían ese tipo de final? Echarle la culpa a ese recurso es tan bobo como quejarse de que en las películas de Hitchcock el protagonista siempre fuera un hijo de vecina, en lugar de un detective o un matón profesional.

Si The Village no deja la misma satisfacción que sus películas anteriores es porque esta vez la última vuelta que da la historia desemboca en el mundo común y corriente, el de todos los días. Cuando llegas a casa no temes ver debajo de la cama, ni te pone nervioso ver una puerta abierta en la noche. Los personajes, la ambientación y la estructura son tan interesantes como en toda su filmografía, pero nosotros queríamos un cuento de miedo y no nos lo dieron. Eso es todo.

cat

Botan de EU a Cat Stevens (convertido al Islam desde los setenta) por posibles nexos con terroristas. El supuesto nexo son las contribuciones que el meloso cantante folk ha hecho a asociaciones humanitarias, médicas y educativas del mundo islámico.

Pero lo mejor es la prueba final: una conversación grabada donde el Sheik Omar Abdel-Rahman menciona a Stevens (por su nombre de converso, Yusuf Islam) como posible miembro de su comité de defensa. El detalle es que el Sheik cree que Stevens era uno de los Beatles. Oh baby, baby, it's a wild world.

9/20/2004

un sueño

Casa de mi abuela, de noche. En la sala hay una computadora cuyo CPU puede partirse en dos y cada mitad funciona como vehículo volador. Yo era capaz de reducir mi estatura a unos cuantos centímetros y entrar en ese vehículo. Luego de volar por cada cuarto de la casa regreso a la sala. Noto que alguien que tomó la otra mitad y no ha regresado y comienzo a buscar desesperado. En eso suena el teléfono, es mi tía E que pregunta por qué le he estado llamando. Le digo que yo nunca le he llamado, pero ella igual se pone a explicarme algunos de los casos que ha estado atendiendo (en la vida real trabaja como maestra, en el sueño era psicóloga). Dejo de buscar la otra mitad del CPU volador y me acerco a un archivero, sin soltar el teléfono, y trato de comparar los casos que me describe con los documentos archivados, pero ningún nombre corresponde. Desperté.

¿De dónde viene cada cosa? La computadora es la que acaba de comprar el Hurón. Los objetos voladores pequeños son típicos de los sueños donde aparece la casa de mi abuela. La noche del jueves escuché de un teléfono que se marca solo, marca aleatoriamente números archivados en su registro de llamadas.

9/19/2004

mephisto walz - insidious

Primera hipótesis: Barry Galvin fue secuestrado antes de abandonar Christian Death. Sus captores lo convencieron de que la Tercera Guerra Mundial había estallado, infectando la superficie del planeta con radiaciones mortales, por lo que debería vivir en un búnker, donde le sería permitido escuchar sus viejos elepés y grabar canciones. Insidious es el producto de esas sesiones en reclusión.

Segunda hipótesis: Celosos de Ivo Watts-Russell, los ejecutivos de Beggars Banquet crearon su propio supergrupo, con miembros de la élite oscura de los ochenta, quienes grabaron un disco, Insidious, que nunca pudo ver la luz y hasta ahora es editado. Por eso en "One Less Day" reconocemos la guitarra de Robin Guthrie, "I Want" tiene el bajo de David J y "Witches Gold" sabe a My Bloody Valentine antes de Isn't Anything.

Tercera hipótesis: cuando se realizó la mezcla final de Insidious Michael Riddick (el cerebro de Fossil Dungeon) estaba tan ebrio que, en lugar de las nuevas canciones de Barry, llevó al estudio su colección de lados b de death rock circa 1985.

Cuarta y última: Riddick estaba sobrio pero, contra todo pronóstico, tiene sentido del humor. Y en lugar de las canciones de Barry llevó al estudio su colección de lados b de death rock circa 1985.

Cada una de estas hipótesis, obviamente, es falsa. Insidious es un disco nuevo, la carta fuerte de Fossil Dungeon para este año. Es además uno de los discos más anunciados de la escena, pues en los últimos dos años el sencillo "Nightingale" (cuya línea melódica basta para justificar la existencia de Mephisto Walz) ha sido editado en tres formatos diferentes, además de ser incluido en los dos DJ Program publicados hasta el momento por esa disquera. Pero si nos dijeran que es un disco de hace veinte años lo creeríamos. Y también creeríamos que fue uno de los mejores discos de esa época.

Anacrónico y fresco al mismo tiempo, Insidious es un monstruo del pasado que exige respeto. Suena a declaración de fan fatal, y como tal despierta sospechas. Todo lo que puedo argumentar como defensa es que, entre los pilares del gótico, encuentro a Christian Death, sus allegados y secuelas, como los más sobrevalorados (Dream Home Heartache es una excepción), más apoyados por la leyenda y la necesidad de encontrar un pionero de ese sonido que no fuera británico que en su obra.

Ahora que se estila reconstruir (o deconstruir: la coartada ideológica da prestigio) hasta los éxitos del mes pasado, Barry y Christiana resucitan el goth rock americano más elemental y lo estampan en nuestras caras de consumidores de supuestas novedades. Si decimos que las buenas canciones, de cualquier género, se hacen al margen de las tendencias, hay que reconocer que un disco con las características de Insidious implica tanto riesgo como las grabaciones más iconoclastas del momento. Lo que da miedo es pensar que Mephisto Walz ha engendrado este monstruo con toda naturalidad, sin tener conciencia de tal riesgo y que, en cierta forma, Barry sí ha pasado en un búnker la mitad de su vida. Imprescindible.

Mephisto Walz - Insidious (Fossil Dungeon, 2004)

Apareció en Sonitus Noctis No. 5 (Septiembre 2004)

9/14/2004

avispa

Pasaron el 3 y el 10 de septiembre. A veces olvido el cumpleaños de uno de mis padres, pero este año olvidé los dos. Tampocó recordé el de mi hermana. No me causa remordimiento, tampoco soy un adolescente resentido con todo el mundo como para que me produzca orgullo.

Anoche caminaba por Cuauhtémoc, al llegar a la esquina de 5 de Mayo se me acerca un tipo. Más de 50 años, seguramente, facha de Vicente Fox venido a menos (bigotón, con voz fuerte y anorteñada, pero muy flaco). Cuenta su historia: está hospedado en un hotel de Madero, ha perdido la carpeta donde cargaba todas sus identificaciones y dinero. Ya ha podido comunicarse con sus familiares en Ciudad Victoria y mañana podrá recoger dinero en no sé qué oficina donde aceptaron una copia de identificación en lugar de un original. Hoy sólo tiene 3 pesos y no ha cenado. Me ha hablado porque también estoy flaco y podría venderme algo de la ropa que lleva en una bolsa.

No es nueva pero es evidente que cualquiera de las prendas que me enseña vale más que una cena, así que mejor pregunto cuánto ocupa para cenar. Con 30 pesos, dice. Tengo un billete de 50, pero no me apetece dárselo entero, también es mi fin de quincena. Vamos al Seven Eleven que hay en la esquina, compró el sandwich que pienso desayunar al día siguiente y le doy los 40 de cambio. Caminamos juntos una cuadra, al llegar a Washington me despido, "Nicolás Díaz, para servirle" (nunca hago eso, para los desconocidos generalmente soy David o Jacobo, nombres de amigos de la primaria y la prepa). Cruza Washington, pero antes de alcanzar la acera se regresa a donde yo todavía espero a que cambie el semáforo. "¿Tu papá se llama igual que tú? ¿Es químico?". Sí. Asombrado, pronuncia las frases acostumbradas en estos casos: "qué pequeño es el mundo, tengo como 30 años sin verlo", etc. Yo pronuncio la línea que se está haciendo habitual: "estas cosas pasan todo el tiempo". Tengo su teléfono, veré si papá lo recuerda. Se llama Guillermo.



Esta mañana maté una avispa en el suelo de mi cuarto. Estaba atontada, quizá tenía las alas mojadas. Debe haber entrado por debajo de la puerta. Mamá es alérgica a ellas, un solo piquete la deja medio muerta.

9/11/2004

ciudad

Uno de los temas fue qué demonios buscábamos en otra ciudad. En la mesa estaba un ejemplar de Melocotones helados de Espido Freire. Cuando Val se fue abrí el libro. Tenía un epígrafe de Kavafis:

La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles (...)
Pues la ciudad siempre es la misma. Otra no busques
-no hay-,
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra.

9/09/2004

jonathan strange

Some years ago there was in the city of York a society of magicians. They met upon the third Wednesday of every month and read each other long, dull papers upon the history of English magic.

Son las primeras líneas de Jonathan Strange & Mr. Norrell, novela de Susanna Clarke (Nottingham, 1959), que acaba de salir a la venta esta semana en el Reino Unido y EU. Cuenta la historia de Mr. Gilbert Norrell de Hurtfew Abbey, un mago de la vieja guardia que llega a Londres en 1806, una época en la que las artes feéricas casi han sido olvidadas, para asistir al gobierno británico en la guerra contra Napoleón (la cual se librará en buques hechos de lluvia tripulados por hombres de lluvia), y también será en esa ciudad donde conozca a su futuro pupilo, el joven Jonathan Strange. Por ahí aparecen una decadente Venecia de 1816, la corte de las hadas, Byron y los Shelley. Si les suenan familiares esa clase de homenajes sepan Clarke participó en Sandman: Book of Dreams.

La edición de Bloomsbury, con grabados de Portia Rosenberg, es preciosa. El libro abunda en arcaísmos (esperemos que se respeten en la traducción de editorial Salamandra, que ya compró los derechos) y está lleno de notas al pie y citas de libros imaginarios. En el NY Times tienen el primer capítulo en PDF, y en la página oficial del libro pueden leer un ejemplar de The Raven (una especie de Daily Prophet).

9/07/2004

levrero

Cuando el Sr. Oportuno fue a visitarme a Xalapa regresó a Monterrey con un libro que yo le había prestado, uno que en ese momento era lo mejor que había leído en un buen tiempo, La ciudad, de Mario Levrero, incluido en la colección Mundos Imaginarios de Plaza & Janés (en la que, junto a este autor uruguayo , estaban P.K. Dick y Theodore Sturgeon, entre otros). Poco después apareció en la misma colección otro título de este autor, El lugar. Las dos son novelas kafkianas, también pueden encontrarles similitud con La otra parte de Kubin o El país de las últimas cosas de Auster.

Mario Levrero murió el 30 de agosto de 2004, a las 9 de la mañana, víctima de un aneurisma de aorta.

waitin' round to die

Es de Townes Van Zandt, pero yo la conocí ayer con The Be Good Tanyas. Entre esto, Johnny Cash y Calexico voy a acabar comprándome un sombrero. Sospecho que me parecería más a Harry Dean Stanton que al Hombre Marlboro.

Now I'm out of prison, I got me a friend at last.
He don't steal or cheat or lie.
His name's codeine, he's the nicest thing I've seen.
An' together we're gonna wait around and die.

9/05/2004

the cure en la arena monterrey

Esperaba que el derrumbe se demorara un poco más, pero la segunda que tocaron fue "Plainsong" y a partir de ahí fue imposible mantener la compostura.

Brenda y yo estábamos pasmados. Fue un concierto sin trampas, cada vez que el grupo abandonaba el escenario los técnicos preparaban los instrumentos para la siguiente canción, nunca hubo una amenaza de final prematuro. Y cuando Robert y los suyos decidieron que se acababa (con "I'm going nowhere", ¿quién se da el lujo de terminar con una canción que lleva un par de meses publicada?), se acabó y no hubo poder humano que los hiciera regresar.

Porque no necesitan ningún truco. ¿Qué defensa vas a oponer a un inesperado bloque de tres canciones del Seventeen Seconds, "M" incluida? (fue uno de los muchos momentos en que volteamos a vernos con cara de "esto no puede estar pasando"), ¿cómo mantener la calma si la columna que soporta el concierto es el disco que más veces has escuchado en tu vida?

¿Quién esperaba "Lovecats", "Grinding Halt" o "100 Years" (enorme)? ¿Por qué vienen justo ahora, en la primer semana de lluvias? ¿Conoce alguien mejor línea para comenzar una canción que "It doesn't matter if we all die"?

Había niños, familias, viejos conocidos. Las pantallitas azules de los celulares hicieron mucho mejor espectáculo que el que han dado los encededores durante tantos años (si te esfuerzas dejas de ver a la gente detrás, son sólo luces temblando). En los intermedios me sentaba sobre el respaldo del asiento y volteaba hacia atrás: todos estaban en las nubes.

9/02/2004

alberto chimal - éstos son los días

Todo medio de transporte, al menos según la definición tradicional del término -explicó el señor Schiavoni-, requiere de algún elemento de control: debe ir por cierta ruta hacia un destino determinado. ¿Se da cuenta de qué restrictiva, qué pragmática, en el peor sentido, es semejante idea? ¿Dónde quedan el azar, el misterio, la excitación de lo nuevo...? El doctor Luciano comprendió que aquella limitación insensata era un signo de la decadencia de la cultura mundial.

Uno de los peligros de los subgéneros literarios es que agrupan autores de capacidades muy distintas bajo una misma etiqueta, sólo por compartir algunos temas o influencias. Una primera inmersión en la fantasía, CF y terror mexicanos puede dejar en el lector una mala impresión, con personajes bidimensionales que parecen sacados de un juego de rol y una recreación de los tópicos más gastados. Pero vale la pena ahondar un poco más y descubrir, en medio de tanta paja, autores tan interesantes como José Luis Zárate, Adriana Díaz Enciso y Alberto Chimal, de quien nos ocupamos en esta ocasión.

Chimal (Toluca, 1970) es un cazador de rarezas, o mejor dicho, un cazador de esas rarezas que merecen ser conocidas por un público mayor. Desde su columna Mundo raro en Excelsior, su página web y, más recientemente, la revista 24 por segundo, nos ha acercado al cine de los hermanos Quay, el cómic de Suehiro Maruo y los cuentos de Jean Ray, entre muchas otras cosas. Lamentablemente, él mismo sigue siendo una rareza, pues aunque ha conseguido publicar su nuevo libro en una editorial de amplia distribución y cuenta con varios reconocimientos a nivel nacional, muchos lectores con intereses cercanos a los suyos no se han dado la oportunidad de conocerlo.

Las minificciones de Gente del mundo (Tierra Adentro, 1998) y los cuentos de aire exótico de El país de los hablistas (Libros del umbral, 2001) son muy recomendables, pero en el primero todavía pesa la sombra de Las ciudades invisibles de Calvino, mientras que el segundo se mueve en uno de los terrenos habituales del género, la invención de cosmogonías y leyendas de pueblos imaginarios. Su colección de cuentos Éstos son los días es su trabajo más personal y mejor logrado, lo que lo convierte en el libro indicado para iniciarse en la obra de Chimal.

Es en "Shanté" donde se hace más notoria la evolución del autor. Este relato, acerca de la proyección por medios artificiales de estados latentes de la personalidad, ya había recibido buenas críticas en su versión original, recogida en el homenaje a Philip K. Dick El hombre en las dos puertas (Lectorum, 2002), pero con la revisión y ampliación a que ha sido sometido deja de ser sólo interesante para convertirse en un cuento modelo. Gira en torno a una premisa fantástica (o de ciencia ficción blanda, si se quiere ser estricto), pero ésta tarda en mostrarse, propiciando una atractiva incertidumbre en el lector, y una vez revelada los personajes tienen actitudes y diálogos veraces, propios de individuos comunes frente a una situación que los rebasa. El escenario posee la irrealidad de la duermevela, pero los seres que se mueven en él están vivos y lo proclaman con sus dudas, temores y decisiones. Un cuento sin desperdicio, con el final desplazado a un futuro cercano, abierto y conclusivo al mismo tiempo.

La parte medular del libro son las "Camas de Horacio Kustos", historias de un viajero que, en lugar de registrar la geografía y monumentos de cada tierra, se demora en las peculiaridades de las camas de los hoteles que visita. Una es émulo de la estatua sensible de Condillac (uno de los seres imaginarios comentados por Borges), otra aloja a un microscópico Duodécimo Reich, y una más funciona como cámara de teletransportación con destinos desconocidos.

También merecen una mención especial la sencilla crueldad de "Álbum", la ucronía en tono humorístico "Se ha perdido una niña" (incluida en Los mejores cuentos mexicanos 2001, de la editorial Joaquín Mortiz) y "Los personajes", donde un escritor ya establecido es acosado por los protagonistas de los libros que nunca terminó, pertenecientes a su "período de realismo histórico sociopolítico", "período de plagios desesperados" o al "período de sátira amarga".

Como en Calvino o Bradbury, la inclinación de Chimal por lo fantástico no se debe a la seguridad que da un género bien delimitado, sino a un interés por escapar al lugar común. Clasificaciones aparte, ya era una de las cartas fuertes de su generación, pero con este título consigue una voz propia y nuevos logros formales.

Alberto Chimal, Éstos son los días (Era, 2004)

Publicado en Sonitus Noctis No. 5 (Septiembre 2004)

9/01/2004

slowdive - catch the breeze

De los alguna vez adeptos al shoegaze, Neil Halstead y Rachel Goswell son los que se han mantenido más ocupados, gracias a su reencarnación como Mojave 3, y en su momento Slowdive recibió suficiente atención y fueron calificados como uno de los punteros de la nueva música. Pero actualmente se habla más y es más fácil conseguir discos de My Bloody Valentine y Cocteau Twins, los otros miembros de la trinidad de las guitarras con eco y las voces susurrantes, por eso resulta imprescindible Catch the Breeze, antología en disco doble que hace una revisión de la breve pero rica discografía de uno de los grupos clave del pasado fin de siglo.

Fueron tan solo tres discos, Just For a Day (1991), Souvlaki (el mejor para muchos de sus seguidores, publicado en 1993) y Pygmalion (1995), más un puñado de sencillos recogidos en Blue Day (1992). De ellos el que aquí tiene menos representación es el primer álbum, con sólo tres canciones, pero hay que recordar que Catch the Breeze es una recopilación realizada sin supervisión del grupo (lo cual también explica la espantosa portada), que no recuperará los derechos sobre sus composiciones hasta dentro de unos meses, situación que no parece incomodar a Rachel considerando las declaraciones que ha hecho. Ellos mismos deben ser conscientes de que en los últimos años la única forma de conseguir algunas canciones de Slowdive, como su versión de "Golden Hair" de Syd Barrett (grabada en una Peel Session de 1991), era descargándolas de la red. Aún así, es de esperar que una vez en posesión de los derechos la banda publique una caja más documentada y con mejor diseño.

El disco arranca con su primer sencillo, "Slowdive", advirtiendo que desde sus inicios adolescentes ya dominaban el sonido que los identificaría. La mayoría de los temas son cantados por Neil, pero tenemos la voz de Rachel en tracks como "Sing", "Souvlaki Space Station" (producidos por Brian Eno) y "Machine Gun". También comparecen aquí el "Some Velvet Morning" de Lee Hazlewood (antes grabado por Lydia Lunch), una extensa "Rutti" que anticipa la acústica morosa de John Parish y "When The Sun Hits", más conocida ahora por el cóver de The Gathering (donde los murmullos de Neil son cambiados por la potente voz de Anneke Van Giersbergen). La canción que da título al recopilatorio es la mejor simbiosis posible entre Cocteau Twins y My Bloody Valentine, mientras que "Alison" es una pequeña incursión en el indie pop. Mención aparte merecen la enorme "Spanish Air" y aquella "Blue Skied an' Clear" que sirviera de epílogo a The Doom Generation (Araki, 1994).

Formados cuando el shoegaze estaba siendo opacado por un dream pop más accesible, Slowdive fueron archivados junto a bandas menores como Lush y Curve. Esta antología nos recuerda que en esa generación, la que descubrió que podía hacer ambient con guitarras, era arduo conseguir canciones que fueran tan sobrecogedoras como etéreas, y que Slowdive eran de los pocos que sabían hacerlo. Su herencia ha sido recogida por grupos de los más diversos tipos: desde el mencionado cóver de The Gathering hasta la electrónica minimal de Lali Puna, Styrofoam y múm, quienes les rindieron homenaje con el disco Blue Skied an' Clear (Morr, 2002). Tomando en cuenta que con Mojave 3 se desplazaron hacia los terrenos de Cowboy Junkies y Nick Drake, y que el disco grabado en solitario por Rachel, Waves Are Universal (4AD, 2004), no llenó las expectativas, debemos resignarnos a que ella y Neil no volverán a grabar nada que suene a Slowdive.

Slowdive - Catch the Breeze (Sanctuary, 2004)

Apareció en Sonitus Noctis No. 8 (Febrero 2004)

philip glass ensemble


Auditorio Luis Elizondo , Monterrey. 23 de marzo de 2004.

Lo mejor de cada mundo. Técnica de conservatorio con la versatilidad y atrevimiento de un conjunto de música popular. Composiciones que requieren un tremendo entendimiento entre los músicos interpretadas por un ensamble que lleva tres décadas unido. Los avances tecnológicos de la música occidental (atención: el ingeniero de sonido es presentado como un miembro del ensamble) con la técnica compositiva y vitalidad de la música oriental, y no simples aderezos de world music como pretenden algunos críticos que rebajan a Glass a la categoría de un Peter Gabriel de cámara. Una retrospectiva de treinta años de carrera ejectuada con la seguridad y libertad que da saberse uno de los compositores más influyentes y detestados de los últimos tiempos. Philip Glass , el autor de la determinante Einstein on the Beach, de la famosa trilogía Qatsi y del nuevo score para el Dracula de Browning y Lugosi , estaba en Monterrey.

La velada, que comenzó con apenas diez minutos de retraso y se prolongó durante poco más de dos horas, se compuso de extractos de Music in Twelve Parts (1971–1974, compendio de las técnicas usadas por el compositor en su primer período), Einstein on the Beach (1976), Glassworks (1983), Koyaanisqatsi (1982), Powaqqatsi (1988), Low Symphony (1992, fuera de programa) y Akhnaten (1984), estas dos últimas compuestas originalmente para orquesta, aquí en arreglo para ensamble de teclados, percusiones, instrumentos de viento y soprano. Para esta ocasión la Sociedad Artística Tecnológico suspendió sus habituales presentaciones didácticas y fue el propio Glass , con la grave dicción de sus 67 años, quien presentó cada pieza.

El ensamble, cuya disposición sobre el escenario recuerda más un puente de mando que un conjunto de cámara, tiene sus principales puntos de apoyo en el teclado de Michael Riesman , también director, y la voz de Lisa Bielawa , utilizada en las composiciones de Glass como un instrumento más, creador de células rítmicas que combinadas con las de los otros instrumentos generan la melodía. El propio Glass se reserva un papel más modesto dentro del ensamble, aportando desde su teclado secciones rítmicas de menor complejidad que las de Riesman .

Es sabido que, independientemente de la educación musical que se tenga, el carácter repetitivo de las obras de Glass las hace exasperantes para muchos melómanos, lo cual no justifica la deserción de unos cincuenta integrantes del auditorio poco antes del intermedio: la decisión de acercarse o no a esta música debería haberse tomado antes de comprar el boleto, no en plena sala de concierto, ocupando lugares que podrían haber sido para otros con mayor interés en la obra de este músico nativo de Baltimore. Una más en la cuenta del conocedor público regiomontano.

A quienes permanecieron en el recinto les quedará el recuerdo de uno de los mejores conciertos de la temporada: vigor interpretativo, pleno dominio de los instrumentos e impecable coordinación al servicio de partituras mesméricas y envolventes.

Philip Glass , teclados. Michael Riesman , director y teclados. Lisa Bielawa , teclados y soprano. Eleanor Sandersky , teclados. Jon Gibson , flauta, saxofón soprano. Richard Peck , saxofón alto, saxofón tenor. Andrew Sterman , flauta, pícolo , clarinete bajo. Dan Dryden , mezcla de sonido. Músicos invitados: Mick Rossi y Frank Cassara , percusiones.


Apareció en Sonitus Noctis No. 1 (Abril 2004)

neil gaiman - coraline

Quédate con nosotros -pidió la voz de la figura que estaba al fondo de la habitación-. Nosotros te escucharemos, jugaremos contigo y nos reiremos todos juntos. Tu otra madre construirá mundos enteros para que los explores, y los desmontará de noche, cuando los hayas recorrido.

En la miríada de influencias que alimentan la obra de Neil Gaiman (Portchester, 1960) sobresalen algunos de los textos canónicos de Occidente y Oriente: su mundo feérico es el de Shakespeare, su exotismo el de Las mil y una noches, y algunos de los más conspicuos moradores de su tierra del sueño provienen de las páginas de la Biblia. Sin embargo, cuando se ocupa de temas marcadamente siniestros, Gaiman no recurre al Gran Relato Gótico decimonónico, sino a cuentos infantiles de la tradición oral de su país, como los recopilados en The Penguin Book of British Folktales. De ese volumen proviene la historia de los niños alados narrada en el número 62 de The Sandman, y también "Pear Drum", cuento que sirve de modelo a su primera novela infantil, Coraline, que el pasado 17 de abril recibió el premio Nebula en la categoría de novela breve, luego de recibir el Hugo en la misma categoría y el Bram Stoker al mejor trabajo para lectores jóvenes.

Cuando se supo que su siguiente libro, tras el éxito de American Gods (premios Hugo, Nebula y Bram Stoker de novela), sería una pieza de literatura infantil no pocos acusaron a Gaiman de estar abordando el Expreso Hogwarts, sospechoso vehículo en el que hoy día viajan lo mismo Clive Barker que Isabel Allende. Pero los temores se disiparon pronto: desde las primeras páginas de Coraline es notorio que no sólo no se trata de un acto oportunista, sino que es una consecuencia lógica de los intereses de Gaiman. La Coraline del título es una chica que, como los personajes de American Gods, debe enfrentar el lado gris del culto al trabajo: aunque tiene a sus padres todo el tiempo en casa, éstos pasan todo el día frente a la computadora y rara vez le prestan atención.

Como escape a su insatisfacción se le ofrece un pasadizo que conduce a una casa idéntica a la suya, donde habitan unos padres muy parecidos a los suyos, pero con botones en lugar de ojos. En ese mundo paralelo, que tiene el tamaño de la casa y apenas unos metros más, la altivez de los gatos y la excentricidad de los ancianos cobran sentido, la comida sabe mejor y la ropa es más vistosa. La aventura de Coraline consistirá en develar los peligros de ese otro mundo y encontrar el camino de regreso a casa. La prosa es sencilla, la acción se desarrolla con rapidez y cada capítulo viene precedido de una ilustración de Dave McKean, que para la ocasión estrena trazos simples, con poco juego de sombras y sin recurrir al collage.

Además de su relación con los cuentos populares británicos, Coraline se inscribe en la tradición de aventuras fantásticas emprendidas por niños insatisfechos, como la Alicia de Carroll, el Bastian de Ende o la Chihiro de Miyazaki (cuya Princesa Mononoke fue adaptada al inglés por Gaiman). Desgraciadamente, donde esas fantasías presentan mundos en los que rigen la ambigüedad, la amoralidad o códigos de conducta nunca del todo descifrados, Gaiman cae, hacia el último tercio del libro, en un planteamiento maniqueo que resulta poco elegante para este tipo de narración.

Además, la buena acogida que tiene la obra de Ende desde los ochenta y la reciente celebridad de J.K. Rowling nos hablan de que incluso los más jóvenes gustan de un poco de incertidumbre e intriga en sus lecturas. Siendo Gaiman uno de nuestros favoritos pesa decirlo, pero parece que ha caído en la trampa de subestimar a los primeros lectores, ésos que por derecho natural debería considerar más cercanos a su obra.

Es muy probable que Coraline sea la última obra de Gaiman antes de su transformación en fenómeno de masas: la adaptación cinematográfica la está realizando Henry Selick, el animador de The Nightmare Before Christmas, y cada vez se habla más seriamente de llevar al cine Death: The High Cost of Living. Para los que estén interesados en leer "Pear Drum", la versión de este cuento firmada por Lucy Clifford (con el título "La nueva madre") está incluida en la antología El gran libro del terror (Martínez Roca, 1990).

Neil Gaiman, Coraline (Salamandra, 2003).

Apareció en Sonitus Noctis No. 2 (Junio 2004)

the magnetic fields - i

Growing older is killing a child who laughed and smiled at anything.
Stephin Merritt

Para espanto de sus seguidores, Stephin Merritt empacó el teclado, el banjo y las campanitas para mudarse a Nonesuch, filial de Warner con fama de varadero para músicos que han dejado atrás sus días de mayor inquietud. Pero, por lo que podemos escuchar en este álbum, el primero de The Magnetic Fields en casi cinco años, el desenfado de Merritt no depende del dinero invertido en producción y distribución, sino que es algo que lleva injertado tan hondo que lo mismo podrían soltarle una orquesta completa, o la más aséptica de las producciones, y él se las arreglaría para seguir sonando engañosamente simplón. Además, para un nostálgico de la electrónica de los ochenta y el sonido Tin Pan Alley, terminar como compañero de sello de Laurie Anderson y Randy Newman debe sentirse como volver a casa.

Este i, compuesto por catorce canciones cuyos títulos comienzan con esa letra, reafirma el cambio de estilo anunciado en 69 Love Songs (Merge, 1999). Parece que Merritt planea reducir el revival new wave a los discos de Future Bible Heroes, pues aquí aparece únicamente en la adictiva "I Thougth You Were My Boyfriend", y ni siquiera ésta se salva del acompañamiento de cello. Pero aun metidos al pop de cámara esto sigue siendo The Magnetic Fields: una voz espantosa, que le viene de maravilla a esa melancolía sin inhibiciones con arreglos de juguetería, hablando sobre las oportunidades perdidas, los amores fallidos y el recuerdo como única salvación personal.

Las canciones están dispuestas a manera de trampa. Comienza con lo más ligero, para continuar con tracks divertidos como "I Wish I Had An Evil Twin" e "In An Operetta", y justo cuando el escucha está más desprevenido deja caer las descorazonadoras "Infinitely Late At Night", "Is This What They Used To Call Love" e "It's Only Time", siendo estas dos últimas de las canciones más bellas y tristes que el autor haya realizado. El rescate de "I Don't Believe You", sencillo de 1998, está de más en un disco que no necesitaba ningún guiño al pasado para ganar credibilidad.

A lo largo de su carrera, Merritt ha demostrado estar dispuesto a probar diversos registros y medios. Es el cerebro detrás de cuatro grupos, cada uno con una identidad propia (además de The Magnetic Fields tiene Future Bible Heroes, The 6ths y The Gothic Archies). Su música ha aparecido lo mismo en comedias románticas que en recopilaciones góticas, y últimamente presta sus composiciones para los audiolibros de Neil Gaiman y Lemony Snicket (pueden encontrar a este último con su nombre real, Daniel Handler, entre los participantes del 69 Love Songs). No debería sorprender que un individuo con semejante necesidad de atención decidiera cambiar de rumbo a estas alturas. Y mientras los resultados se mantengan al nivel de este disco, bienvenidos sean los nuevos Magnetic Fields.

The Magnefic Fields - i (Nonesuch, 2004).

Apareció en Sonitus Noctis No. 3 (Julio 2004).

la discografía de cranes

No es casual que Alison Shaw sea admiradora de Tom Waits. Quizá vea en el cantante del piano alcohólico un caso parecido al suyo. Ninguno de los dos es capaz de alcanzar registros vocales impresionantes, tampoco puede decirse que sus voces sean bellas en un sentido convencional, pero de algo pueden estar seguros: nadie en este planeta suena parecido a ellos, y tratar de imitarlos supondría un suicidio profesional para cualquiera.
 

La voz de Alison Shaw

La voz de Alison ha sido descrita como la de un fantasma infantil encerrado en el ático, la de una niña poseída o, más mundanamente, como Vanessa Paradis grabando para 4AD. A la peculiaridad de su voz se agregaba, en los inicios de su carrera, una pronunciación tan indescifrable como la de la primera Elizabeth Fraser.

Durante varios años los sitios web de sus fans interpretaron la letra de "Starblood" como "earth kiss, hear my prayer, my farewell", donde la canción decía simplemente "I'll kiss you with my starblood", como se supo al publicarse el cancionero 'Til the Stars Shine (1998).

Contar con esta voz como sello distintivo de Cranes puede crear la ilusión de que el grupo ha tenido una obra uniforme, cuando en realidad ha sufrido drásticos cambios de estilo con el paso de los años.

Self-Non-Self (1989)

Cranes es básicamente la creación de Jim y Alison Shaw, hermanos nativos de Portsmouth, Inglaterra, que pasaron la adolescencia escuchando a Joy Division, The Birthday Party, Einstürzende Neubauten y The Young Gods. A mediados de los ochenta, al regresar Alison del internado descubrió que su hermano había aprendido a tocar la guitarra y la batería, y que ambos tenían un serio interés en producir música propia. Ella aprendió a tocar el bajo y desarrolló un estilo vocal propio (si bien hasta la fecha se le dificulta cantar y tocar al mismo tiempo) y en 1986 editaron un casete titulado Fuse(Bite Back), ya con el nombre de Cranes, que hace referencia a la multitud de grúas que erizaban el horizonte de Portsmouth en esa década.

Self-Non-Self(Bite Back, 1989) fue su primer disco. Aunque la mayoría de sus seguidores coinciden en que es lo más oscuro que han grabado, lo cierto es que los Shaw tenían poca experiencia como autores de canciones y nada en él hacía suponer que dos años más tarde grabarían un gran álbum.

La instrumental "One From the Slum" recuerda la banda sonora de una película de acción serie b, y tracks como "Heaven or Bliss" y "Beach Mover" confunden la introspección con la desgana. Lo mejor de este mini LP es la rítmica "Focus Breathe", todavía bajo la influencia del goth rock de los ochenta.

Uno de los primeros en intuir las posibilidades del grupo fue John Peel, el legendario conductor de Radio 1, que los invitó a grabar una sesión en sus estudios el 9 de julio de 1989. A diferencia de The Cure y Siouxsie, los Shaw jamás han editado como disco esta Peel Session.

Luego de Self-Non-Self, ya con los guitarristas Mark Francombe y Matt Cope como parte del grupo y Jim refugiado tras la batería, Cranes firmó contrato con el sello Dedicated y grabaron tres EPs (Inescapable, Espero y Adoration) en lo que preparaban su primer disco de larga duración.
 

Wings of Joy (1991)

En Wings of Joy (Dedicated, 1991), el eco y los acordes ominosos de Self-Non-Self son reemplazados por piezas melódicas y envolventes, en las que tiene una mayor participación el piano.

Es difícil escoger una favorita en este disco, pero podemos mencionar que incluye uno de sus clásicos, "Beautiful Sadness", y "Starblood", que rompe con el tono del resto del álbum pero es otro de los grandes logros del grupo: batería fúnebre y densas capas de distorsión épica que nunca han podido recrear en concierto.

Fue este disco el que llamó la atención de Robert Smith y Simon Gallup, que tomaron a Cranes como acto abridor de la parte americana del Wish Tour, en el que Jim y Alison tuvieron su primer contacto con el público mexicano, abriendo el concierto de The Cure en Monterrey el 16 de junio de 1992. Desde entonces México ha sido una de sus plazas fuertes y han vuelto en casi todas sus giras de promoción.

Forever (1992)

Aunque siguen grabando buenos temas nunca han intentado recuperar el sonido de Wings of Joy.

A partir de Forever (Dedicated, 1992) la dicción de Alison se tornó menos críptica y fue posible comprender los principios líricos y estéticos de Cranes: son la belleza y el gozo (presentes, recordados o deseados), y no la angustia ni la desesperación, los que generan el tono melancólico de canciones como "Cloudless" y "Rainbows".

En contraste, "Jewel" y "Clear" suenan a éxito de college radio de los noventa y, como "Starblood" en el disco anterior, ahora es "Adrift" la que posee una elevación épica que no aparece en las demás canciones.

Ese mismo año Dedicated reeditó Self-Non-Self con dos tracks más que en la versión original.

Loved (1994)

Dos años más tarde llegó su disco más complaciente y de mayor impacto mediático (es un decir), Loved (Dedicated, 1994). Éste incluía remezclas de Flood (productor de Nine Inch Nails y Depeche Mode, entre otros) y el video de "Shining Road" llegó a tener cierta rotación en MTV.

"Rêverie" y "Lilies" son de las contadas canciones de su repertorio que consiguen que el público de sus conciertos cante a coro.

Menos ordinarias son "In the Night" y "Paris and Rome", que recuperan algo de la dulce tristeza de sus mejores composiciones.
 

Population 4 (1997)

A Loved siguió otro disco menor, Population 4 (Dedicated, 1997). Matt Cope dejó el grupo luego de la gira de 1995, y desde entonces Jim se ocupó de la guitarra principal, dejando la batería a Manu Ros, quien permaneció en Cranes sólo durante la promoción de este material. También fue en este disco donde Jim se estrenó como cantante, con "Stalk".

Population 4 es complaciente en un sentido diferente a Loved, pues es más suave, casi folk por momentos, como en "Tangled Up" y "Sweet Unknown", mientras que "Can't Get Free" y "Brazil" podrían haber sido firmadas por Tanya Donelly o Juliana Hatfield.

El ritmo sube en "Fourteen" y "To Be", pero en general se trata de un disco sin destellos de genio. Considerando que la promoción del material y la organización de la gira no fueron los adecuados, Cranes rompió relaciones con Dedicated, pero antes de su salida el sello editó como disco doble su EP Collection (1997).
 

Salida del sello Dedicated y creación de Dadaphonic

Esa ruptura significaría para Cranes un regreso al comienzo en todos los sentidos. Perdieron derechos sobre el material que habían grabado hasta ese momento y con ellos la posibilidad de reeditarlo, tampoco llegaron a un acuerdo satisfactorio con ningún otro sello. Los Shaw componían y grababan solos de nuevo, como en los primeros días del grupo, y además habían perdido interés por el estilo mostrado en Loved y Population 4.

La solución a sus problemas fue la creación de su propio sello, Dadaphonic, una espera de cuatro años y un nuevo estilo cargado hacia el pop etéreo, de inspiración cinemática y con algunos toques del sonido de Bristol.

Su interés por las bandas sonoras no era novedad, después de todo ya habían compuesto una para el cortometraje Scarborough Ahoy! (1994) y grabado un disco de música incidental para Las moscas de Sartre, titulado La Tragédie d'Oreste et Électre (Dedicated, 1996).
 

Future Songs (2001) y Particles and Waves (2004)

Su primera referencia en Dadaphonic fue el álbum Future Songs (2001), acompañados por el baterista John Callender y el guitarrista Paul Smith. Se trata de un regreso a las canciones interesantes, ahora de temática sentimental y con atmósferas hipnóticas, como "Submarine" y "Future Song".

También aparecen en ese disco un collage sonoro titulado "Eight" y un poco de pop acústico de buena factura. Repetirían este estilo en Particles and Waves (Dadaphonic, 2004), editado en Europa en mayo de este año y todavía pendiente de aparecer en América vía Instinct Records.

PD: Particles and Waves se editó en Estados Unidos en septiembre de 2005, en Manifesto Records, acompañado de un DVD con cuatro canciones, el primer registro oficial de Cranes en vivo. Este artículo apareció en Sonitus Noctis No. 4 (Agosto 2004)